El petróleo como una maldición

El impacto ambiental de la BP en el Golfo de México

Gran parte de las aguas del Golfo de México afectadas por el vertido de la British Petroleum –BP- están aparentemente limpias, pero los efectos en los ecosistemas tardarán muchos años en desaparecer, pues un 75 por ciento del crudo puede estar en el fondo del mar. Lo informó Xavier Pastor director de la expedición Oceana que actualmente se halla en esa zona analizando los efectos del accidente de la BP.

Por José Luis Lucero Sánches.- El oceanógrafo Xavier Pastor que dirige la expedición europea Oceana ha declarado que el impacto ambiental de los cinco millones de barriles de petróleo puede “dejarse notar entre los próximos veinte hasta cien años”.
Mientras tanto, la compañía británica intenta recomponer su dañada imagen mundial y por ello ha renunciado a perforar en la costa de Groenlandia, una zona virgen muy rica en recursos energéticos que en breve comenzará a ser explotada por las empresas petroleras.
Pesca en zona prohibida
La organización Oceana  ha explicado que, además del impacto directo del crudo en el hábitat marino del Golfo de México, las especies sufren la adherencia del petróleo en su piel, la inhalación de compuestos químicos y la obstrucción de las vías respiratorias.
Las más afectadas han sido los cetáceos, las tortugas y las aves, debido a que se acercan a la superficie marina para poder respirar y alimentarse.
Pastor, que llegó al Golfo a principios de agosto junto con otros once científicos de Oceana, visitó la desembocadura del Mississipi, frente a las costas de Lousiana, donde han visto cientos de plataformas petroleras y también barcos arrastreros de pesca de gamba en una zona prohibida para esta actividad.
El oceanógrafo asegura que el vertido ya no se detecta a simple vista humana, excepto en ciertas zonas y marismas del delta del Mississipi.
En este sentido, ha recordado que un estudio de la Universidad de Georgia calcula en un 75 por ciento el crudo que podría estar en los fondos marinos.
Ha destacado, asimismo, que hay una corriente de petróleo submarino de 40 kilómetros de longitud, que se inicia en el lugar de la catástrofe y que se dirige hacia el suroeste, a una profundidad de casi un kilómetro bajo la superficie.
“A esas profundidades, la temperatura es de alrededor de cuatro grados, lo que hace que el petróleo se degrade a velocidades diez veces menores que si estuviese en la superficie”, ha explicado Pastor.
Dada la cantidad de petróleo derramado -unos cinco millones de barriles- y la profundidad de 1.500 metros en la que ocurrió el accidente, los expertos de Oceana calculan que los efectos del vertido se notarán entre los próximos 20 y 100 años.
Problemas pulmonares
“Aunque cada vertido tiene características distintas, un estudio publicado recientemente ha revelado que los marineros que limpiaron parte del vertido del ‘Prestige’ sufrieron cambios genéticos y problemas pulmonares años después de la catástrofe”.
Además, ha advertido, la presencia de un centenar de plataformas petroleras en el Golfo de México incrementa notablemente la posibilidad de que vuelva a suceder un derrame.
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