En la emisión del viernes 1º de agosto de Enredando las Mañanas dialogamos con Julio Gambina, economista, profesor universitario y presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (FISyP). Entre otros temas, hablamos sobre la situación actual de Argentina en relación al pago-no pago a los fondos buitres, y del contexto de crisis mundial.
AUDIO descargar
Enredando las mañanas: Sabemos que está en la agenda pública y mediática el tema de los fondos buitre, y quizás también por la saturación mediática paradójicamente se termina por no comprender del todo, no poder analizar qué es lo que se está jugando, y sobre todo cuál es la genealogía a partir de la cual se llega a este punto tan crítico.
Julio Gambina: Este es un cuento largo, tiene origen en la dictadura y lamentablemente en tiempos constitucionales no se ha realizado una investigación a fondo de la deuda. Estamos pagando por no haberse realizado una seria investigación desde el ’83 para acá, y hay una cantidad de vicios que vienen desde la dictadura como, entre otros, el tema de la prórroga de la jurisdicción, es decir, hacer contratos en la Argentina que permiten que la otra parte pueda demandar al país en tribunales externos.
Cuando Argentina emite un título de deuda establece ciertas cláusulas; una de ellas es que la otra parte, que no es la Argentina, puede demandar ante tribunales externos. Algunos creen que esto es solo en contratos de deuda, pero el año pasado en el contrato YPF Chevron se hizo lo mismo. Si el día de mañana Chevron no está satisfecho con algún tema de Argentina puede demandar a nuestro país en tribunales externos, y no estamos hablando de un fondo de inversión sino de una empresa petrolera.
La semana pasada cuando se suscribieron los acuerdos con China a propósito de inversiones chinas en Argentina, se incluyó que si China no estuviera satisfecha en el futuro puede demandarnos nada menos que en los tribunales de Londres, con lo que se significa Londres, Inglaterra en la relación con Argentina.
Ahí tenemos un tema importante, la prórroga de jurisdicción, la pérdida de soberanía jurídica de Argentina es un problema. Cuando la Argentina quedó en default e hizo el canje de 2005, luego reabierto en 2010, les propuso a los acreedores algunas condiciones, entre las que se planteó que quien no entraba al canje nunca más iba a poder negociar sus títulos en default, sin tomar en cuenta que la propia emisión de títulos decía que el 100% de los acreedores tenían que dar el acuerdo. En aquel momento el 92,4% de los acreedores entró al canje de 2005 y 2010, y este un argumento que plantea con mucha fuerza el gobierno, dice que la gran mayoría dio el acuerdo al canje, pero las condiciones que Argentina había establecido era que no alcanzaba con el 92, el 95, el 98%, tenía que estar el 100%. De esos que no entraron al canje de deuda, una parte muy pequeñita, algo así como el 1% de lo que fue el default de 2001, decidió litigar como el contrato establecía, en Nueva York. Litigaron y ganaron, y en 2012 salió la sentencia del juez de Nueva York (Thomas) Griesa diciendo que la Argentina tenía que pagar el 100% de esa deuda y al contado. Obviamente la Argentina apeló, fue a segunda instancia a la Cámara de Apelaciones de Nueva York que le dio la razón al juez, la Argentina volvió a apelar y el tema fue a la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos que decidió no tomar el caso, con lo cual quedó firme la sanción de primera y segunda instancia. Esto ocurrió este año y al quedar en firme la sentencia se dijo, por lo tanto, que había que pagar; el problema que se le presentó al gobierno argentino, que sí quiere pagar, es que si le paga el 100% de la deuda a los buitres tiene que hacer lo mismo con el 92,4% de los acreedores que entraron a los canjes; el costo que tiene el gobierno por eso es de 120.000 a 500.000 millones de dólares, una cifra totalmente inmanejable, imposible de pagar y que compromete seriamente las finanzas de la Argentina más allá de cualquier consideración. En razón de eso es que el gobierno argentino, que quiere pagar pero no hasta fines del año 2014 que es cuando vence esa cláusula, genera este embrollo.
En la Argentina hay un club de pagadores de la deuda, la mayoría del sistema político quiere pagar, y lo que se discute es si pagar ahora o en enero del año que viene, donde ya no esté esa cláusula de ajuste o de actualización para todos los bonistas que entraron al canje de deuda. Ese es el embrollo en el que está la Argentina ahora.
