El 'fracking' en Euskadi: 17 proyectos en fase de estudio

En 2011 Patxi López anunció que se habian encontrado grandes reservas de gas natural en el subsuelo alavés. En ese momento, los ciudadanos empezaron a informarse sobre esa apuesta estratégica.

Patxi López anunció desde EEUU que habían encontrado grandes reservas de gas en Araba. Foto: Irekia.

En diciembre de 2006, el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio del Estado Español concedió a Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi S.A. (SHESA) los permisos de investigación de gas natural Enara y Angosto-1. SHESA es una empresa propiedad del Ente Vasco de Energía (EVE), una sociedad pública perteneciente al Departamento de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno Vasco. Un año después, en enero de 2008, se le concedieron a SHESA otros tres permisos: Usapal, Mirua y Usoa, que en noviembre de ese mismo año se unificaron junto con los otros dos en un único permiso denominado Gran Enara.

Después de cinco años de estudios, en octubre del 2011, el entonces lehendakari Patxi Lopez anunció desde Texas (EEUU) la existencia de grandes reservas de gas no convencional en Araba y la creación de un consorcio para su explotación entre SHESA (44%) y las empresas Petrichor Euskadi (subsidiaria de Heyco Energy Group, 36%) y Cambria Europe Inc. (filial de True Oil, 20%), empresas estadounidenses expertas en la extracción de este tipo de gas.

Por otra parte, a principios del 2013 el Ministerio de Industria español concedió permisos a la empresa Frontera Energy Corporation SL para investigar la obtención de este tipo de gas entre las localidades de Sopelana y Bermeo. Ese proyecto, denominado ‘Géminis’, cubrirá 47.940 hectáreas de tierra y mar, con una vigencia de seis años.

PERMISOS DE EXPLORACIÓN EN LA COMUNIDAD AUTÓNOMA VASCA

Hoy por hoy, hay 17 permisos solicitados por SHESA para realizar sondeos de exploración,nueve de gas no convencional y ocho de gas convencional. Intentando consultar la situación de esos permisos y su posible explotación mediante la fracturación hidráulica al EVE, su portavoz se limitó a remitir a lo que dijo la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno Vasco, Arantza Tapia, quien puntualizó en su momento que solamente son estudios y análisis, que no afectan al medioambiente. Además, dijo que estos estudios son necesarios para saber qué hay en el subsuelo, y qué más adelante decidirán si extraer el gas o no.

Según explica Mónica V. Cristina, portavoz de Shale Gas España, una plataforma formada por empresas que quieren utilizar la técnica de la fracturación hidráulica; “en algunos de esos permisos SHESA ha solicitado autorización para la perforación de pozos de investigación, mientras que en los demás los trabajos no incluyen, de momento, la perforación de sondeos ni, por tanto, la utilización de técnicas de fracturación hidráulica, limitándose a labores de investigación geoquímica”. Asegura que la investigación de los hidrocarburos tiene como objetivo determinar la viabilidad integral de una futura explotación.

Desde Fracking Ez Araba denuncian que el Gobierno Vasco tenía “una estrategia clara de oscurantismo” desde el principio. Creen que se estaba gestionando durante años el tema, pero “sin dar ninguna explicación”.

A partir del año 2011, cuando Patxi López anunció las reservas de gas que había en el subsuelo alavés, los ciudadanos empezaron a informarse por su propia cuenta, “para ver qué significaba esta errónea apuesta estratégica y para intentar difundir con charlas y material lo que el Gobierno Vasco intentaba ocultar”, denuncian.

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(Plano del proyecto Gran Enara. Fuente: Acuifer)

GRAN ENARA

El 14 de octubre de 2011, Patxi López anunció que habían encontrado 184,5 bcm (184.500 millones de metros cúbicos) de gas natural no convencional en el subsuelo de Araba. Ese fue el inicio de un proyecto al que posteriormente denominaron Gran Enara.

Gran Enara es el conjunto de 5 permisos de investigación de hidrocarburos tramitados por separado pero que los unificaron después de que los concediesen todos: Enara, Usapal, Mirua, Usoa y Angosto 1.

Dicho permiso ocupa actualmente una superficie de 324.837,30 hectáreas en Araba, principalmente, pero también de Burgos, Cantabria, Bizkaia y Nafarroa.

En estos momentos, este proyecto está en una situación de stand by, explican desde Fracking Ez Araba. “Dentro de los límites de sus permisos de exploración hay hasta 11 peticiones de pozos exploratorios, con una ubicación concreta, pero no existe ninguna dotación presupuestaria para el comienzo de ninguno para este año 2013″. Aseguran que el Ministerio de Medio Ambiente ha anunciado que de facto “y próximamente de ley” está enviando todos los pozos de fracking a una evaluación de impacto medioambiental completa, “lo que va a retrasar bastante cualquier comienzo de obra concreta”. Todo ese proceso podría durar entre uno y dos años, mantiene la plataforma.

Además de eso, aseguran que hay que tener en cuenta otros dos factores: “Los permisos de investigación empezarán a caducar el año que viene, lo que les obligará a pedir prórrogas. Por otro lado, existe el problema presupuestario, ya que la promoción del proyecto Gran Enara corre a cuenta de SHESA, que depende al 100 % del suministro de dinero público vasco, que a su vez dependerá de la voluntad del Gobierno Vasco, un gobierno que no parece tener claro que en el estado actual de las cosas se deba iniciar proyectos que impliquen hacer fracking“.

REACCIÓN CIUDADANA

A medida que se ha ido conociendo lo que supone la fracturaciín hidráulica, varios grupos ecologistas, asociaciones, personas a título personal e incluso partidos políticos se han ido uniendo para hacerle frente y, según Fracking Ez Araba, desde entonces, “la oposición no ha parado de crecer”.

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(Una manifestación en contra del uso del ‘fracking’. Foto: Fracking Ez Araba)

Sin embargo, para Iker García, vocal del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos de Minas del País Vasco, Navarra, La Rioja y Soria, ese posicionamiento “no está justificado”. Cree que es normal tener miedo a lo nuevo, pero asegura que, “si se hacen bien las cosas no hay ningún problema”.

Por su parte, Aitor Urresti, ingeniero industrial, profesor de la UPV y activista de la plataforma Fracking Ez Bizkaia, explica que han ido informando pueblo por pueblo, y barrio por barrio lo que supone este sistema de explotación de gas, y asegura que la gente ha dicho: “yo no quiero eso”.

Desde Greenpeace también mantienen esa preocupación. Julio Barea, responsable de la campaña de energía de ese grupo ecologista, subraya que en EEUU ha habido “infinidad de problemas, aun siendo el estado más desarrollado del mundo”. Por eso, cree que la alarma social está “absolutamente justificada”. “Es un sinsentido poner en riesgo a la población y el entorno”, añade Urresti.

Por otra parte, Mónica V. Cristina explica que el objetivo es que exista un conocimiento cada vez mayor de la oportunidad que el “shale gas” supone para cualquier comunidad que tenga ese potencial. Aseguran que están dispuestos a escuchar las inquietudes de los ciudadanos. “Nuestra posición es clara y coherente: continuar dialogando, explicando y ofreciendo respuestas. Nos preocupa que aún exista mucha confusión”.

Aun así, Fracking Ez Araba denuncia que “los lobbys energéticos impulsores del fracking, en nuestro caso financiados con dinero público, intentan sacar el debate de la calle y meterlo en foros de supuestos expertos, muchas veces vinculados con el sector energético”.

Eitb