A 48 horas de haber liquidado sus Bonar 24, vendió lo que le habían dado en Bonar X y Discount, y parte de lo recibido en Boden 15
Por Javier Blanco | LA NACION
A Repsol le tomó apenas otras 48 horas descargar en el mercado la otra mitad de los títulos de la deuda argentina que hace unos días terminó formalmente de aceptar como compensación por la expropiación del 51% del paquete accionario de YPF.
La semana pasada se había tomado también sólo 48 horas para dar, a través del banco de inversión JP Morgan, con compradores del Bonar 2024, el único título del paquete en papeles de deuda que recibió de la Argentina sin historia en el mercado. Aquella vez, apenas percibió el stock de US$ 3250 millones en Bonar 2024 (un título a 10 años nuevo, que hasta allí no tenía cotización y que paga un interés del 8,75%), lo liquidó pactando recibir US$ 2813,6 millones, que ingresaron en sus cuentas recién ayer.
Ayer mismo, además, se desprendió del total de lo recibido en Bonar X (unos US$ 500 millones) y Discount 2033 (unos US$ 1250 millones que incluyen otros US$ 500 millones en intereses capitalizados), además de buena parte de lo que le habían entregado en Boden 2015 (recibió US$ 317 millones), en una operación por la que recolectó otros US$ 2069,3 millones (US$ 2010 millones por la venta en sí y otros US$ 59,3 millones por intereses devengados).
Así, la petrolera española ya se alzó con US$ 4815 millones por la venta de estos títulos y ganó el derecho a cobrar otros US$ 59,3 millones en intereses devengados, cifra que deja saldada la deuda que la Argentina tomó con la empresa, ya que, según el acuerdo sellado la semana pasada en Buenos Aires, esa deuda desaparecía apenas Repsol ingresara en sus arcas un mínimo de US$ 4670 millones o un máximo de 5000 millones.
Negocio a dos bandas
Lo que no está claro es si la empresa deberá reembolsarle algo a la Argentina, ya que ese mismo compromiso estableció que “si al completarse la operación de venta consiguiera más de 5000 millones de dólares” se abría esa posibilidad.
Y, si bien la cifra recibida por Repsol hasta aquí es menor, todavía mantiene en cartera un remanente en títulos argentinos por un valor nominal de US$ 117,36 millones que le podría hacer superar ese valor.
El apuro que mostró la española por monetizar los bonos (la venta efectiva de la cartera de ayer se concreta el viernes, cuando se cumple el plazo mínimo de 7 días que tenía que cumplir antes de descargarlos) obedece a su objetivo de reducir su exposición al riesgo argentino y hacerse de caja en por lo menos US$ 3000 millones para afrontar inversiones y mejorar su calificación crediticia.
Pero, a su vez, sirvió para comprobar el fuerte apetito que hay entre fondos de inversión del exterior por posicionarse en deuda argentina para aprovechar su elevado rendimiento en momentos de tasas de interés por el piso en el resto del mundo.
“Hay interés por la Argentina porque es uno de los pocos lugares con rendimientos de dos dígitos, pero pocos bonos para comprar. Por eso cuando aparece un bloque interesante en venta se lo llevan”, dijo hace unos días Nicolás Chiesa, trader de Balanz Capital, tras recordar que mientras el resto de los emergentes rinden un promedio de 6,7% a 10 años los bonos argentinos casi lo duplican. Por caso, el Bonar 24 salió al mercado internacional con un rendimiento de 11,75% (sobre el cierre estaba en 11,15%) y ayer se operó por primera vez localmente bajo el ticker AY24, a $ 880 por cada lámina de US$ 100.
La Nación