Antonio Gustavo Gómez, fiscal General ante la Cámara de Apelaciones de Tucumán, relata los pormenores de un encuentro organizado por YPF y la Universidad Católica Argentina. La intención “era convencernos de las bondades del sistema de obtención de petróleo y gas no convencional por fractura hidráulica”, resume el fiscal.
Por Antonio Gustavo Gómez *
El día 30 de Septiembre concurrí a un encuentro que organizó la Universidad Católica Argentina y Yacimientos Petrolíferos Fiscales para debatir el sistema de fractura hidráulica para la obtención de petróleo y gas no convencional. Fui invitado como asesor del Sr. Obispo de Neuquén Monseñor Virginio Bressanelli, a quien conozco hace ya un buen tiempo y con quien compartimos ideas comunes en la defensa del ambiente y de nuestras hermanos más postergados.
Nuestro Obispo invitó al padre José María D Oreo, párroco de Loncopué, con quien me une una amistad forjada en esos territorios comunes en la defensa de la Vida. El Padre José María es el sacerdote que lideró en su pueblo un referéndum vinculante que le dijo “No” a la minería a cielo abierto por un altísimo porcentaje de votos y sobreponiéndose a las presiones del gobierno neuquino, quien finalmente y luego de que el Superior Tribunal de Justicia validara la consulta, tuvo que aceptar la voluntad ciudadana.
Desde un primer momento los tres sabíamos que el encuentro no era fácil. Invitaciones para pagarnos los vuelos en avión y el alojamiento en un hotel importante fueron amablemente rechazadas, ya que eran solventadas por YPF y no por la Universidad, como era de esperar. Los tres supusimos que se nos daría un espacio para exponer nuestra visión. A tal fin habíamos preparado, el padre José María por su lado y yo por el mío, un trabajo para exponer que (en el formato power point) puede verse en la página www.fiscalgomez.com.ar. Pero allí nos encontramos con la primera decepción: la vice rectora de la UCA nos negó ese espacio y dijo que solo estaba previsto hacer preguntas desde el auditorio, que estaba conformado por unos diez obispos con dos asesores cada uno, más un grupo importante de organizaciones no gubernamentales, geólogos, etc. Discutimos poco antes de viajar si valía la pena asistir a la exposición, pero los pasajes ya estaban comprados. Fue por esto que concurrimos con una serie de preguntas y planteos que esperábamos se nos aclaren.
Sin embargo, nos encontramos con una segunda decepción: ante las largas intervenciones de los expositores de YPF solo estaban previstas no más de unas pocas preguntas de un auditorio de más de 70 personas. En definitiva, nuestro obispo y yo pudimos preguntar sólo una vez cada uno; mientras que el Padre José María directamente no pudo hacerlo. ¿Era un diálogo? Evidentemente no. ¿Era una exposición con amplitud de preguntas para saciar las legítimas dudas de nuestros pastores y sus asesores? Tampoco. Sólo fue una muy apretada agenda donde el interés fundamental empresario -y no se si no también de algunas de las autoridades de Universidad Católica- era convencernos de las bondades del sistema de obtención de petróleo y gas no convencional por fractura hidráulica.
Más allá de las exposiciones donde datos como los derrames o las luchas sociales que enfrenta la empresa estaban ausentes, coincidimos en algunas conclusiones, en las breves mesas de trabajo: a) No hay diálogo con la empresa y este tipo de encuentros no son “diálogos”; b) Hay una ausencia notable de legislación específica tanto en el orden nacional, provincial como municipal y a pesar de ello se tomó la decisión política por parte de la empresa de iniciar las actividades; c) Hay una falta total de credibilidad y desconfianza por parte de la población en general donde exposiciones como las que habíamos escuchado no eran creíbles; d) No se respetan tratados internacionales como la Resolución 169 de la OIT; entre otras. Una decepción más y un convencimiento de que la empresa YPF no busca dialogar ni debatir. Pero, peor aún, que las opiniones de quienes disienten desde el común de la sociedad carecen de rigor científico apoyados en mitos como “Gasland”.
*Fiscal General ante la Cámara de Apelaciones de Tucumán