Camarógrafo registra lo que BP no quiere que veamos: Todo tipo de animales muriendo

Las estrictas medidas de seguridad puestas por British Petroleum  no han impedido a John L. Wathen capturar en vídeo y fotografía decenas de delfines e incluso ballenas en el petróleo, algunos muriendo.
En un vuelo reciente sobre el Golfo de México, el camarógrafo captó mucho de lo que usted necesita ver sobre el desastre en aguas profundas. En Youtube, Wathen escribió: “¡Este es el video más emocionalmente perturbador que he hecho!. Se trata del vuelo sobre el derrame de petróleo de la British Petroleum, donde he visto por lo menos 100 delfines nadando sobre el petróleo, algunos moribundos. También fotografié un cachalote cubierto de aceite negro por todas partes. ¿Quién responderá por estas gentiles criaturas?”.
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CubaDebate

El Golfo de México plantea problemas de toxicidad sin precedentes

Kim Evans / Global Research.- Si vives en EE.UU., sobre todo a la orilla de los 1.500 kilómetros del Golfo, tienes que desintoxicar tu cuerpo ahora. El motivo: el petróleo crudo está repleto de un producto químico tóxico llamado benceno. Incluso en pequeñas cantidades, el benceno se asocia con la leucemia, el linfoma de Hodgkin y otras graves enfermedades de la sangre y del sistema inmunológico. El “nivel seguro” de la EPA [Agencia de protección medioambiental de EE.UU.] para el benceno es de 4 ppb (partes por mil millones) y el benceno se encuentra en el aire del Golfo a niveles de 3.000 ppb. El petróleo crudo se huele a cientos de kilómetros y, no te quepa la menor duda, si puedes oler petróleo estás aspirando benceno altamente tóxico.
Con el petróleo también salen a borbotones numerosos gases tóxicos del subsuelo. Entre los gases a los que está expuesto todo el que se encuentre cerca del Golfo se incluyen el sulfuro de hidrógeno y el cloruro de metileno. El límite permisible para el sulfuro de hidrógeno de la EPA es entre 5 y 10 ppb (partes por mil millones), pero el 3 de mayo se registraron niveles en el aire de 1.192 ppb. Un antiguo director ejecutivo de una compañía petrolera dice que esos niveles plantean riesgos graves, incluso fatales, a adultos y niños nonatos. El sulfuro de hidrógeno actúa como el monóxido de carbono y los gases de cianuro: inhibe la respiración celular y la captación de oxígeno, y causa sofocación celular. En cuanto al cloruro de metileno, el cuerpo lo convierte en monóxido de carbono, y se sabe que causa daño al hígado, a la piel y cáncer. El nivel seguro de la EPA para cloruro de metileno de 61 ppb, y se encuentra en el aire a niveles de 3.000 ppb.
La mayoría de las personas saben que el dispersante químico utilizado por BP es altamente tóxico. Es tan tóxico que la EPA ordenó a BP que usara un dispersante diferente y menos tóxico. BP hizo caso omiso de esta orden. Actualmente se han descargado en nuestros océanos más de 3,8 millones de litros de estos productos químicos tóxicos. Con el vertido de petróleo del Exxon Valdez, el mismo dispersante causó serios daños a los pulmones, al hígado, al sistema nervioso y a la sangre de las personas; y hay numerosos informes de que los miembros de los equipos de limpieza en el Golfo están enfermando. En la etiqueta del fabricante dice que no se han detectado síntomas de toxicidad, pero estos productos químicos, usados en cantidades enormes y desmedidas, son evidentemente muy tóxicos.
Todo esto suena mal, y así es, pero lo que nos deja helados es que como parte del ecosistema interconectado de la tierra, el agua de lluvia proviene de los océanos. Por lo tanto, no debe sorprender que algunos científicos estén prediciendo una destrucción grave en todo EE.UU. por lluvias tóxicas, y parece que se informa sobre los primeros casos a unos 600 kilómetros del Golfo. De hecho, cientos de hectáreas de tierras agrícolas de Tennessee están en peligro.
Las cosechas tienen pequeñas quemaduras del tamaño de una gota de lluvia, y aunque los medios dominantes hablan de daños en las cosechas, todavía no han establecido la conexión entre las lluvias tóxicas, cargadas de productos químicos, y el posible fracaso de la cosecha. Se informa de que esas quemaduras afectan a todo lo que está a la vista y de que ninguna planta es inmune. También se encuentran pájaros muertos en las cercanías. Esas cosechas pueden fracasar, y si sobreviven es probable que sean tóxicas para el consumo porque las plantas que se riegan con productos químicos tóxicos los absorberán en sus células.
¿Qué se puede hacer entonces? Desintoxicar el cuerpo ahora y seguir haciéndolo regularmente en los meses y años por venir. Esos productos químicos en el aire –y pronto probablemente en el agua potable y en las cosechas que sobrevivan– representan un peligro muy real dentro de nuestros cuerpos. Por suerte, hay métodos para eliminar esos productos químicos, pero emprender los pasos necesarios depende de cada cual.
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
© Copyright Kim Evans, NaturalNews, 2010
Fuente: http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=19962

