Por Abrahán Cuellar Araujo
En la actualidad se mira al bosque como un estorbo al crecimiento, al desarrollo y al progreso. Hay una concepción agrarista, ganadera y maderera respecto al bosque. Empresarios y autoridades en general, tienen la idea de que hay que explotar toda la madera, tumbar todo el bosque para convertirlo en grandes extensiones agrícolas soyeras y/o ganaderas. No miran nada más. Ven al bosque con una mirada mercantil, de afán desmedido de lucro. No les importa la diversidad de vida humana, vegetal y animal que existe ahí adentro.
Por lo demás, tampoco existe ningún debate, reflexión o información en áreas académicas o en medios de comunicación sobre la importancia del bosque como fuente de vida. Para los desarrollistas de izquierda y de derecha es mejor que nadie conozca, que nadie sepa el drama que se está viviendo cuando se destruye el bosque.
Por eso es necesario salir en defensa de los bosques y de los pueblos que viven ahí. Lo primero que hay que decir es que el bosque no tiene, ni tendrá vocación agrícola y ganadera. No sirve para la agricultura porque no tiene sustrato, la capa de abono es menor a 30 centímetros y es frágil. Tampoco tiene vocación ganadera, es un crimen deforestar grandes áreas de bosques para cultivar pastos en praderas artificiales porque, a la larga, la erosión hídrica convierte a los pastizales en terrenos arcillosos.
Defender los bosques es defender la vida de los pueblos indígenas y campesinos que la habitan, es defender la vida animal y vegetal. Los bosques son el más preciado patrimonio de la humanidad, son fuente de vida diversa que se renueva constantemente y que por tanto hay que proteger y salvaguardar.
Para defender los bosques, también hay que valorizar las múltiples funciones que cumplen para producir bienes y servicios. Entre la producción de bienes se encuentran los llamados maderables. Todos conocemos la leña que se usa para cocinar alimentos y la madera, con la que se construyen viviendas, muebles, corrales, tranqueras, artesanías y otros.
Asimismo, es creciente la valorización de otros bienes reconocidos como “no maderables” tradicionales y no tradicionales: castaña, goma, semillas forestales, plantas medicinales, frutos silvestres, resinas, lianas,etc. Estos productos sirven de fuente de alimentos para nosotros, para los animales domésticos y para la fauna silvestre, además para la industria farmacéutica, para adornos y decoraciones.
A su vez, los bosques cumplen una función esencial de protección de otros recursos naturales como son los suelos protegiéndolos de la erosión y la flora y fauna silvestre asociadas a las estructuras boscosas. Dicho de otra manera resguardan la biodiversidad y las fuentes de aguas subterráneas y superficiales.
Los bosques también almacenan el dióxido de carbono que es absorbido por las plantas a través de la fotosíntesis, proceso que contribuye a disminuir este gas que provoca el aumento de la temperatura en la tierra. En este sentido, los bosques brindan un servicio ambiental positivo para el equilibrio del clima.
Los bosques ayudan a producir lluvias a través de la evapotranspiración, es decir, la evaporación de los ríos unida a la transpiración de las plantas. Significa que la desforestación reduce drásticamente la cantidad y frecuencia de las lluvias especialmente en época seca.
Para preservar los bosques no basta valorizar sus funciones, hay que presentar alternativas al modelo capitalista de explotación irracional y depredador que busca el agro negocio. En este sentido, desde el norte amazónico de Bolivia, lanzamos algunas propuestas de lo que debe ser el manejo integral y uso múltiple del bosque que ya se conoce pero que hay que “machacar” (insistir) hasta que se convierta en política pública concertada y consensuada con los actores locales.
Los productos forestales maderables son una alternativa viable a través de un manejo comunitario sustentable respetando las características y uso tradicional de los recursos naturales. A pesar del saqueo y explotación irracional de las especies valiosas de la Mara, el Cedro, el Roble y otros, aun quedan muchas especies maderables que se le puede dar valor agregado fabricando muebles de calidad priorizando el mercado nacional.El manejo comunitario forestal deberá beneficiar primero a los pueblos que viven en el bosque a través de una distribución equitativa del ingreso. Para lograr este objetivo hay que cambiar las normas que favorecen a las élites empresariales de grandes madereros. Es necesario la asistencia técnica, tecnología, inversión de capital a través de la intervención del Estado con la participación efectiva de los productores del bosque en todo el proceso productivo.
