Como hizo evidente la crisis energética, Argentina figura -como otros países de América Latina- entre los “malos alumnos” en cuanto a la explotación de sus recursos, según indican los resultados obtenidos en materia de exploración y producción de gas y petróleo durante los últimos 15 años.
En ese periodo, cuando el precio internacional del crudo pasó -en términos reales- de 26 a 96 dólares el barril, los países de América Latina reaccionaron de manera distinta, explicó un analista del sector que participó en la XXII Conferencia de Energía, organizada por el Instituto de las Américas, la semana pasada, en La Jolla, Estados Unidos.
En el grupo de los países que retrocedieron en su producción energética, figuran Ecuador, Bolivia, México, Venezuela y Argentina. Por caso, en el mercado local, la producción petrolera cayó un 25% en los últimos 10 años y la de gas, un 4 por ciento.
¿Qué tienen en común los mercados que integran este grupo?
“La industria se encontró con gobiernos que fomentan contratos asimétricos entre los dueños de la tierra o de los recursos y las empresas concesionarias, O con economías rentistas que crean tensiones entre los gobiernos y las compañías”, explican los analistas.
En la Argentina, según los expertos, la regulación de los precios domésticos de los combustibles, los impuestos específicos a la exportación, la creación de Enarsa y la expropiación de YPF, son rasgos que se esgrimen como obstáculos en el camino para lograr la independencia energética.
Clarín