Oilwatch denuncia el Acuerdo de París revestido de petróleo

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Declaración ante la COP22 de Marrakech

Hoy se acepta que el cambio climático es una crisis mayor que se volverá catastrófica para nuestro planeta si seguimos evadiendo las verdaderas acciones para impedirlo. Solamente se puede enfrentar la crisis con efectividad al afrontar sus causas primarias. La quema de combustibles fósiles es la causa principal. Desde los inicios de la revolución industrial, las emisiones de carbono de los países del norte industrializado han tomado hasta 80 por ciento de la capacidad atmosférica para absorberlas. La realidad es que por lo menos 80% de lo que queda de hidrocarburos fósiles debería mantenerse en el subsuelo si queremos evitar la destrucción de los lugares donde se los extrae así como un catastrófico calentamiento global.

Con estos hechos que son de conocimiento público, se esperaba que la Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático se enfocara en corregir el rumbo que llevamos. Lo que se vio, sin embargo, y lo ejemplifica el Acuerdo de París, es una clara negativa a reconocer que la raíz de la crisis está en la ciega y ofuscada fijación en una civilización dependiente del petróleo. No debemos descuidar el hecho de que el Acuerdo de París ni siquiera mencionó los combustibles fósiles ni tampoco la razón para ello. Los intereses de las compañías de combustibles fósiles están bien atrincherados en estas negociaciones, por lo que no debe causar ninguna sorpresa notar que el acuerdo refuerza la posibilidad de que estas corporaciones sigan beneficiándose de extraer y quemar combustibles fósiles.

Las naciones del mundo han endosado rápidamente el Acuerdo de París y ahora celebran la velocidad récord con que entrará en vigencia –dos años antes de lo previsto. Oilwatch nota que un respaldo tan veloz al Acuerdo se debe a la laxitud que permite a los líderes políticos aparecer como héroes climáticos y, a la vez, les ofrece una plataforma a los mercaderes del carbono, instituciones financieras y a las corporaciones petroleras seguir con sus negocios de siempre.

Oilwatch International considera que el camino hacia acciones climáticas reales debe ser sobre la base del principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas (RCPD) y un requisito estrictamente vinculante para que las naciones corten las emisiones en la fuente, de acuerdo con sus responsabilidades y capacidades actuales y pasadas. La actual plataforma de ambiguas contribuciones determinadas a nivel nacional (INDC, por sus siglas en inglés) basadas en condicionamientos, podría compararse con jugueteos mientras el planeta se quema.

Oilwatch International hace un llamado a los pueblos de todas las naciones del mundo para que presionen a sus líderes, reunidos en Marrakech, Marruecos, en la COP22, para que despierten ante la realidad del hecho de que el Acuerdo de París es un paquete de negocios que crea nuevos mecanismos de mercado bajo la fachada de las INDC y permite además la ocupación final de los bosques que quedan en el mundo. También es un documento político que evita las acciones que impedirían el avenimiento de peores condiciones climáticas de las que ya están socavando a las comunidades y naciones más vulnerables del planeta.

Oilwatch rechaza la perversa celebración de un acuerdo que que condena al mundo al sendero de extracción extrema, a la destrucción de territorios, comunidades y la naturaleza. Hacemos un llamado para excluir a la industria de combustibles fósiles de las COP como un medio de abrir las puertas a un verdadero avance frente al cambio climático. Tenemos el antecedente de la industria tabacalera que fue expulsada de la Convención Marco para el Control del Tabaco (CMCT) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), prerrequisito fundamental para el éxito de sus medidas a favor de la salud pública.

Denunciamos el Acuerdo de París y exigimos una transición urgente a una civilización pospetrolera basada en energías renovables y limpias y en el respeto a los derechos humanos y de la naturaleza. El Acuerdo de París coloca al planeta ante una tragedia que se puede evitar y que es el resultado de la falta de voluntad y acción. El calentamiento global no espera que actúen los políticos. Y los ciudadanos tampoco deberían hacerlo.

Oilwatch demanda el reconocimiento y pago de la deuda climática como un mecanismo real para el financiamiento climático y para las reparaciones por siglos de saqueos y destrucción ecológica.

Oilwatch saluda y se solidariza con los ciudadanos y pueblos del mundo que luchan por la justicia en casos de crímenes climáticos, como Standing Rock (Dakota del Norte, Estados Unidos), Ogoni (Nigeria), Yasuní (Ecuador), el pueblo Saharaui y aquellos que han sido desplazados de sus tierras para la extracción de petróleo y minerales.

Reiteramos nuestro llamado para la creación y reconocimiento de comunidades, territorios y naciones como parte del Anexo Cero que mantienen los hidrocarburos fósiles en el subsuelo como una verdadera acción climática que debiera ser aplaudida y no criminalizada..

Ha llegado el momento de terminar la civilización petrolera y pasar a una civilización construida en base a la solidaridad entre los seres humanos y un profundo respeto por la naturaleza.

OILWATCH INTERNACIONAL

COP22, Marrakech, 7 de noviembre de 2016

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