Una organización ambientalista nacional demandó a funcionarios provinciales por autorizar la fractura hidráulica para explotar petróleo. Dicen que no se cumplieron las normas ambientales.
Los denunciantes son los mismos que encabezaron otros reclamos nacionales por conflictos ambientales, como la que se lleva adelante en la justicia federal por el derrame de cianuro en la mina Veladero, en San Juan. Entre ellos está el senador mendocino Marcelo Romano.
La demanda es para que se investigue si las autoridades ambientales de Mendoza cometieron abuso de autoridad e incumplimiento de sus deberes al haber autorizado la fractura hidráulica. La sospecha es que esa práctica se habilitó sin cumplir los pasos establecidos por las leyes ambientales, como la 5961.
La historia
El año pasado se realizó la primera prueba de fractura hidráulica en el área Puesto Rojas, en Malargüe. La empresa El Trébol, concesionaria del área, la ejecutó y este año profundizó esos trabajos. El Gobierno autorizó la práctica tomando un atajo que la normativa, entienden, les permite: como el área ya era explotada de manera convencional, autorizaron el fracking a través de una actualización de la manifestación de impacto ambiental, que tiene algunas exigencias menos que un proceso iniciado desde cero, pero que incluye informes sectoriales. Las resoluciones fueron publicadas en el Boletín Oficial cuando la práctica ya había comenzado.
Luego de ello hubo varios litigios judiciales. Y el Gobierno tomó la experiencia piloto y los análisis para redactar una norma específica en la que se reglamenta cómo se debe aplicar el fracking en Mendoza. Esa norma sí se puso a consideración pública a través de una audiencia. Mientras tanto, la Suprema Corte analiza una demanda civil presentada por la ONG Oikos.
La demanda presentada hoy apunta contra el gobernador Alfredo Cornejo, el secretario de Ambiente Humberto Mingorance y la directora de Protección Ambiental Miriam Skalany
La fractura hidráulica (fracking) es una técnica que se usa para extraer petróleo de manera no convencional. Consiste en la perforación de pozos a gran profundidad para llegar a la “roca madre”, donde está contenido el petróleo y el gas. Luego se inyecta agua (con aditivos químicos) a gran presión para que genere porosidad en la roca y, así, se liberen los hidrocarburos.
El Gobierno tiene a la explotación no convencional como uno de los ejes del futuro desarrollo económico, tal como lo ha hecho Neuquén. Por ahora es una técnica incipiente, pero hay proyectos de gran magnitud en carpeta. Por eso siguen de cerca el tema y buscan evitar conflictos.