Como síntesis diría que la Argentina viene siendo un pagador serial de deuda, que quiere seguir pagando y que ese es un costo muy gravoso; la presidenta en Caracas dijo en la Cumbre del Mercosur que la Argentina pagó en estos años 190.000 millones de dólares, una cifra gigantesca, y por lo tanto nos queda claro el costo de pagar, lo que habría que discutir es el costo de no pagar, y la Argentina ha entrado ahora en un impago involuntario y lo que algunos pensamos, y estamos desarrollando múltiples iniciativas para generar un movimiento multisectorial de suspensión de los pagos, es que la Argentina tiene que pasar del no pago involuntario al no pago voluntario, a decidir la suspensión de los pagos y en ese caso investigar la deuda que no se ha hecho en estos 30 años y redefinir la situación de la deuda y de la política económica en su conjunto.
ELM: ¿Qué perspectiva hay ahora? ¿Cuál sería una posible solución para el gobierno?
JG: Yo creo que las negociaciones van a seguir, negociaciones convocadas por el juez, negociaciones incluso secretas entre las partes, así como se involucraron bancos argentinos la semana pasada, bancos privados que actúan en la Argentina para intentar hacer un depósito, intentar comprar la deuda a los fondos que están demandando en Estados Unidos, pueden intervenir también bancos privados trasnacionales.
Porque acá hay un tema, no sólo hay solidaridad con el no pago de la Argentina a los fondos buitre por izquierda, sino también por derecha. El propio Fondo Monetario Internacional está preocupado por esta situación provocada por la sentencia Griesa, lo mismo sectores del sistema financiero internacional y la prensa especializada internacional como el New York Times, el Financial Times, que son periódicos que dicen que es una barrabasada lo que el juez ha hecho. Esto lo dicen porque consideran que esta situación de default de hecho que hay en Argentina puede llegar a inducir a que la sociedad se movilice y genere esto de pasar del impago involuntario al voluntario, que se generen condiciones de crisis política en la Argentina porque se exacerben problemas que tiene la economía argentina más allá de la situación de deuda, como es la recesión, las cesantías, las suspensiones, que muestran cierta conflictividad en la Argentina y que puede acelerarse en el corto plazo.
En cuanto aparece la movilización popular y elementos de crisis política, complican al sistema financiero mundial porque la Argentina es un país que viene siendo pagador serial, riguroso, y un país que está pagando, que quiere pagar, que ha hecho depósitos en Nueva York para pagarle a los bonistas que entraron al canje y que en todo caso está negociando cómo pagarle a los buitres, puede ser empujado a una situación que la hegemonía del capitalismo mundial no quiere que ocurra. Por eso digo que las solidaridades son diversas. Hay solidaridades con la posición del gobierno argentino de parte del poder económico mundial porque temen que se desbarranque la situación en el país, y después hay solidaridades internacionales como la planteada por el presidente de Ecuador, Rafael Correa, que dice que a los fondos buitre directamente no hay que pagarles, es una posición distinta a la que el gobierno está diciendo respecto a que quiere pagar al 100% de los acreedores en ciertas y determinadas condiciones; con lo cual imagino que van a continuar las negociaciones, que no están exentas de presiones que hagan distintos actores del poder económico local o mundial.
ELM: Yendo más a lo que es el contexto mundial a nivel económico pero también político. Recientemente hubo una reunión de los Brics. Rusia está fuertemente involucrada en la región, vos mencionaste a China, sabemos que hay una crisis a nivel europeo muy profunda no solo en el plano económico, financiero, sino también político, en Estados Unidos a su vez hay algunos cimbronazos. ¿Cómo ves el reacomodamiento en términos de bloques regionales en este contexto multipolar, en el plano más estrictamente económico?