Entre las especies forestales no maderables se encuentra la castaña amazónica también conocida como nuez amazónica que es una actividad que genera recursos sin destruir el bosque ya que se trata solo de recolectar el producto. Bolivia es el primer productor mundial de castaña pero las utilidades siguen concentrándose en pequeños grupos de poder, dueños de beneficiadoras y exportadores. Los indígenas y campesinos que son los dueños del bosque solo participan como recolectores y proveedores de materia prima. Aquí de lo que se trata es que las comunidades obtengan un precio justo de la materia prima, participen de todo el proceso productivo y de las utilidades generadas. Además se tiene que promover el consumo responsable de la castaña amazónica en el país por su alto valor nutritivo, ya que toda la producción se exporta a excepción de un pequeño porcentaje destinado al subsidio materno infantil.
La extracción del látex del árbol de la siringa (Hevea brasilienses) que se transforma en goma elástica es otro producto alternativo que genera ingresos sin destruir la naturaleza. No podemos olvidar ni dejar de mencionar que en el pasado durante el auge de la explotación de la goma se cometió el mas atroz genocidio masivo de los pueblos indígenas de la amazonia, además de prácticas esclavistas de sobre explotación de la mano de obra nativa. Hay que impedir que se repita nuevas formas de explotación modernas con los indígenas sobrevivientes y con los campesinos que llevan sangre indígena. A pesar de los pesares, la reactivación de la goma con la recuperación de los precios y de la demanda sigue siendo una alternativa al modelo depredador. La cuestión está si seremos capaces con las organizaciones sociales y productivas locales de lograr valor agregado y que los beneficios de las utilidades sean distribuidas de forma justa y equitativa.
El potencial piscícola es otro rubro cuyo manejo adecuado e industrialización puede generar recursos económicos preservando las especies en la Amazonía. Todos los grandes ríos, arroyos, lagos y lagunas de tierras bajas son una fuente inagotable de diversidad de peces que puede ayudar a la economía local y proveer alimento saludable al país. Hace falta apoyo, asistencia técnica, herramientas e insumos a los pobladores ribereños. Un ejemplo ilustrador en la Amazonía brasileña es del ganadero que tenía mil hectáreas con ganado que decidió cambiar de rubro y construyó represas para criar pescado en un área de 5 hectáreas, logrando importantes resultado y, por supuesto, un considerable incremento de sus ingresos. Mas allá de la visión empresarial lo importante es saber que existen alternativas viables para salvar el bosque y esta es una de ellas !En vez de tumbar la selva para ganadería crie pescado, su carne es mas saludable! Es importante saber que existe un peligro que puede afectar al potencial piscícola y es la construcción de mega represas en los grandes ríos porque pueden trancar el libre tránsito de los peces a desovar, la consecuencia es la reducción drástica de las especies y en algunos casos significa la extinción como está ocurriendo con el pez Dorado.
La industria sin chimenea, del turismo de aventura, es otra opción para la preservación de los bosques amazónicos. La Amazonía tiene innumerables lugares de extraordinaria belleza que presenta la naturaleza y la diversidad biológica sin igual que puede ser mostrada con respeto y admiración a miles de visitantes del país y del extranjero. Tenemos el ejemplo, del destino turístico del Parque Madidi en Chalalán que puede replicarse en otras áreas de la Amazonía. Aunque existen otras visiones de algunos funcionarios del gobierno que quieren traer grandes inversionistas para construir hoteles lujosos de 5 estrellas. Creo que se trata de dar la prioridad y la opción a las comunidades porque de ellos es el bosque y son los que conocen mas que nadie la naturaleza donde viven: sus ríos, sus lagos, sus árboles, sus animales. Los pueblos tienen derecho a construir su autonomía económica en vez de ser mano de obra barata de inversionistas extranjeros.
La artesanía de los productos del bosque es otra área económica que se puede desarrollar. Se pueden elaborar una diversidad de objetos de madera, bambú,bejucos, palmas, cortezas, cocos, semillas, escamas y hojas. De los residuos de madera, de los gajos y troncos se pueden elaborar pequeños objetos domésticos, decorativos o juguetes para niños. De la leche de la goma también se elabora tela engomada o cuero ecológico que sirve para confeccionar ropa, carteras, mochilas y ponchos. Además de la tradicional bolachita o plancha pequeña de goma muy requerida como regalo y recuerdo amazónico. Del coco de la castaña se confeccionan ceniceros y palmeras decorativas. De los bejucos de mimbre y escalera de peta se confeccionan sombreros, “yamachis” (canastos) paneros, escobas, abanicos, sillas y otros. Del bambú se elaboran muebles, escaleras, estantes, sillas, tejas, ceniceros, porta-lápices, varillas de pesca, cucharas, lámparas, etc. También se confeccionan hermosas cortinas de toda clase de semillas de sirari, de la siringa, del asaí, de palillos de madera, de la tacuara, del bambú y de las escamas del Paiche.
