La Guardia Costera cree que cada día siguen vertiéndose al mar entre 12.000 y 19.000 barriles de petróleo, mientras que el sistema puesto en marcha por la compañía tiene capacidad para recoger unos 15.000
BP afronta otra semana de dificultades, en la que deberá hacer frente a nuevas preguntas de la investigación y de los congresistas estadounidenses, pese a los progresos logrados el último fin de semana en la recogida del vertido de petróleo en el golfo de México. La compañía británica ha informado de que el nuevo sistema para controlar el escape, el primero exitoso tras tres intentos fracasados y 45 días de catástrofe sin paliativos, ha permitido recoger 16.600 barriles de petróleo desde que el pasado jueves se logró instalar una campana sobre la válvula de escape para conducir el fluido hacia un barco contenedor.
Sin embargo, el sistema no permite la recogida de todo el petróleo que se está vertiendo al mar. Según Thad Allen, almirante de la Guardia Costera al frente del dispositivo organizado por el Gobierno federal, se estima que cada día se vierten al mar entre 12.000 y 19.000 barriles -algunos científicos han elevado esta cifra hasta 25.000- mientras que la capacidad máxima del sistema que ha puesto en marcha la petrolera rondaría los 15.000 barriles. En el mejor día hasta ahora, el sábado, la compañía calculó que había recogido 10.500 barriles.
Además, BP ha informado hoy de que lleva gastados 1.250 millones de dólares (casi 1.050 millones de euros) en respuesta al vertido. La cifra, ha precisado la compañía, no incluye unos 300 millones de euros destinados específicamente a la construcción de barreras de protección en la costa de Luisiana. La compañía con sede en Londres espera tener listo a mediados de mes un segundo sistema contenedor de crudo para mejorar el actual, aunque no se ha especificado en cuánto se incrementaría la capacidad de recogida de crudo.
Tampoco está claro cuándo llegará la solución definitiva, es decir, el sellado de la fuga. Aunque BP anunció inicialmente que esto sucedería a finales de este mes , ahora parece que continuará saliendo una parte del petróleo hacia el mar al menos hasta agosto. Así, y antes de que puede inyectarse cemento en las fisuras, la petrolera británica trabaja para que la tapa que sustituirá a la que puso el pasado jueves sea “más permanente”. El segundo reto es que además sea lo suficientemente flexible como para ressitir la temporada de huracanes, que comienza ahora en el hemisferio norte.
El País