El Gobierno de Escocia se ha desmarcado del Gobierno británico y ha anunciado la prohibición del fracking. Un año después de que la premier Theresa May diera el impulso final a la extracción de gas natural y petróleo por el controvertido método de la “fractura hidráulica” en el 64% de la territorio nacional, el ministro de Energía escocés Paul Wheelhouse ha anunciado que la moratoria durará “indefinidamente” al norte del muro de Adriano.
La decisión ha sido tomada por “la abrumadora oposición” de hasta el 99% de los 60.000 escoceses consultados, por razones principalmente ambientales y por los escasos beneficios económicos. Las primeras prospecciones de gas y petróleo de esquisto en el Reino Unido, en 2011, fueron relacionadas con movimientos sísmicos en Blackpool y forzaron una primera moratoria nacional, levantada tiempo después por el Gobierno de David Cameron.
El Comité Auditor Ambiental del Parlamento británico concluyó que los planes de explotación de gas pizarra en el Reino Unido son “incompatibles con el objetivo de reducir las emisiones de CO2 en un 80% de aquí al 2050″ y recalcó “las incertidumbres que existen sobre el impacto del fracking en el suministro del agua y en la salud pública”.
Aun así, la premier Theresa May decidió hace un año dar un doble impulso al fracking y a la energía nuclear, al tiempo que suprimía el hasta entonces llamado Departamento de Energía y Cambio Climático. Una de las primeras licencias concedidas fue precisamente a la compañía Cuadrilla en el condado de Lancashire, escenario de la batalla contra el fracking orquestada por los grupos ecologistas.
Rose Dickinson, al frente de Amigos de la Tierra, celebró la decisión de Escocia, que fue precedida de Gales. “Todos nuestros vecinos lo han prohibido e Inglaterra se va a quedar ahora en una especie de limbo”, declaró Dickinson. “¿Va a escuchar finalmente el Gobierno la evidencia abrumadora sobre los riesgos?”.
La industria del petróleo y del gas natural ha reaccionado sin embargo con estupefacción ante el anuncio del Gobierno escocés, que cuenta en principio con el respaldo de todos los grupos parlamentarios menos el Partido Conservador. Tom Pickering, director ejecutivo de INEOS Shale, declaró a The Guardian que la decisión va a ser desastrosa para la economía escocesa, “conforme la producción del Mar del Norte sigue en declive”.