Antecedentes, conflictos y consecuencias de la exploración sísmica en el subsuelo marino en Argentina.
Foto: Karina Fernández / Revista Puerto
Por OPSur .- Al primer pozo exploratorio para la búsqueda de hidrocarburos en el Mar Argentino lo realizó YPF en 1969, en la Cuenca del Salado, frente a las costas de la provincia de Buenos Aires. Tuvo una profundidad de 3.245 metros bajo el nivel del mar. Al año siguiente, y en el marco de una intensa campaña exploratoria, se descubrieron los primeros indicios de crudo en el Pozo Marta x-1, perforado frente a las costas de Comodoro Rivadavia y a 2.150 metros bajo el nivel del mar. Se trataba de crudo liviano, la misma calidad que el petróleo Medanito de la cuenca neuquina.
La actividad de perforación costa afuera tuvo una gran intensidad entre 1969 y 1981, dando como resultado la determinación de las cuencas con potencial productivo como la del Salado, Colorado, Rawson, San Julián y Malvinas. Sin embargo, no fue hasta 1989 que un yacimiento en el mar entró en producción: el Hidra, ubicado en la Cuenca Austral Marina en Tierra del Fuego, a cargo de la compañía francesa Total (actual Total Energies). En el período 1969–2010, fueron perforados 151 pozos costa afuera, de los cuales 70 se ubican en la Cuenca Austral.
Hay al menos tres momentos en la historia reciente de la exploración en el mar donde el escenario de disputas sociales fue central frente a la expansión de la frontera hidrocarburífera. Se trata de las campañas realizadas frente a las costas de Chubut y Santa Cruz: la iniciativa de la plataforma jack pot, en 2008, de la entonces Repsol YPF, con magros resultados; las manifestaciones de pescadores en Caleta Olivia, en 2012, frente a los trabajos de PAE; y las experiencias de “offshore cercano”, en Restinga Alí, Comodoro Rivadavia, a partir de 2013.
El Proyecto Aurora
A la cuenca petrolera que comparten las provincias de Chubut y Santa Cruz la suelen representar como un óvalo. La mitad está en el continente y sus yacimientos vienen desarrollándose desde hace más de 113 años. La otra parte está oculta en el Mar Argentino, pero a la fecha no hay exploraciones que hayan demostrado qué nivel de reservas existen, sólo se menciona que el mismo potencial que hay en tierra firme debería estar en el subsuelo marino.
Corría 2008 cuando YPF puso en marcha el Proyecto Aurora, frente a las costas de Comodoro Rivadavia. Allí la plataforma de perforación exploratoria Ocean Scepter realizó su primera incursión en el Mar Argentino. El equipo tenía un largo de 74 metros, altura de patas de 148 metros y una profundidad máxima de agua de 106 metros. En sus 15.600 toneladas podía albergar a una tripulación total de 100 personas.
“Debe quedar en claro que hoy estamos en una etapa muy preliminar del offshore y no podemos decir en principio que esto va a ser un boom petrolero”, decía el geólogo Ricardo Clavijo, al comentar el proyecto al diario El Patagónico. “Será muy difícil que los proyectos alcancen el rango de lo económico y si fuera de esa manera, el desarrollo vendrá luego de un largo período de evaluación”, agregaba.
La Ocean Scepter primero prestó servicios para Repsol YPF en la cuenca del Golfo San Jorge y luego para la chilena ENAP Sipetrol, en la Cuenca Austral, en el Proyecto Hélix E2. En aquel momento, estaba latente la crisis ambiental provocada por el derrame de crudo ocurrido en Caleta Córdova. El 26 de diciembre de 2007, un accidente del buque “Presidente Arturo Illia”, de la empresa Antares Naviera, tiñó de negro el mar del pequeño barrio comodorense con 300 metros cúbicos de petróleo y la mancha se extendió por cuatro kilómetros de costa.
Tras el gran despliegue de tecnología, el petróleo encontrado en el lecho marino no respondía a la calidad que necesitaba YPF para que sea comercialmente viable. “No tuvimos los resultados que habían generado nuestras expectativas”, reconoció Víctor Pelayes, de la Dirección de Exploración y Desarrollo de Negocios de YPF. Y apenas la Ocean Scepter se fue del golfo, y casi como una broma pesada, otro derrame involucró a la monoboya de Terminales Marítimas Patagónicas (Termap). En menos de un año, el 3 de diciembre de 2008, Caleta Córdova sufrió un nuevo incidente con la actividad hidrocarburífera.
