Reclama que se le preste atención al fenómeno. Las casas están agrietadas y los temblores generan pánico. Sospechan de una falla en la dorsal Huincul.
Por Virginia Trifogli / Río Negro
“Como una tormenta”. Así describieron Lucas, Vanesa, Inés y Serafín el sismo que sintieron minutos después de la medianoche del 16 de noviembre. Los primeros son jóvenes padres, el segundo es un experimentado petrolero e integrante de la comunidad Wirkaleu y el último, un niño de cuatro años ¿Qué tienen en común? Que ninguno puede olvidar lo que pasó esa noche en Sauzal Bonito, donde todos viven.
Según el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres), el sismo ocurrió cinco minutos después de la medianoche, tuvo una magnitud de 3,4 grados en la escala de Richter, o sea que fue de efecto “menor”, y el epicentro se ubicó a 31 kilómetros al norte de Cutral Co. No sería el último que registraría el organismo en cercanías a este sector, ya que el 28 del mismo mes hubo otro y 20 de diciembre informó de uno más, de 3,2°, ocurrido a 52 km al suroeste de Rincón de los Sauces. Este miércoles, Sauzal volvió a temblar con un sismo de 4,1° (o “ligero”), con intensidad III en la escala de Mercalli, que mide a los terremotos a través de los efectos y daños causados.
Pero, más allá de los aspectos técnicos, para quienes viven en esta localidad que se ubica entre el río Neuquén, la Ruta 17, Cutral Co al sur y Añelo al norte, los temblores forman parte de una realidad cotidiana a la que no se quieren acostumbrar. No les interesa si las estaciones de monitoreo perciben o no los temblores, porque aseguran que son cosa de todos los días y tienen su propia teoría sobre lo que está pasando, a la vez que denuncian la falta de información oficial.
“Para mí son las perforaciones, desde que llegaron hace tres años los de Tecpetrol, en Fortín de Piedra, se empezaron a sentir los sacudones”, afirmó Roberto, también integrante de la comunidad Wirkaleu. Además, Lucas sumó su mirada de desconfianza a los trabajos en otro yacimiento de la localidad, La Ribera, que es explotado por YPF. Por su parte, ambas petroleras manifestaron estar monitoreando la situación y encontrarse en “comunicación permanente con las autoridades de aplicación”.
Sin embargo, los dos hombres afirman que tanto ellos como el resto de los 270 vecinos del paraje, coinciden en que “hacen los pozos con la hidrofractura, meten agua y arena con fuerza, primero para abajo y después para los costados, y ahí mueven todo”.
Por el momento, ningún estudio ha podido vincular a los movimientos sísmicos con las perforaciones. Incluso el presidente de la Comisión de Fomento, Sebastián Zapata, aseguró después del hecho de noviembre que “no hay reportes sísmicos y si fuera así se sentiría en Añelo y en Cutral Co. Nosotros creemos que es producto de la perforación del suelo. Es alarmante pero no se puede frenar el desarrollo de Vaca Muerta. Tendremos que ver cuáles son los daños verdaderos y quién se hará cargo de todas las pérdidas materiales”. Luego del último temblor, su discurso fue conciliador. Aclaró que no culpan a las petroleras, pero que sí coincide que desde “esto comenzó cuando llegaron, hace dos años”.
Serafín explicó que han mantenido reuniones con representantes de Techint, en las que han hablado de varios temas, entre ellos el de los temblores. Lo enoja que la empresa niegue tener algún tipo de vinculación con lo que ocurre y reclamó que la firma o el gobierno se hagan responsables de los daños en las casas.
Lo mismo les pasa a Lucas y Vanesa, que miran con tristeza la grieta que se marcó en una de las paredes de la vivienda que construyeron hace cinco años. Aseguraron que apareció después de esa terrible medianoche, esa en la que estaban por entrar a su casa, pero tuvieron que correr hacia la calle con sus dos hijos en brazos por miedo a que se les caiga algún objeto en la cabeza. “Menos mal que los chicos no estaban durmiendo porque no me daba el tiempo para agarrarlos”, reflexionó ella. Está preocupada por sus padres, quienes viven en una casa de adobe que no puede soportar tantos temblores.
Algo parecido, pero con menos suerte, le ocurrió a Inés. El sismo de esa noche agrietó completamente la vivienda en la que vivía junto a su marido y sus cinco hijos. Con los movimientos que sintieron en los días siguientes, el temor a un derrumbe la hizo trasladarse a una habitación construida en otra parte del terreno. “Zapata nos dijo que nos iba a hacer una casa nueva, pero no pasó nada. Movió unas piedras para hacer el plano y ahora salieron todos los alacranes que estaban abajo, me la paso matándolos”, se quejó la mujer.
Paredes agrietadas, muebles y electrodomésticos rotos y el temor de que vuelva a suceder, se volvieron parte de la identidad de Sauzal, al igual que el reclamo de entender por qué el pueblo en el que vivieron toda la vida, al igual que sus padres y abuelos, ahora se mueve sin cesar.
La actividad sísmica de la zona de Añelo, corazón de Vaca Muerta, es una materia poco conocida que llama la atención de los profesionales. La información que se ha difundido da cuenta que la misma fue relevada de forma particular por profesionales de Alemania, por investigadores de la Universidad de San Juan (UNSJ) y a través de los reportes del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres).
Desde este organismo nacional, la técnica sismóloga, Luciana López , explicó que la mayoría de las estaciones están emplazadas en los sectores del país con probada actividad, o sea el Norte, Mendoza y San Juan, por lo que los relevamientos del sector sur son menores. Además, detalló que en algunas oportunidades puede ocurrir que los movimientos no se registren debido a problemas de sistema en las estaciones por los cortes del suministro de internet.
El estudio realizado en 2002 por alemanes tampoco dio demasiados aportes a la sismicidad de baja magnitud de la región ya que se centró en el centro – sur de Chile, pero sirvió de base para el que realizaron, desde el 2014 al 2016, los geofísicos Sebastián Correa y Silvina Nacif, del Instituto Sismológico Volponi, perteneciente a la UNSJ.
Para el mismo se distribuyeron, alrededor de Añelo, 11 estaciones de banda ancha con una cobertura de 70 km por 70 km. El sismógrafo que se instaló en Sauzal Bonito y que se retiró en diciembre ante la desconfianza de los vecinos, fue bautizado con el nombre de pila de quien presidía en ese momento la Comisión de Fomento, Zenón Sandoval.
Los resultados indicaron que los movimientos se producen en una falla de la dorsal Huincul de la cuenca neuquina, ubicada a tres kilómetros de profundidad, en la zona relevada. Las causas de su reactivación pueden ser dos: el hundimiento de una placa tectónica bajo el borde de otra o “a la actividad de fracturamiento hidráulico y la inyección de fluidos en la zona”. Los geofísicos aclararon que para llegar a un resultado concluyente son necesarios mayores estudios.