Abogados ecuatorianos desestiman fallo favorable a Chevron en EE.UU

 Abogados de los demandantes ecuatorianos contra la trasnaciional Chevron restaron importancia al fallo favorable a la petrolera estadounidense que emitió hoy un juez de ese país, y aseguraron que esperaban ese veredicto adverso.

“Sin Sorpresas. Juez Kaplan basó su fallo en testigos que fueron sobornados por Chevron. El fallo no tiene importancia para los demandantes”, aseguró el abogado Pablo Fajardo al comentar el veredicto a través de su cuenta de Twitter.
Fajardo es uno de los letrados que representa a los cerca de 30 mil pobladores de la Amazonía que demandaron a la transnacional por el daño ambiental que causó su filial Texaco durante los años que operó en esa región.
Juan Pablo Sáenz, otro de los representantes legales de los demandantes, aseguró, por su parte, que el veredicto emitido este martes por el juez Lewis Kaplan tampoco lo tomó por sorpresa.
Ratificamos que este es un fallo injusto producido por un juez ilegítimo dentro de un proceso absurdo, dijo Sáenz a la agencia local Andes.
Este martes, el juez Kaplan declaró que la sentencia de un tribunal ecuatoriano, que condenó a Chevron a pagar una indemnización de nueve mil 500 millones de dólares a los afectados por Texaco, no podrá ejecutarse en Estados Unidos.
Al respecto, Sáenz consideró que la decisión no impedirá la ejecución del fallo de la corte provincial de Lago Agrio en otros países donde opera la transnacional estadounidense, entre los que mencionó a Canadá, Brasil y Argentina.
A raíz de la denuncia por contaminación ambiental, la petrolera también demandó al Estado ecuatoriano ante un tribunal de arbitraje de La Haya, por supuesta denegación de justicia, y violación de un tratado bilateral de inversiones con Estados Unidos que entró en vigor cinco años después de la salida de Texaco del país.
Las autoridades ecuatorianas aseguran que durante los casi 30 que operó en la Amazonía, Texaco derramó 16,8 millones de galones de petróleo en el ecosistema, vertió otros 18,5 mil millones de galones de aguas tóxicas en los suelos y ríos, y quemó al aire 235 mil millones de pies cúbicos de gas.
También se reporta una alta incidencia de cáncer y otras enfermedades entre los pobladores, como resultado de beber el agua contaminada con los residuos de crudo, los cuales todavía afloran en las cerca de mil piscinas sin remediar que dejó la empresa a su salida de Ecuador en 1992.
Para demostrar el enorme daño ambiental causado por la petrolera, el gobierno ecuatoriano inició en septiembre pasado la campaña La mano sucia de Chevron, mediante la cual se invita a personalidades, políticos y artistas internacionales a visitar las zonas donde operó la transnacional.

PL