Rebelión

Huracán Alex impactará el noreste de México y desparramará petróleo en Golfo

El huracán Alex  impactará la noche de este miércoles contra el noreste de México  con grandes olas y poderosos vientos que se espera desparramen por el Golfo de México y las costas de la región un gigantesco derrame de petróleo de la compañía BP, dijeron meteorólogos.
El huracán avanzaba lento sobre aguas del Golfo a una velocidad de 11 km/h y sus vientos de hasta 130 km/h levantan gran oleaje y provocarán fuertes crecidas de marea en toda la zona, indicó el Centro estadounidense de Huracanes (NHC), con sede en Miami.
El ciclón se desplaza a unos 1.000 km de la marea negra que cubre el Golfo de México frente a las costas estadounidenses de Luisiana, Alabama, Misisipi y Florida (sur).
Se espera que el huracán mantenga un rumbo noroeste lejos del derrame, pero sus vientos exteriores ya afectaron las tareas de recuperación y limpieza en la región y podrían llevar olas de marea negra a grandes extensiones de costas y playas, agravando aún más el peor desastre petrolífero de la historia estadounidense.
Teniendo en cuenta que el ciclón no pasa sobre el derrame, “no es el peor de los escenarios”, dijo Corene Matyas, experta en huracanes de la Universidad de Florida, a la AFP.
“No va a ser tan malo como sería si la tormenta hubiera pasado más cerca”, indicó.
Alex es un huracán de categoría uno en la escala Saffir-Simpson, con máximo en cinco, que mide la fuerza de sus vientos.
A las 15H00 GMT el centro de huracán se ubicaba a 235 km al este de La Pesca, México, y a 310 km de Brownsville, Texas.
Alex es un huracán de categoría uno en la escala Saffir-Simpson, con máximo en cinco, que mide la fuerza de sus vientos, pero se pronostica que tenga un fortalecimiento adicional y podría tocar tiera con categoría dos y vientos superiores a los 154 km/h, dijo el NHC.
Una advertencia de huracán está vigente en México entre la boca del Río Grande y la ciudad de La Cruz. También en el estado de Texas (EEUU) se activó una alerta entre el sur de Bahía Baffin y la boca del Río Grande, dijo el organismo.
“El centro de Alex tocará tierra en la zona bajo alerta de huracán en las últimas horas de hoy (miércoles) o primeras horas del jueves”, dijo el meteorólogo Lixion Avila, del NHC.
Los vientos huracanados de Alex se extienden hasta 35 km del centro y comenzarán a sentirse en la costa mexicana en las primeras horas de la tarde de este miércoles. En tanto, los vientos de tormenta tropical llegan hasta los 325 km del centro del huracán, indicó Avila.
Alex provocará fuertes crecidas del mar y gran oleaje contra las costas, además de inundaciones repentinas que amenazan la vida de personas, dijo el meteorólogo.
Las lluvias asociadas al ciclón pueden provocar una acumulación de agua de hasta 300 mm en sectores del noreste de México y el sur de Texas, donde el gobierno estadounidense declaró el estado de emergencia.
Un estimado de entre 1,6 a 3,6 millones de barriles de petróleo se han vertido en el Golfo de México desde que una plataforma petrolífera de la compañía BP explotó el 20 de abril, causando la muerte de 11 trabajadores.
Alex es el primer huracán de la temporada en el Atlántico norte, que se desarrolla entre junio y noviembre y que se pronostica tendrá gran intensidad.
Desde 1995 no se formaba un huracán en el mes de junio, usualmente más suave, ya que la mayor actividad ciclónica se desarrolla entre agosto y octubre. (Con información de agencias)

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