Nicolás Gandini | El Inversor Online |
Directivos de YPF viajaron en las últimas semanas a Uruguay para negociar con sus pares de Gas Sayago –sociedad entre las empresas estatales Ancap y Ute (electricidad)- los detalles de un contrato para importar Gas Natural Licuado (GNL) desde la planta que esa empresa aspira a construir frente a las costas de Montevideo. Así lo confirmó a El Inversor Online un directivo de la petrolera argentina, que pidió la reserva de nombre.
A fines de noviembre, la compañía que preside Miguel Galuccio firmó un memorando de entendimiento (MOU) con Gas Sayago para “analizar la posibilidad de almacenamiento y regasificación de GNL entre los dos países y posibles sinergias, las alternativas de intercambio de gas entre las partes, el uso de los sistemas de transporte de gas natural en ambos países y volúmenes posibles para los intercambios”, según informó Ancap.
Gas Sayago prevé instalar una terminal regasificadora de GNL frente a las costas de Montevideo. El proyecto, denominado Terminal GNL del Plata, demandará una inversión de US$ 1.125 millones y tendrá una capacidad de regasificar 10 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d) del fluido; por encima de la demanda interna de gas del país vecino.
El presidente de ANCAP, José Coya, señaló que de los “10 MMm3/d que producirá la planta, en los primeros tres o cuatro años el excedente superará 50%”. “Estamos hablando de la posibilidad de comercializar de entre 5 y 6 millones de metros cúbicos diarios”, aseguró el ejecutivo a medios uruguayos. La firma de un MOU –de seis meses de duración- con YPF apunta a avanzar en la dirección.
La iniciativa es el correlato, además, de la negativa de la petrolera argentina de impulsar la construcción de su propia terminal regasificadora; una alternativa que proponen algunas voces de la industria a la vista de que el GNL dejó de ser un componente circunstancial de la oferta energética del país para convertirse en un actor de peso de la matriz gasífera. De hecho, en invierno, las cargas de GNL llegan a cubrir hasta un 30% del consumo del hidrocarburo.
Sin embargo, los técnicos de YPF no son proclives a construir una terminal regasificadora propia. Prefieren seguir operando bajo la metodología ‘ship to ship’ en las plantas de Escobar y Bahía Blanca. En ambas locaciones funcionan barcos regasificadores –provistos por la empresa Excelerate y anclados de forma ininterrumpida en esos puertos- que procesa el GNL que descargan otros buques metaneros.
El punto débil de ese tipo de maniobra, según advierten en el sector, es el encarecimiento de los costos operativos, dado que a nivel mundial son pocos los proveedores que autorizan la metodología ‘ship to ship’, y de los costos fijos que generan los buques regasificadores, así como también la imposibilidad de negociar contratos de aprovisionamiento de GNL a mediano y largo plazo a fin de bajar el precio del combustible.
A pesar de eso, los ejecutivos de YPF consultados por este medio indicaron que “la visión de la empresa es apostar por la recuperación de la producción local de gas, a fin de ir reduciendo de forma gradual las necesidades de importación de GNL del país”. Desde el Ministerio de Planificación, en cambio, mantienen en carpeta un emprendimiento para instalar otra planta regasificadora en las cercanías de Bahía Blanca.
En los primeros 10 meses de 2014, la compra de GNL costó US$ 3.307,71 millones, según datos oficiales de la Secretaría de Energía.
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