PAE se sumerge
El turno de Pan American Energy (en adelante, PAE) llegó a mediados de 2009. El plan se denominó Proceso de Exploración Offshore en el Área Centro Golfo San Jorge Marina y era parte del compromiso de inversiones que la compañía, controlada entonces por British Petroleum y Bridas, asumió con los gobiernos de Chubut y de Santa Cruz tras negociar y obtener la extensión de la concesión por Cerro Dragón, actualmente el yacimiento de petróleo convencional más importante del país. El buque Western Patriot realizó prospección sísmica 3D durante más de dos meses.
A inicios del 2010 las organizaciones de pescadores de Chubut y Santa Cruz confrontaban con los gobiernos de ambas provincias que habían permitido a PAE iniciar en el golfo una campaña de exploración sísmica 2D y 3D. En marzo de ese año pescadores de Caleta Córdova presentaron una denuncia ante la Justicia Federal por el colapso ambiental de las tareas de exploración. Mientras, en agosto, los pescadores artesanales de Caleta Olivia organizados en la defensa del mar y de su actividad fueron reprimidos mientras acampaban frente a la sede del gobierno santacruceño. Hacia mediados del mismo mes, el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero se manifestó tibiamente sobre la caída de los cardúmenes, reconociendo que había una disminución pero que no tenía manera de comprobar su relación con la actividad sísmica. Las organizaciones de pescadores, en cambio, no dudaban en asegurar que “la virtual desaparición de la especie merluza acaeció inmediatamente después de las actividades de este buque de prospección petrolera”.
En 2013, cuando PAE intentó poner en marcha una nueva campaña, tuvo una fuerte resistencia de toda la zona norte santacruceña. Los pescadores de Caleta Olivia y Puerto Deseado se manifestaron en contra de una nueva prospección: sostenían que la onda expansiva de las explosiones con aire comprimido en el lecho marino alejaban a los cardúmenes y, además, alteraban el comportamiento de la fauna, como los lobos marinos y los pingüinos.
Las tensiones con los pescadores y la flota amarilla, dedicada a la pesca de merluza y camarón, continuaron hasta que impactó en la política santacruceña. Finalmente la Cámara de Diputados de la provincia votó la inhabilitación de la registración sísmica en el mar para la búsqueda de hidrocarburos. El cuerpo legislativo consideró que estaban confirmados los cambios de comportamiento de varias especies, entre ellas la merluza y el langostino, en las tareas de exploración que realizó PAE en 2009 y 2010. Con la sanción de la ley 3313 quedó prohibida la exploración sísmica en el mar 2D y 3D que supere los 120 decibeles. Sin embargo, está autorizada “la exploración de hidrocarburos por medio de estudios que no afecten la biodiversidad marina, el lecho marino y las actividades pesqueras, en aguas del dominio público provincial”. Además se creó una “Junta Técnica” para la aprobación de estudios de impacto ambiental compuesta por representantes de cada área provincial y de los municipios involucrados, y suma la mirada de un experto “técnico, oceanógrafo, licenciado o doctor en física o ingeniero en sonido y/o geólogo especialista en sonido”.
Cerca de la costa
El plan exploratorio de YPF entre 2013 y 2017 incluyó un proyecto de exploración en aguas poco profundas cercano a Restinga Alí, en Comodoro Rivadavia. La compañía invirtió u$s 12 millones para la registración sísmica desde Punta Piedras, en el límite de la localidad de Rada Tilly, hasta Punta Novales, a dos kilómetros del barrio comodorense de Caleta Córdova. Estos trabajos despertaron la inquietud de los trabajadores pesqueros de Santa Cruz, con el antecedente de PAE en 2009.
Los pescadores denunciaron que la sísmica emite más decibeles de los informados por la petrolera en las audiencias públicas y que anula la exploración pesquera. En esta oportunidad, en el conflicto intercedió el Convenio del Golfo San Jorge, por lo que si una provincia no aprobaba la exploración, la prohibición iba a cuestionar las tareas en toda la zona. No obstante, el entonces gobernador de Chubut Martín Buzzi avanzó junto a una YPF recientemente nacionalizada y bajo el mando de Miguel Galuccio.
Coriolis, un buque oceanográfico, estuvo a cargo de los ensayos en Restinga Alí. Los resultados fueron cruzados con los datos de los más de 100 pozos realizados en la zona para diseñar el actual sistema de explotación en aguas poco profundas, donde los equipos de extracción están en la costa pero con pozos horizontales o dirigidos acceden a los objetivos de hidrocarburos en el lecho marino.
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