Silenciar a los demandantes e incluso a sus hijos es una práctica que se ha vuelto habitual en los acuerdos judiciales en Estados Unidos. Así lo reveló una investigación emprendida por el periódico ‘Pittsburgh Post-Gazette’.
En los dos años transcurridos desde el juicio los agricultores aprovecharon la indemnización para mudarse a otra región. Pero lo que querían las compañías implicadas era el silencio absoluto sobre los hechos abordados, tanto por parte del matrimonio, como de sus dos hijos, de 7 y 10 años. Se acordó “no comentar de ningún modo las actividades vinculadas a la fractura hidráulica en la formación Marcellus” e incluso no mencionar palabras como ‘fracking’ (es decir, ‘fractura hidráulica’).
El padre de los niños, Chris Hallowich, destacó durante el proceso que sería difícil asegurar que los menores nunca pronunciasen ninguna de las “palabras prohibidas”, por ejemplo en el patio del recreo. Sin embargo, el abogado de Range Resources insistió en incluir en el acuerdo el compromiso de toda la familia.
La semana pasada un portavoz de la misma empresa, consultado por los periodistas del ‘Pittsburgh Post-Gazette’, afirmó que está en desacuerdo con la obligación de hacer callar a los niños. “No creemos que el acuerdo con los Hallowich sea aplicado a los niños”, agregó. Sin embargo, el hecho es que esa obligación forme parte de la decisión judicial, ya es un precedente jurídico, reseña el rotativo.