A 7 años de la guerra del gas, un estudio que el gobierno encargó a la empresa estadounidense Ryder Scout reduce a un tercio las reservas de gas de Bolivia, de 26,7 a 8,3 trillones de pies cúbicos.
Esto significa 8 años de exportaciones ya comprometidas a Brasil y Argentina (no se podría cumplir el contraro en años siguientes) y supuestamente se acabará el gas. Tampoco se podría utilizar entonces gas para la industrialización nacional, como reclamó la insurrección popular de octubre del 2010.
El ministro de hidrocarburos Carlos Villegas afirmó “Bolivia ha vivido una ficción”.
Simultáneamente con esta noticia, el gobierno amplió, mediante un decreto, de 33 a 56 el número de áreas de exploración y explotación de hidrocarburos concedidas a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), varias de ellas ubicadas al interior del parque nacional Madidi, en el territorio indígena Isiboro Sécure y en las áreas de manejo integrado Aguaragüe e Iñao.
En primer lugar respecto a la informe de Ryder Scout, no lo creemos. Porque el 95 del territorio nacional adonde potencialmente puede haber hidrocarburos no está explorado. YPFB no hace exploración y sólo prevé en los próximos 5 años hacer ¡un pozo! Por su parte las transnacionales, Petrobrás, Repsol y otras, se guardan sus datos y tampoco han invertido en exploración.
Nuestra conclusión es que Ryder Scout y el gobierno mienten a sabiendas, ocultando algo tan simple como que no existe exploración, para crear la idea de que “Bolivia necesita urgentemente encontrar más gas” y que “sólo pueden hacerlo las transnacionales” y que para eso hay que darles todas las facilidades, hacer nuevos contratos, e incluso perforar parques nacionales y TCO (Territorios Originarios Indígenas).
Nuestra propuesta es
1.- Que YPFB tiene que ser dotada de fondos y capacidad humana para asumir la exploración y explotación de los hidrocarburos, respetando TCO y parques nacionales, y en los casos de TCO hacer un plan en consulta con los indígenas, respetando sus tiempos y decisiones.
2.- Privilegiar áreas como Camiri, de tradición petrolera y gasífera, adonde todo indica que hay reservas importantes.
3.- Que hay que expropiar y expulsar a las transnacionales para que YPFB se haga cargo de todo el proceso, con control de los trabajadores, técnicos bolivianos y de indígenas y comunidades de zonas de explotación.
4.- Iniciar ya la construcción del gasoducto de Camiri a La Paz a fin de utilizar el gas primero para los bolivianos, como energía barata para la industrialización, incluyendo petroquímicas.
5.- Privilegiar con fondos la formación de técnicos e ingenieros en hidrocarburos, minería, litio, en las universidades fiscales.
Lamentablemente nos vemos en la obligación de denunciar que la política del gobierno es opuesta, de entrega a las transnacionales. Por eso, para imponer esta salida al servicio de las mayorías populares y de una verdadera nacionalización, va a ser necesaria la movilización retomando la Agenda de Octubre del 2003.
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