British Petroleum pide otra oportunidad. Tres días después de anunciar con bombos y platillos otra técnica súper moderna para sellar la fuga de crudo en el golfo de México, la empresa británica tuvo que reconocer que no funcionó. El plan era inyectar barro a presión en el punto de origen de la fuga, a 1500 metros de profundidad. Ayer en conferencia de prensa, el director de operaciones de BP, Doug Suttles, informó que el intento, bautizado Top Kill, falló. No bien lo anunció, adelantó un nuevo plan B. Aunque se apuró a aclarar: “No podemos garantizar que funcione”.
El nuevo operativo es menos ambicioso. La petrolera británica ya no intentará sellar la fuga, que está abierta desde hace 39 días, sino que apuntará, al menos, a contener el derrame. El plan es colocar una tapa sobre la parte superior de los ductos dañados. La tapa tendrá unas válvulas que permitirán aspirar el petróleo y derivarlo a un barco en la superficie.
Si la operación es exitosa, los técnicos de BP procederán a aprovechar la contención para reemplazar las válvulas que no se activaron después de la explosión, el 20 de abril pasado. Si lo logran podrían cerrar la fuga. Sin embargo, todo el proceso llevará al menos una semana y, según Suttles, las probabilidades de que todo funcione son de entre el 60 y el 70 por ciento. En otras palabras, aún no hay por lo que celebrar.
Hace apenas un día el presidente Barack Obama había visitado Grand Isle, una isla barrera en Louisiana, en donde la marea negra se convirtió en una realidad aterradora. El derrame ya alcanzó 240 kilómetros de la costa estadounidense y, según informó esta semana una agencia gubernamental, la tragedia ambiental podría ser mucho peor si no se encuentra una solución rápida. Los cálculos oficiales estiman que cada día que la fuga sigue abierta se filtran al agua entre 12 mil y 19 mil barriles de crudo, lo que implica que en el peor de los casos ya se virtieron unos 741 mil barriles de petróleo.
Ante ese panorama el mandatario se había mostrado molesto, irritado. Reclamó una y otra vez que se solucione el problema y ratificó su promesa de endurecer los controles estatales sobre la exploración y explotación de hidrocarburos off shore. Pero sus palabras no parecen haber cambiado el rumbo de esta tragedia ambiental.
Especialistas advirtieron a finales de esta semana que la inmensa mancha negra está muy cerca de la costa de Alabama, lo que significa que las demandas contra la petrolera británica se volverán a multiplicar. Según anunció ayer la casa matriz en Londres, la empresa ya gastó más de 940 millones de dólares en los esfuerzos por detener y contener el derrame. Además, desde el hundi-miento de la plataforma maríti-ma Deepwater Horizon, ya recibieron 26 mil demandas por daños, de las cuales ya pagaron, según informaron, 11.650.
Fuente: Página/12
Golfo de México: fracasó el operativo de BP para tapar la fuga de petróleo
La operación de la petrolera británica BP (ex British Petroleum) para tapar la colosal fuga de petróleo con lodo y cemento en el Golfo de México fracasó ayer.
El director de operaciones de BP, Doug Suttles, dijo que la maniobra conocida como “top kill” no funcionó . Fue el revés más reciente para la empresa, que trata de impedir que el crudo siga contaminando las aguas y afectando la vida silvestre y los pantanos cercanos.
Así, el desastre ecológico por el derrame de petróleo que se inició 40 días atrás no da muestras de solución.
El crudo y el gas, afirmó Suttle, continúan fluyendo hacia el mar a 1.500 metros de profundidad y, según estimó, la estrategia de inyectar barro a presión en la fuga no logró que las cantidades disminuyeran considerablemente.
“Hemos tomado la decisión de pasar a la siguiente opción”, agregó Suttles.
La alternativa consiste en serrar la tubería rota y cubrir los restos con una cúpula, una solución similar a la que ya se intentó hace unos días infructuosamente.
En sus declaraciones, el alto ejecutivo no pudo precisar qué porcentaje de éxito atribuye al próximo intento.
Inicialmente, BP había calculado que las posibilidades de triunfo de la inyección de lodo se encontraban entre 60 y 70%. “Tenemos confianza -dijo- en que la operación funcionará, pero evidentemente no podemos garantizarlo”.
Antes del anuncio, en declaraciones a la prensa, Suttles había indicado que por el momento, cuando el derrame de crudo ha entrado en su día número 40 desde que explotó una plataforma, se desconocía si la operación acabaría teniendo éxito. Y había adelantado que BP analizaba otra medida alternativa, refiriéndose el serrado de la tubería averiada para colocar una cúpula sellante.
La operación para intentar taponar el pozo mediante una inyección de materiales a presión (“top kill”) comenzó el pasado miércoles y ayer llegó a su fin.
El hecho presiona más al gobierno de Barack Obama, quien el viernes -un día después de expresar su furia por la marea negra- estuvo en Nueva Orléans y otras localidades del estado de Louisiana para seguir las alternativas de los operativos.
Estos planes de reparación suponen la primera vez de maniobras similares a una profundidad semejante, 1.500 metros.
Es el peor derrame de petróleo en la historia de Estados Unidos y ha vertido entre 68 y 151 millones de litros en el Golfo de México , según estimados gubernamentales.
El diario The New York Times , que se convirtió en el más feroz crítico de BP, había adelantado la posibilidad del fracaso y publicó que si ello se confirmaba sería “un nuevo revés en una serie de procedimientos infructuosos”.
En Estados Unidos todavía se recuerda el también publicitado intento de colocar una campana de acero y cemento sobre la pérdida, que terminó en sonoro fracaso.
El tema tiene en vilo a todo el país y los canales de TV proyectan imagenes tomadas del fondo del mar, de una cámara submarina que deja ver la pérdida de petróleo. En Manhattan, unos 200 manifestantes se manifestaron ayer con falso petróleo -hecho de chocolate y barniz- y protestaron con carteles que pedían SDLq Limpien, no escondan” y “BP tiene el corazón negro”.
El accidente ocurrió cuando explotó la plataforma Deepwater Horizon, contratada por BP, el 20 de abril último, lo cual costó además la vida a once operarios.
“Estamos desilusionados por este anuncio” (el fracaso de ayer), dijo por su parte la contralmirante de la Guardia Costera, Mary Landry, en una conferencia de prensa en Robert, Louisiana, un estado que también fue muy castigado en 2005 por el huracán Katrina.
Landry dijo que el gobierno federal dio a BP luz verde para un nuevo intento.
Fuente: Clarín