Ecuador debe igualmente asumir su responsabilidad
Por Alberto Acosta.- He recibido con mucha preocupación y no poca indignación la noticia sobre la negativa del ministro de Cooperación alemán para financiar el fondo Yasuní-ITT. Si se consolida esa posición sería un golpe muy duro, una suerte de puñalada por la espalda para la Iniciativa Yasuní-ITT.
Había confianza en el apoyo de Alemania. El Parlamento alemán (der Bundestag), con su pronunciamiento inicial a favor de esta Iniciativa en junio del 2008, se transformó en uno de los pilares internacionales para cristalizar este proyecto orientado a proteger la vida en el Yasuní y en el mundo. Esa posición, reiterada en varias ocasiones en dicho Parlamento, que luego fue asumida por el propio gobierno alemán, sirvió para enfrentar una serie de complejas situaciones aún dentro de Ecuador. Incluso amplios segmentos de la sociedad alemana estaban satisfechos y comprometidos con esta decisión.
Por esa razón resulta incomprensible que ahora, cuando luego de un largo y complejo proceso de negociación del fideicomiso, firmado entre el gobierno ecuatoriano y el PNUD el 3 de agosto pasado, y cuando varios países se suman a esta Iniciativa, como Italia y Chile, el ministro Dirk Niebel resuelva no cumplir con el compromiso acordado en principio.
Los argumentos expuestos por el ministro Niebel en su comunicación a la diputada Ute Koczy no tienen asidero alguno. Comparar la Iniciativa Yasuní-ITT con el proyecto REDD (Reducing Emissions from Deforestation and Degradation) demuestra un enorme desconocimiento de los dos temas. La figura de compensar al Ecuador, destinando los fondos comprometidos a los proyectos Socio Bosque del Ministerio del Ambiente ecuatoriano y REDD, representa una burla en tanto se sustituye una contribución responsable con la vida por una que está basada en intereses mercantiles. Es más, los proyectos Socio Bosque y REDD no cumplen con los objetivos planteados en la Iniciativa Yasuni/ITT, que aborda simultáneamente la conservación de la biodiversidad, el cambio climático y sobre todo los derechos de los pueblos. Tampoco es sustentable el recelo del ministro alemán cuando dice que esta iniciativa podría convertirse en un precedente generalizable en todos los países exportadores de petróleo.
En este punto, reconociendo que esta decisión ministerial significa un revés para la Iniciativa Yasuní-ITT, es preciso solicitar a todos los bloques parlamentarios del Bundestag que revisen esta posición. Una vez más la respuesta estará en manos de los representantes y las representantes del pueblo alemán, quienes deben asumir su compromiso histórico con la naturaleza y la humanidad.
En Ecuador y en otras partes del planeta, quienes defendemos la vida esperamos un pronunciamiento claro y categórico para revertir esa decisión y conseguir el apoyo definitivo de Alemania. Un apoyo que se sumaría a otros respaldos efectivos, con los que se consolidaría esta Iniciativa. La Unión Europea dice liderar las iniciativas contra el cambio climático. Eso debe ser más que palabras. Los países europeos no sólo tienen deudas sociales e históricas muy grandes, tienen además deudas por el cambio climático desde su industrialización basada en los combustibles fósiles. El apoyo a la inicitativa ITT tiene un gran significado en este contexto.
Igualmente es necesario que el gobierno ecuatoriano asuma con mucha mayor responsabilidad su tarea. Se perdió mucho tiempo en la discusión del fidecomiso. Han sido demasiadas y muy continuas las contradicciones en el gobierno del presidente Correa. En estas circunstancias la sociedad civil de Ecuador, de Alemania y del resto del mundo debe estar atenta. Esta negativa alemana podría servir de gran pretexto para precipitar el fracaso de la Iniciativa, como quieren los representantes de los intereses petroleros dentro y fuera del país.
En suma, si Alemania contribuye a desbaratar una propuesta de vanguardia de alcance global, seremos los habitantes del Ecuador quienes tendremos que asumir nuestra responsabilidad. Tendremos que impulsar con fuerza la opción C: dejar el crudo en el subsuelo, aún sin que se consiga la contribución internacional.
Alberto Acosta. Economista ecuatoriano, profesor e investigador de FLACSO. Ex ministro de Energía y Minas y ex presidente de la Asamblea Constituyente de Ecuador.
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