La guerra interna del Gobierno detrás del caso YPF-Mindlin

La denuncia del fiscal Gonella que salpica al dueño de Edenor y al banco BST hizo caer una inversión energética de más de 150 millones de dólares. La mano del “Chino” Zannini detrás de una causa que llegó a los medios antes que a la Justicia. La bronca de Cristina con Mindlin y los negocios del gas importado, las teorías sobre la maniobra.

La guerra interna del Gobierno terminó derribando un acuerdo entre YPF y el grupo Pampa Energía y el banco BST para invertir más de 300 millones de dólares (la mitad pondrían los privados) en el desarrollo del área gasífera Rincón del Mangrullo en la provincia de Neuquén. Aunque hay información oficial al respecto, fuentes con conocimiento de las negociaciones dijeron a LPO que por ahora se trata de una postergación y no de una cancelación definitiva.
Pampa Energía y el BST planeaban una inversión de 157 millones de dólares para desarrollar gas convencional en Rincón del Mangrullo y abastecer la Central Térmica Loma de la Lata. De esa forma, aliviarían el consumo de la red nacional y podría aprovechar una medida oficial que habilita a vender el millón de BTU a US$ 7,5, un precio que hace muy rentable el negocio.
Miguel Galuccio tenía previsto firmar ayer el convenio con los empresarios, pero a última hora del viernes una noticia inesperada obligó a la cancelación. Se trata de una denuncia de la Procuraduría de Criminalidad Económica y el Lavado de Activos (Procelac) contra el Banco de Servicios y Transacciones (BST), que salpica al titular de Pampa Energía y de Edenor, Marcelo Mindlin, y otros empresarios como el desarrollador inmobiliario Sergio Grosskopf.
Lo llamativo es que la denuncia del fiscal Carlos Gonella se conoció antes de que llegara a la justicia, a través del portal fiscales.gob.ar de la Procuración General de la Nación. Incluso, hasta ayer no habían sido notificadas las partes implicadas y aún no conocen las imputaciones que hizo la Procelac.
Se trata a las claras de una operación destinada a voltear el acuerdo, sobre todo si se tiene en cuenta que salió a la luz el viernes a última hora cuando ya era conocido públicamente que el lunes se firmaba. “Alguien del Gobierno no quería que se firmara, es la única forma de entender esta maniobra”, opinó una fuente consultada por este medio.
Las teorías sobre la interna del Gobierno
Gonella es un funcionario de estrecha confianza de Carlos Zannini. El secretario de Legal y Técnica es amigo del padre del fiscal, con quien en los años 70 habría compartido la prisión. La designación de Gonella fue denunciada por graves irregularidades y, de acuerdo a la oposición, se trató de una maniobra para frenar las causas por lavado contra funcionarios de gobierno.
La mano del “Chino” en la maniobra para derribar el acuerdo es casi indudable. Más aún si se tiene en cuenta que la denuncia se basa en un informe de la Unidad de Información Financiera (UIF), que dirige el ultrakirchnerista José Sbatella.
En la Casa Rosada hay varias teorías acerca de las motivaciones que llevaron a hacer fracasar el acuerdo que había alcanzado Galuccio. En principio se sospecha de algunos intereses en la compra al exterior de gas licuado.
Se trata de un negocio que este año llegará a los 15 mil millones de dólares y que se realiza a través de compras directas. Cada operación que se realiza es por números exorbitantes y hay grandes jugadores del mercado que actúan como intermediarios, tal es el caso del ex ministro Roberto Dromi que hasta fin del año pasado trabajó para la española Gas Natural Fenosa, recomendado por el ministro Julio de Vido.
Por otro lado, se comenta que la pelea por el control de los negocios de YPF es cada vez mayor y que Cristina Kirchner ya no controla a alguno de los actores involucrados. Ministros como De Vido o empresarios como Cristóbal López tienen peso propio y ya no necesitan el visto bueno de la presidenta para maniobrar.
Lo mismo pasa con Galuccio, que podría haber decidido su acuerdo con Pampa Energía sin el visto bueno de la Casa Rosada y que ahora sufre la represalia. Esto se explicaría porque Cristina está enojada con Marcelo Mindlin desde hace un tiempo y, como se dice informalmente, “le soltó la mano”.
Mindlin era uno de los empresarios favoritos del kirchnerismo y fue ganando negocios durante la década K. Pero la presidenta lo puso en la mira cuando salieron a la luz las listas de los grandes empresarios que fugaban dólares del país. Influenciada por Guillermo Moreno, Cristina la emprendió contra él y Jorge Brito, que también aparece salpicado por la denuncia de la Procelac.

LPO