La industria de los cosméticos y perfumerías es otra alternativa que ofrece los bosques. En Sao Paulo, Belén y Manaos, en Brasi,l han desarrollado tecnologías para la producción de aceites bronceadores, aceites capilares, champús, jaboncillos y perfumes provenientes de una variedad especies amazónicos de frutas, de flores, de hojas y semillas como la castaña, el asaí, el majo, el motacú, la chonta, la palma real, etc. En nuestro país se comercializan aceites de cusi y castaña en pequeñas cantidades en los mercados locales y en las ferias campesinas, pero se hace necesario efectuar transferencias tecnológicas e investigaciones de parte de las universidades del país para desarrollar este rubro.
La industria farmacéutica también brinda opciones para aprovechar cientos de especies de vida animal y vegetal: raíces, tallos, aceites, hojas, frutos, semillas, flores y animales y millones de microrganismos que se utilizan en la medicina convencional y natural. Se conoce que los venenos de algunas víboras, arañas, ranas, alacranes sirven de antiofídico y algunos tienen propiedades anticancerígenos como algunas especies de alacrán. Es conocido en la región algunas especies utilizadas en la medicina natural como anticancerígenos, anti- inflamatorio, cicatrizantes, des parasitarios y otros como son: la Uña de Gato, Sangre de Grada, el Copaibo, el aceite de Piquí, el agua de Patujú, la Balsamina, el Hojé, la raíz del Majo y otros.
Los productos de las frutas amazónicas: pulpas, jugos, helados, refrescos y cremas son una fuente inagotable y diversa de sabores y colores que, en la región, aun siguen descubriendo. Podemos mencionar algunos como el Copuazú, el Asaí, el Majo, la Acerola, el Sinini, el Tamarindo la Lúcuma, el Cedrillo, el Achachairú, la Palma Real, la Guayaba, el Cayú, el Maracuyá, la Carambola, el Bí, el Maíz, etc. El desarrollo de esta industria gracias a pequeños esfuerzos individuales es todavía incipiente y es un rubro en crecimiento que hay que apoyar.
La apicultura o el manejo de abejas nativas son otra fuente de recursos del bosque no desarrolladas en la región ya que existen una variedad de especies. Entre las conocidas están, la Erereú, la Mangaba, la abeja africana y la italiana. Debido a la existencia de miles de especies de flores en los bosques amazónicos, la industria apícola es un potencial que se puede desarrollar en las comunidades campesinas e indígenas.
Existen otros rubros como son la extracción de semillas forestales, el manejo de fauna, el manejo de plantas ornamentales, el manejo de hojas como la jatata, el manejo de cueros de animales y saurios que es preciso investigar y aplicar. También el desarrollo de la biotecnología como controladores biológicos y otros que deben ser estudiados a través de un instituto especializado en investigaciones amazónicas que debiera crearse.
Las fuentes de agua dulce para consumo humano y animal son bienes apreciables que no pueden ser mercantilizados y que deben preservarse prohibiendo toda actividad que ponga en riesgo la calidad de las fuentes de agua en los bosques amazónicos.
El manejo del conjunto de los recursos del bosque que hemos mencionado aquí es el argumento alternativo ante el modelo neoliberal de explotación depredatoria e irracional del sistema capitalista. No solo se trata del manejo responsable y sustentable de la diversidad biológica sino también de construir una economía comunitaria solidaria donde el centro de atención sea el ser humano, donde se respete su vida, su dignidad y su medio ambiente.
Hace falta que nuestras autoridades comprendan mejor y puedan sentir los bosques amazónicos y a la gente que vive ahí, para que haya voluntad política de hacer las cosas para el bien común en las tierras bajas. Hace falta que las organizaciones sociales rurales de comunidades indígenas y campesinos levanten la voz con más fuerza para exigir que se haga algo antes de que sea irremediable ver el bosque destruido.
Todavía soñamos con una utopía que, como alguien dijo, sirve para caminar y quizá, en algún momento, caminemos todos para cambiar la historia.
Sena