Será hasta que se sepan las causas de la explosión de una plataforma.
La administración estadounidense no autorizará nuevas perforaciones petroleras en el mar hasta tanto no se hayan establecido las causas de la explosión de una plataforma, que provocó una marea negra en el Golfo de México, dijo este viernes un consejero del presidente Barack Obama.
Obama sorprendió a sus seguidores y a los ecologistas al anunciar en marzo pasado el fin de una moratoria sobre la explotación petrolera en el mar, con la esperanza de ganar más apoyos a una ley de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Pero su principal consejero, David Axelrod, subrayó este viernes en la cadena de televisión ABC que “ninguna nueva perforación ha sido autorizada y ninguna lo será hasta tanto no se haya determinado qué fue lo que pasó (en la explosión de la plataforma) y saber si se trata de un hecho excepcional o de algo que pudo evitarse”.
Las primeras capas de petróleo provenientes de la plataforma operada por la empresa británica BP alcanzaron la noche del jueves las costas de Luisiana (sur de EEUU), diez días después de que estallara esa instalación por causas aún desconocidas.
Con 800.000 litros de petróleo por día derramados en el mar por la plataforma siniestrada, la catástrofe podría superar en magnitud a la del Exxon Valdez, la peor en la historia estadounidense, registrada en 1989.
Río Negro
—
Obama declaró el estado de emergencia en Luisiana
El presidente de los EE.UU., Barack Obama, envió tres miembros de su gabinete al estado de Luisiana para supervisar los esfuerzos que se realizan para contener el derrame de petróleo en el Golfo de México. También decidió la suspensión de las perforaciones petroleras en otras áreas de la región.
En tanto, la gigantesca mancha provocada por la explosión de una plataforma petrolera seguía su avance y se aproximaba a diez reservas naturales en Mississippi y Luisiana.
El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, indicó que el parque Pass-a-Loutre, en la desembocadura del Mississippi, podría ser el primero en verse afectado por el vertido.
La secretaria estadounidense de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, el secretario de Interior, Ken Salazar, y la administradora de la Agencia de Protección Medioambiental, Lisa Jackson, se aprestaban a desplazarse a Luisiana, informó la Casa Blanca en un reporte citado por la agencia Europa Press.
Los tres sobrevolarán la zona y evaluarán los esfuerzos que se realizan para contener y limpiar el vertido con responsables federales, estatales y locales, señaló la cadena televisiva CNN.
Asimismo, está previsto que se reúnan con responsable de la petrolera británica BP, propietaria de la plataforma.
Las agencias federales y estatales han colocado una línea de boyas flotantes en torno al grueso del vertido para contener su avance y se seguirá colocando este tipo de artefactos, según fuentes federales.
Además, la intervención de numerosos barcos en el área afectada por el derrame, permitió recuperar más de 18.000 barriles de crudo mezclado con agua y se ha empleado más de 450.000 litros de dispersor, que se usa para descomponer el crudo, hasta anoche, informó el Departamento de Seguridad Nacional.
De acuerdo con las últimas predicciones de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, los extremos de la mancha llegarían a las costas de Mississippi y Alabama durante el fin de semana y seguirían hacia el este alcanzando Florida para el lunes.
La British Petroleum afirmó que está invirtiendo “seis millones de dólares por día” para bloquear una catástrofe natural en las costas surorientales de Estados Unidos, según un comunicado publicado en la página online de la empresa y citado por la agencia Ansa.
El derrame de petróleo sigue siendo estimado en unos 5.000 barriles diarios y las tareas para enfrentar la emergencia cuestan “seis millones de dólares por día” al consorcio propietario, del que BP tiene un 65%, señaló la empresa.
Página/12
Un derrame que es “catástrofe”
UNA INMENSA MANCHA DE PETROLEO AVANZA HACIA LAS COSTAS DE ESTADOS UNIDOS
La explosión y hundimiento de una plataforma petrolera británica en el Golfo de México amenaza con producir una catástrofe ambiental. La mancha se acerca al delta del Mississippi, donde puede afectar al rico ecosistema de esa región.
Una marea negra de 70 por 170 kilómetros era ayer la consecuencia de la explosión y hudimiento de la plataforma semisubmarina de la petrolera británica BP en el Golfo de México. Desde el sábado, la mancha de petróleo se extiende hacia las costas de Luisiana, Estados Unidos. La empresa reconoció que son 800 mil litros de crudo los que a diario se fugan al mar. El desastre ecológico que provocaría el derrame hizo que la Secretaría de Seguridad Interior de Estados Unidos declare el hecho como una “catástrofe de importancia nacional” y que el presidente Barack Obama ordene el uso de “todos los recursos disponibles”, incluidos militares, para avanzar en la limpieza. Hasta el momento, los incendios controlados del crudo en el mar parecen ser la mejor solución para salvar los ecosistemas de los pantanos que se encuentran en las costas de Luisiana del derrame que podría ser más grande que el de “Exxon Valdez” producido en Alaska en 1989.
