La actividad del Proyecto Castor, un controvertido almacén subterráneo de gas natural situado frente a las costas del Delta del Ebro, fue cesada el pasado jueves a instancias del Ministerio de Industria, Energía y Turismo después de dicho proyecto causara 220 pequeños terremotos en un mes.
Alcaldes y políticos de la zona llevaban semanas alertando del peligro del fracking. Finalmente, las últimas quejas medioambientales derivaron en el cese de la actividad después de que el pasado día 24, de madrugada, se produjera un seísmo de magnitud 3,6, el más importante recogido por el Observatorio del Ebro desde 1975. “En esta zona apenas hay actividad sísmica de origen natural”, explicó el director de la Red Sísmica del Instituto Geográfico Nacional (IGN), Emilio Carreño.
El Proyecto Castor aprovechó un antiguo yacimiento petrolífero situado a unos 21 kilómetros de la costa, frente a Vinaroz (Castellón), y a 1.700 metros de profundidad, para colocar un depósito estratégico pensado para almacenar una cantidad de gas natural equivalente a un tercio de lo que consume toda España en 50 días.