Según un relevamiento del Instituto Nacional de Tecnología Industrial
La falta de una legislación adecuada, la competencia extranjera (sobre todo de China), las deficiencias en las estructuras de comercialización, la escasez de recursos humanos y la suba de los costos se erigen como las principales problemáticas que afrontan los productores del sector en la Argentina.
Para la incipiente industria de la energía eólica, cinco son los grandes desafíos a sortear en el ámbito local. Así lo indica una encuesta llevada a cabo por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
El informe –realizado por los expertos neuquinos Ángel Casabona, Luciano Coppis, Juan Pablo Duzdevich y Guillermo Martín– relevó la opinión de 16 productores ubicados en las provincias de Buenos Aires, Neuquén, Córdoba, Mendoza, San Luis, Entre Ríos y Chubut.
Según el trabajo, una de las mayores preocupaciones se vincula con la falta de una legislación adecuada que posibilite la conexión de sistemas de generación eólicos a las redes eléctricas existentes. Para el segmento, una modificación de la normativa podría apuntalar un crecimiento notable en la implementación de la energía eólica a escala doméstica, a través de medidores de energía duales.
En segundo término, los productores admiten su inquietud con respecto a la competencia extranjera. Los equipos importados –en su mayoría, de origen chino– son percibidos como una amenaza en materia de costo, aunque no de calidad.
Las deficiencias en las estructuras de comercialización constituyen otro reto importante. Los fabricantes se quejan específicamente del modo en el que está establecida la promoción, venta y distribución de sus productos, junto con la escasez de revendedores y el campo como único cliente.
No resulta un tema menor la carencia de recursos humanos. En efecto, preocupa la falta de profesionales de dedicación exclusiva para el desarrollo de las empresas.
Finalmente, el quinto desafío se relaciona con el encarecimiento de los costos. Ocurre que el carácter prácticamente artesanal de la producción a baja escala no sólo genera tiempos inciertos de entrega, lotes máximos acotados y alta dispersión en los estándares obtenidos, sino también un mayor costo por unidad.
Oportunidades y fortalezas
En cuanto a las oportunidades que vislumbran, los productores locales de aerogeneradores de baja potencia son conscientes de que las energías limpias lentamente comienzan a formar parte de los planes estratégicos del país, y que las fuentes renovables son cada vez más consideradas una alternativa económica y sostenible para complementar el uso de las tradicionales.
En esa dirección, resaltan una mayor conciencia ecológica por parte de los usuarios y una creciente demanda de sistemas de aerogeneración, al tiempo que celebran los incentivos estatales orientados a fortalecer la actividad. Los programas o líneas de financiamiento disponibles fueron mencionados en el relevamiento del INTI como herramientas que impulsan positivamente la producción.
En paralelo a la expansión del mercado interno, la mayoría de los encuestados advierte una similar tendencia a escala regional y confía en la exportación a naciones limítrofes como una interesante posibilidad de crecimiento.
Al momento de subrayar las fortalezas del rubro, ponderaron esencialmente la capacidad técnica de las empresas en aspectos como la ingeniería, la fabricación y la experiencia, lo que se traduce en ventajas referidas al desarrollo de los productos.
Con una facturación anual de $ 6,4 millones, los proveedores nacionales relevados ofrecen un total de 48 modelos diferentes de aerogeneradores (y tienen 10 más en diseño), con un rango de potencia que varía entre los 150 watts y los 10 kilowatts. En los últimos tiempos, a los 16 evaluados se sumaron otros dos (uno en Buenos Aires y el otro en Santa Fe), y hay emprendimientos emergentes en las provincias de Neuquén, Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Cruz.
Hasta el momento, los pequeños aerogeneradores en funcionamiento representan una potencia de alrededor de 5 megawatts (Mw) en el país.
Asistencia técnica
A través de su centro ubicado en Neuquén, el INTI viene asistiendo técnicamente a los fabricantes locales desde 2010. En estos tres años, profesionales del Instituto les brindaron asesoramiento para incrementar su competitividad e impulsar la industria de los pequeños aerogeneradores en la Argentina.
Una de las principales acciones impulsadas por el organismo es la creación del Laboratorio de Ensayos de Aerogeneradores de baja potencia en la ciudad neuquina de Cutral-Có, cuya función es estandarizar las condiciones de calidad de los equipos. Sin costo alguno para el fabricante, allí elabora un informe de desempeño de los aerogeneradores a fin de detectar posibles mejoras y reforzar el concepto de confiabilidad entre los usuarios.
Otra iniciativa de relevancia estriba en la implementación de instalaciones demostrativas, lo que implica la puesta en práctica de casos concretos de instalaciones de aerogeneradores conectados para resolver problemas de abastecimiento energético.
“Apuntamos a medir el rendimiento del equipo y demostrar el mejor uso que de él pueda hacerse”, explicó Andrés Zappa, uno de los técnicos involucrados.
En última instancia, el INTI está preparando una guía de buenas prácticas con recomendaciones para la instalación de aerogeneradores en los distintos ámbitos, publicación que estará disponible próximamente.