Un proyecto propone generar energía en los ríos desde Buenos Aires a Tierra del Fuego

Lo promociona un empresario santacruceño

La propuesta, a cargo del santacruceño Patricio Bilancioni, fue aprobada en cuanto a su factibilidad técnica. La idea es desarrollar un prototipo real y presentarlo próximamente. Pese a que se trata de una iniciativa 100% nacional, hay capitales extranjeros interesados en su implementación.

Con la intención de impulsar y optimizar el aprovechamiento energético de los ríos argentinos, el empresario santacruceño Patricio Bilancioni diseñó un proyecto capaz de incrementar el abastecimiento eléctrico local, reducir las importaciones de combustibles, crear fuentes de trabajo en múltiples lugares del país, promover el desarrollo industrial y mejorar la actividad rural. Se trata de un método orientado a generar electricidad a partir del movimiento de las mareas, el cual podría ser utilizado desde las costas de Buenos Aires hasta las de Tierra del Fuego.


“El emprendimientonació en 2006. Luego de su estudio, lo presenté en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), que me otorgó la patente de la invención. Y más tarde lo sometí al primer análisis sobre sus características mareomotrices, en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), con resultados favorables”, recuerda Bilancioni, en diálogo con Revista Petroquímica, Petróleo, Gas & Química.
En 2011, añade, el sistema fue seleccionado por el Concurso Nacional de Innovaciones “Innovar” y expuesto en la feria científica y tecnológica Tecnópolis. “El año pasado, en tanto, solicité a la UNLP otro estudio sobre su adaptación fluvial, lo que dio lugar a un informe técnico que lo declaró factible”, señala el especialista, quien estima posible generar entre 200 y 22.400 kilowatts (Kw) con la energía provista por los ríos argentinos.
En ese sentido, aclara que la cantidad indicada de producción variará de acuerdo con el tamaño de cada equipo. “Debemos considerar que esa energía se multiplicará en relación directa con los implantes que se quieran instalar en cada río. Por caso, en la provincia de Neuquén hay –sin contar arroyos– no menos de 32 ríos para aprovechar. Y eligiendo sólo cuatro (Barrancas, Colorado, Limay y Neuquén), podría obtenerse una producción muy importante”, puntualiza.

Anhelo personal

A decir de Bilancioni, cada equipo puede instalarse en el lugar que se elija –salvo accidentes costeros graves–, además de aportar la potencia necesaria para el consumo de las zonas pobladas y/o rurales implicadas. “En cuanto a su implementación, sólo faltaría instalar un pequeño módulo en un determinado río. Y sobre la base de dicho módulo, deberán hacerse los ajustes técnicos que tiendan a optimizar su eficiencia”, anticipa.
Según sus palabras, el proyecto ya ha suscitado interés en el exterior. “He recibido propuestas extranjeras, pero sinceramente quisiera que el primer implante fuera argentino. En lo personal, considero que ya es hora de que el país redoble sus inversiones en materia de energías verdes a fin de beneficiar tanto al medio ambiente, en particular, como a la economía nacional, en general”, asegura.
El sistema patentado por Bilancioni no requiere turbinado y es capaz de funcionar las 24 horas del día. “A diferencia de los módulos generadores tradicionales dentro del sector, es totalmente ecológico, no produce mayores impactos ambientales ni visuales y no afecta la flora y fauna marinas y/o fluviales. Su instalación puede realizarse sobre tierra firme en cualquier punto costero que posea las condiciones adecuadas y funciona –sin demandar ningún tipo de combustible– mediante un reservorio que se llena durante el ascenso de las mareas”, explica.
Este reservorio llena las cubas o ascensores –montados sobre cilindros oleohidráulicos– para que luego, en su movimiento vertical, desciendan a una velocidad determinada y den origen a una energía de presión que hace funcionar un motor hidráulico y un generador o alternador. “De ese modo se obtiene la energía eléctrica”, detalla.
Acto seguido, acota, el flujo hidráulico sigue su curso hacia la base de la cuba (o ascensor gemelo vacío) provocando su ascenso hasta ponerlo en posición de carga. “Esto garantiza un movimiento constante durante las 24 horas”, completa.

Múltiples usos

La energía mareomotriz es posible gracias al ascenso (pleamar) y descenso (bajamar) del nivel del mar, fenómeno que se repite aproximadamente dos veces por día. “Pero mi invención no sólo trabaja a través de las mareas, sino que también ofrece otras posibilidades. De hecho, antes de lograr la patente implementé –junto con un grupo de colaboradores– una serie de variantes en el equipo con el propósito de adaptar su uso a distintos lugares carentes del recurso mareomotriz”, señala.
En definitiva, el sistema puede emplearse –sin grandes inversiones– para repotenciar represas hidroeléctricas ya construidas y en funcionamiento, puesto que no interfiere con el equipo original y posibilita una mayor capacidad productiva. Y una vez instalado en la central hidráulica, el equipo baja su costo, dado que no precisa la construcción del reservorio previsto en el esquema original.
Asimismo, sirve para utilizarse con absoluta simpleza en zona de ríos, tanto para generar energía eléctrica como para promover el riego. “Incluso puede fomentar ambas opciones al mismo tiempo”, agrega.
También, cambiando sólo algunos componentes, ofrece la oportunidad de desalinizar el agua de mar y hacerla potable. “Y todo ello puede hacerse a un costo razonable, ya que el valor máximo por kilowatt instalado no supera en ningún caso al que actualmente proporciona cualquier otra fuente de energía renovable, con el plus de que las obras son rápidas de construir, tienen una larga vida útil y muy bajas necesidades de mantenimiento. Estamos hablando de una sumatoria de conveniencias muy significativas a la hora de considerar el retorno de las inversiones”, concluye

Revista Petroquímica