Se triplicó la incidencia de las importaciones energéticas sobre las compras totales al exterior

Según la Cámara de Importadores de la República Argentina
La energía, que hace un año explicaba un 5% de las importaciones argentinas, hoy representa un 15% de éstas. La compra de combustibles arañó los u$s 14.000 millones en 2013.
Los números que maneja la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA) son tan impactantes como esclarecedores a la hora de analizar el comportamiento de las importaciones energéticas y su relación con la pérdida de divisas y el deterioro de la balanza comercial. Según la entidad, la participación de las compras de energía en las importaciones totales, que durante 2012 fue de un 5%, el año pasado trepó a un 15%.
Las maquinarias representaron un 35% de las adquisiciones en el exterior, mientras que las materias primas (como mineral de hierro, drogas farmacéuticas y productos químicos, entre otros insumos) llegaron a un 30%. “La gran novedad fue que se triplicó la participación de la energía. Hace ocho años exportábamos recursos energéticos, mientras que actualmente dependemos de los que compramos en el extranjero. En la última temporada, por caso, el país importó combustibles de distintos tipos, gasoil y gas natural licuado (GNL) por casi u$s 14.000 millones”, explicó Diego Pérez Santisteban, presidente de la CIRA.
Según sus palabras, de no haberse perdido el autoabastecimiento energético esa cifra hubiera sido destinada a la adquisición de otros productos. “Hay que tener en cuenta que un 80% de las importaciones argentinas se emplea en la producción. Me refiero a máquinas, repuestos para máquinas o equipos, materias primas, insumos semielaborados, partes y piezas que van a la industria, al campo, a la infraestructura de servicios y al sector tecnológico”, enumeró.
En ese sentido, el directivo opinó que la flamante puesta en marcha del Foro de Convergencia Empresarial –una iniciativa que reúne a una treintena de cámaras y asociaciones empresariales orientadas a consensuar políticas institucionales, económicas y sociales con organizaciones sindicales, sociales y partidos políticos– constituye una noticia saludable. “Desde nuestro lugar, tenemos que mancomunar esfuerzos para brindar nuestro aporte a fin de ayudar al país a recuperar su autonomía energética perdida”, destacó.
El Inversor