JG: En torno del año 2009, con una gran crisis de la economía mundial, con recesión mundial, con crecimiento de los despidos a escala global, hubo un planteamiento de rediscutir la arquitectura financiera que fue definida al final de la Segunda Guerra Mundial. Los acuerdos de Bretton Woods que dieron nacimiento al Fondo Monetario, al Banco Mundial; de eso hace 70 años. Entonces en torno de 2009-2010 hubo una fuerte presión para cambiar la arquitectura financiera del mundo, discutir la supremacía del dólar, la supremacía y hegemonía de Estados Unidos en el gobierno de los organismos financieros internacionales, el acuerdo entre Europa y Estados Unidos que mientras uno ponía al presidente del Banco Mundial, el otro al del FMI. Todas estas discusiones que tuvieron como actores muy importantes a China, Rusia y Brasil, no tuvieron éxito y eso ha motivado distintas respuestas, entre otras, la reunión de los Brics en Brasil en donde ante la imposibilidad de cambiar el FMI y el Banco Mundial, lo que los países Brics intentan es crear su propio FMI pequeño, con menor capital, aunque importante, porque estamos hablando de 100.000 millones de dólares, además de crear un banco de desarrollo, un banco mundial propio.
El Banco Mundial surgió hace 70 años como un banco de reconstrucción de Europa, ante el desastre en que había quedado al final de la Segunda Guerra Mundial. El banco de desarrollo de los Brics surge con 50.000 millones de dólares, es un banco más chico pero con potencia. De todas maneras habrá que ver en los próximos dos años y, según cómo evolucione la crisis mundial y la crisis de los propios países que integran los Brics, cómo termina quedando este fondo de contingencia.
Pero la realidad es que ante la no resolución de una nueva arquitectura financiera en torno de 2010, lo que se ha desarrollado son respuestas regionales y/o nacionales con el problema de que siguen subordinados a la lógica especulativa del sistema financiero mundial. De todas maneras digamos que el banco y el fondo de contingencia de los Brics no son distintos en sus objetivos más generales que lo que se propone el FMI y el Banco Mundial, en todo caso lo que cambia es quién tiene la manija en cada una de esas instituciones. Si en las del acuerdo de Bretton Woods, la manija está en manos de Estados Unidos, Inglaterra, el Grupo de los 7, en el caso de los Brics, los que intentan llevar adelante el proyecto son los llamados países emergentes, con un problema no menor que es que son justamente emergentes aquellos países que han recibido cuantiosas inversiones externas en los últimos años provenientes de los países capitalistas desarrollados.
No es pensable la expansión china sin las inversiones de Estados Unidos, Europa, Japón, incluso Taiwan; digamos que la gran fábrica del mundo que hoy es China tiene un origen de capitales que vienen de estos países, de una inserción trasnacionalizada de la economía china en el mercado mundial, que hoy intenta no solo recibir inversión, sino colocar inversiones de China en el mercado mundial, y por eso el interés en América Latina, por sus cuantiosos recursos naturales.
En la geopolítica mundial, además del tema de China, está también Rusia con un interés ya no solo de ser un actor político en el sistema mundial poniéndole límite a Estados Unidos, a la invasión de Siria del año pasado o condicionando la situación de Ucrania en estos momentos, sino intentando disputar y reconquistar un lugar en América Latina.
Hay que recordar que en los ochenta, Estados Unidos le hizo el boicot cerealero a Rusia y a las Olimpíadas de Moscú; en ese caso, Argentina solo adhirió al boicot a las olimpíadas pero siguió vendiéndole cereales a Rusia y una parte del éxito, entre comillas, de la dictadura militar en aquellos años fue que tenía ingresos importantes de dólares por la venta de cereales a Rusia. Rusia era un actor económico importante en América Latina, con fuerte peso en Cuba; hoy en Cuba es el noveno socio comercial, y por lo tanto así como China se ha posicionado como un gran socio económico de América Latina, Rusia está queriendo volver a ese lugar y no en vano acaba de ofrecer una condonación del 90% de la deuda que Cuba tenía con la ex Unión Soviética, y el 10% no condonado se va a pagar con reinversiones en la Isla, con lo cual Rusia económicamente está intentando ingresar a América Latina con otro tipo de relaciones y tratando de privilegiar un crecimiento de esas relaciones económicas.
Con todo esto, diría que el mundo está mostrando, en el marco de una profunda crisis, cambios políticos muy serios y también en el plano de la economía con una América Latina que lamentablemente se sigue insertando en ese mundo de manera subordinada como proveedor de bienes comunes.
Red Nacional de Medios Alternativos – rnma.org.ar
RedEco