La socióloga recordó que desde Plataforma 2012 advertían que la recuperación de YPF no presentaba un cambio de marco regulatorio, ni políticas de nacionalización de hidrocarburos, ni una verdadera estatización de la empresa, así como tampoco apostaba a diversificar la matriz energética. “Lamentablemente el escandaloso acuerdo firmado entre YPF y Chevron refrenda este diagnóstico”, dijo Svampa, quien explicó que YPF, en vez de optar por un modelo de sociedad del Estado, optó por el de una sociedad anónima para evitar los controles públicos, por lo que puede mantener en secreto el contenido del convenio que firmó con Chevron.
Un solo pozo de gas no convencional requiere entre 9 y 29 millones de litros de agua, es decir, entre 50 y 100 veces más agua que un pozo convencional. En Estados Unidos se han probado abundantemente los casos de contaminación de napas de agua potable, del aire y la relación entre el fracking y el aumento de sismos. Sin embargo, mientras “niegan su responsabilidad en los casos de contaminación denunciados en Estados Unidos, prometen que lo mismo no va a ocurrir en los otros países”, concluyó Svampa.