“No alcanzará con un puñado de voluntarios para limpiar la playa. Hay kilómetros de pantanos costeros a los que sólo se puede llegar en barco y que son muy delicados”, subrayó Luann White, directora del centro de salud pública aplicada al medioambiente de la Universidad de Tulane, en Nueva Orleáns. Lo delicado de la región responde a que las costas de Luisiana concentran el 40 por ciento de los pantanos costeros estadounidenses sobre la geografía del delta del Mississippi y su frágil ecosistema.
La marea y el viento pueden llevar la capa de petróleo a hundirse profundamente en los pantanos y en la reserva de fauna silvestre de Pass-a-Loutre, que se interna en el golfo. Los pantanos costeros hierven de vida: alimentados por los ricos sedimentos del Mi-ssissippi, rebosan de peces y crustáceos y abundan las ostras. Constituyen además una importante etapa para las aves migratorias.
Llegar hasta las zonas afectadas puede llevar horas y, una vez en el lugar, no hay tierra firme para pisar, sin hablar de establecer un cuartel general de emergencia. “La experiencia muestra que los incendios controlados del crudo en el mar podrían ser la mejor solución, dada la dificultad de limpiar los pantanos”, estimó White.
“Uno de los aspectos más peligrosos de todo esto es que el petróleo podría depositarse en algunos hábitat costeros, lo que tendrá efectos a largo plazo sobre los recursos de nuestra pesca”, explicó el especialista en medioambiente de la agencia federal oceánica y atmosférica (NOAA), Tom Minello. Por eso, aunque la marea negra aún no se asentó sobre la costa, criadores de camarones de Luisiana ya presentaron una demanda contra la petrolera BP, a cargo de la explotación de la plataforma accidentada, para obtener un resarcimiento de cinco millones de dólares.
El gobierno norteamericano analizaba una medida similar para pasar la factura de los gastos de control del desastre a la empresa británica, que acaba de anunciar en Londres un aumento de más del doble de sus ganancias en el primer trimestre de este año. Antes de pasar los gastos, el presidente Obama ordenó el uso de “todos los recursos disponibles”, incluidos militares, para tratar el derrame de petróleo en el Golfo de México y el desastre fue declarado de “importancia nacional”, según anunció la secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, Janet Napolitano, lo que permitirá utilizar equipamientos y recursos de todo el país para combatirlo.
Con 800 mil litros de crudo derramándose sobre el mar –equivalente a cinco mil barriles– y las estimaciones de especialistas que calculan que la fuga continuará, la alerta es justificada. Autoridades de la Guardia Costera norteamericana aseguraron que el derrame podría superar al del buque “Exxon Valdez” sobre el mar de Alaska, que descargó 41 millones de litros de crudo en 1989.
Página/12
—
Catástrofe nacional en EE.UU. por un derrame de petróleo
Se produjo al explotar una plataforma petrolera en el Golfo de México. Derrama 5.000 barriles diarios. La mancha hoy golpearía las costas. Puede ser el peor desastre ecológico de la historia de ese país. Obama movilizó tropas al lugar.
El gobierno de EE.UU. declaró ayer al derrame de petróleo en el Golfo de México como una catástrofe de “importancia nacional” y se prepara para vivir uno de los peores desastres ecológicos de su historia cuando la marea negra toque hoy las costas de Luisiana.
El presidente Barack Obama fue informado ayer de la situación causada tras la explosión y derrumbe el martes 20 de la plataforma Deepwater Horizon, a 65 kilómetros de la costa. El desastre causó la desaparición en el mar de 14 trabajadores -que se cree están muertos- y un derrame que por día tiene un volumen de 5.000 barriles de petróleo, una cantidad mucho mayor a la que se había pronosticado al principio.
Con las horas corriendo en contra, la compañía British Petroleum (BP) -a cargo de la exploración- pidió ayuda al gobierno de EE.UU., que casi al mismo tiempo decretó al “derrame de importancia nacional”, es decir que para frenarlo puede disponer de cualquier recurso disponible.
Así, Obama movilizó a las Fuerzas Armadas -que podrán ser destinadas a tarea de limpieza- y ordenó que el comando SWAT revise las otras plataformas petroleras. La empresa, además, reveló ayer que había detectado un segundo escape de petróleo en el pozo, a 1.500 metros de profundidad.
