Nicolas Gandini.- La última señal de alarma se disparó el 22 de julio, cuando por la ola polar que aquejó a Buenos Aires, el consumo de potencia eléctrica trepó hasta los 22.552 megawatts (Mw), un nuevo récord. Ese día las reservas del sistema eran apenas de 150 Mw y Cammesa -la empresa que administra el mercado eléctrica- se vio obligada a reducir la carga de las reservas flotantes para garantizar la operación de la red.
Preocupado por la escasez de potencia de cara a cubrir el crecimiento de la demanda en el verano, el Gobierno empezó a financiar -vía Cammesa- a generadores que posean equipos fuera de servicio por cuestiones técnicas. Se apunta, fundamentalmente, a reparar turbinas de vapor. “La indisponibilidad sigue representando un porcentaje elevadodel parque termoeléctrico, superior al 25% del parque instalado”, explicó un directivo de Cammesa.
No es un cifra menor. La potencia instalada en el país supera los 28.000 Mw, de los cuales -agregó- alrededor de 5500 Mw hoy están parados por roturas o falta de mantenimiento. “Construir una central nueva requiere una inversión de US$ 1000 por cada kilowatt (Kw) instalado. En cambio, para recuperar una máquina indisponible es necesario desembolsar entre 150 y 250 dólares, una cuarta parte”, precisó a El Inversor Online otro técnico de Cammesa.
El gran obstáculo sigue siendo la ausencia de financiamiento. Por la precariedad de sus balances, erosionados por la decisión del Gobierno de mantener precios bajos de la energía, a las generadoras -entre las que se destacan Endesa Costanera, Central Puerto, AES, Albanesi, Pampa Energía, Petrobras Energía y Pluspetrol Energy- se les complica conseguir respaldo crediticio para encarar obras de reparación, mantenimiento y ampliación de sus centrales.
Costanera. Una de las centrales más afectadas.
Tampoco ayuda que, a raíz de su precaria situación económica (es una de las compañías que más subsidios recibe de parte del Estado), Cammesa no sea considerada como sujeto de crédito por entidades bancarias. Por eso, la administradora del mercado empezó a financiar -con recursos públicos- obras de mantenimiento en centrales dañadas. El caso más emblemático es el de Endesa Costanera, la mayor planta termoeléctrica del parque, con una potencia instalada de 2304 Mw, que en los últimos años sufrió daños severos que redujeron ostensiblemente su capacidad de generación.
Cammesa desembolsó entre 300 y 400 millones de pesos en esa usina para solventar el arreglo de buena parte de sus máquinas turbovapor, por lo general de mucha antigüedad, que están dañadas. “Quizás el ejemplo no sea el mejor, porque el Estado termina ayudando económicamente a las generadoras que no tuvieron la mejor gestión de sus equipos”, aceptaron en Cammesa. “Pero hoy lo importante es sumar potencia. Sabemos que en el verano, la demanda trepará por encima de los 22.800 Mw y probablemente supere los 23.000 Mw”, agregaron.
La empresa administradora -controlada por directivos cercanos a La Cámpora, que responden al viceministro de Economía, Axel Kicillof- creó equipos técnicos para recorrer las principales centrales térmicas a fin de fiscalizar el avance de obras de mantenimiento y reparación. Además de los trabajos en Costanera, Cammesa está definiendo el financiamiento para otras empresas como Central Puerto, del grupo Sadesa, y central Piedra Buena, de Pampa Energía, la compañía de Marcelo Mindlin.