Con la marea negra casi llegando al delta de Mississippi, ayer el gobierno de Obama envió unos 21 kilómetros de barreras flotantes y siete sistemas de recolección de petróleo. La base naval de Gulfport, en Mississippi, será la central del operativo. Pero, además, la Armada y la Fuerza Aérea en Pensacola, en la Península de Florida, distribuyeron más barreras flotantes, lanchas de limpieza y equipos de bombeo, entre otros materiales para combatir la mancha. El Pentágono aseguró que pondrá a disposición todos los recursos para hacer frente al desastre.
Obama advirtió también que la petrolera BP es “en última instancia responsable de financiar el costo” del desastre ecológico. Pero aclaró que su gobierno “seguirá usando todos los recursos disponibles, incluyendo, potencialmente, el Ministerio de Defensa” para colaborar con el operativo.
En una rueda de prensa en la Casa Blanca, la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, aseguró que la prioridad ahora mismo es contener el escape de petróleo.
La contraalmirante del Servicio de Guardacostas Sally Brice-O’Hara indicó que están “preparamos para lo peor” en la evolución de la marea negra.
Dependiendo de cómo transcurra la situación y del rumbo de los vientos, en el peor caso la marea podría alcanzar hasta cinco estados: Texas, Luisiana, Misuri, Alabama y Florida. Obama habló ayer por teléfono con los gobernadores de los respectivos estados.
El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, ha declarado el estado de emergencia ante la inminente llegada de la mancha. Tan sólo en ese estado se han desplegado treinta kilómetros de barreras flotantes.
Ante el fracaso hasta el momento para obturar la plataforma, el Departamento del Interior autorizó la excavación de un nuevo pozo en el mismo lugar, para facilitar la extracción del crudo y evitar que continúe saliendo de modo incontrolado. No obstante, ha advertido que ello puede tardar hasta noventa días.
Tan sólo en Luisiana la marea negra podría afectar hasta a 400 especies animales y vegetales en las delicadas marismas costeras. La contralmirante Brice-O’Hara subrayó que “hasta ahora” no se han detectado en las costas restos de animales afectados por el derrame del crudo.
La empresa BP comenzó el miércoles las primeras quemas controladas de petróleo, para intentar reducir la mancha. El viento y las condiciones del mar impidieron reanudar ayer esa operación.
Napolitano consideró “prematuro”, comparar el derrame actual con el dejado por el buque petrolero Exxon Valdez en 1989 frente a las costas de Alaska, el peor de la historia con más de 41,5 millones de litros de crudo vertidos.
Los expertos calculan que antes de que se cierre el pozo de Deepwater Horizon pueden llegar a derramarse 17 millones de litros. La Casa Blanca descartó ayer que el incidente vaya a tener, al menos de momento, un impacto en los precios del petróleo. El vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs, recordó que el pozo era de exploración, no de explotación, y no hubo un recorte del suministro.
Clarín
Desastre ecológico: la mancha de petróleo ya llegó a EE.UU.
El crudo derramado en el Golfo de México está en la costa de Luisiana. Por lo grave de la situación, Obama movilizó tropas al lugar. El derrame se produjo al explotar días atrás en el Golfo de México una plataforma petrolera.
El desastre ecológico se materializó en Estados Unidos al llegar anoche a la costa de Luisiana la mancha negra de petróleo que avanza desde que días atrás explotara en el Golfo de México una plataforma del grupo británico British Petroleum (BP).
La mancha negra llegó en la noche de ayer a la costa de Luisiana, cerca de la desembocadura del río Mississippi, pese a los esfuerzos para impedirlo de la Guardia Costera y de BP.
El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, declaró el estado de emergencia y el presidente estadounidense, Barack Obama, ofreció “todos los recursos disponibles”, incluyendo los militares, para evitar una catástrofe medioambiental.
El derrame fue declarado catástrofe “de importancia nacional”, lo cual pone recursos federales al servicio de la emergencia. El anuncio estuvo precedido por el hallazgo de una nueva fuga de petróleo, que vierte al mar “más de 5.000 barriles (800.000 litros) por día”, según el gobierno estadounidense.
La secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, insistió en que BP, que arrendaba la plataforma de prospecciones que estalló y se hundió la semana pasada, es “responsable” del derrame y le exigió reaccionar rápidamente.
Una flotilla de guardacostas y de BP había logrado cercar con barreras flotantes parte de la napa para prenderle fuego y evitar que alcanzara la costa. Pero incendiar la mancha trae nuevos problemas ambientales, por las enormes nubes de humo negro tóxico que despide y los residuos aceitosos que deja en el mar.
Los otros estados de la región -Florida, Alabama y especialmente Mississippi- temen que la marea negra afecte sus playas y contamine sus zonas pesqueras, cruciales para la economía local.
Clarín