Por Ramiro Laterza / Pulso Noticias .- Será este viernes desde las 18hs en Plaza Moreno y en cientos de plazas del mundo. Desde Pulso Noticias tomamos un podcast para aprender y detenernos a imaginar: ¿Qué significa que se instalen plataformas petroleras frente a las playas de la provincia de Buenos Aires?
Foto: Radio La Revuelta
Este viernes 4 de febrero desde las 18 horas, en la Plaza Moreno de la ciudad de La Plata, en la rambla de Necochea, frente al Casino de Mar del Plata, en Neuquén, Córdoba, Chubut, serán algunas de las tantas ciudades del país, en coordinación con otros lugares de Latinoamérica y del mundo, en que se realizará una protesta ambiental con diversos puntos y reivindicaciones de las cuales el más fuerte en este 2022 es el rechazo a que empresas petroleras puedan instalarse en la costa del Mar Argentino. “Hemos solicitado a varias provincias que consideren la posibilidad de que la Provincia de Buenos Aires se convierta en una provincia petrolera”, expresaba Axel Kicillof con colmillos y una servilleta en su pecho.
Como es de público conocimiento el 30 de diciembre la secretaria de Medio Ambiente a cargo de Juan Cabandié dio vía libre al proyecto de adquisición sísmica off shore en las costas bonaerenses, presentado por la compañía Equinor. Pero…
¿Qué es una exploración sísmica, una extracción off shore? ¿Cómo funcionó durante los últimos años?
A pesar de un profundo cerco mediático en las empresas periodísticas masivas y nacionales, el relato y la fundamentación de quienes rechazan este tipo de intervención privada en el mar ha tenido mucho asidero en otro tipo de medios y fundamentalmente en redes sociales. Tanto en Mar del Plata, Miramar y Necochea entre otras ciudades de la costa los propios vecinos y vecinas y espacios ambientalistas comenzaron a realizar asambleas y movilizaciones junto a partidos de izquierda y diferentes colectivos.
Uno de las organizaciones que viene estudiando el tema de hidrocarburos durante la última década es el Observatorio Petrolero Sur. Desde allí se vienen publicando crónicas, ensayos y diferentes formas de expresar en detalle el funcionamiento de este tipo de extractivismo.
Como uno de esos formatos también lanzaron junto a la radio comunitaria La Revuelta un Podcast sonoro, que consta de, hasta ahora, 6 capítulos donde se analiza la lógica de las plataformas offshore, las energías extremas, los antecedentes en el país y en distintos puntos de Latinoamérica de la explotación en el mar y las consecuencias de esta lógica extractivista de producción.
¿Qué es lo que podría instalarse frente a la costa? ¿Hay riesgo de derrame?
En su primer capítulo ya adentrado sobre la explicación, se describe que lo primero es el tramo legal que deben realizar las empresas como pedidos burocráticos y de medio ambiente, para lo que de ser aprobados lo siguiente es la “expedición y búsqueda” del petróleo bajo mar, o “costa afuera”, que es la traducción de “off shore”: “Mediante barcos de exploración sísmica, vienen con cañones de aire comprimido y sensores flotantes que permiten captar las ondas que emiten bajo la superficie marina, y ahí rastrean en el fondo del mar la presencia de hidrocarburos que luego se llevan a cabo con las plataformas”, explica Víctor Quilaqueo de OPSur en el material auditivo.
Lo que destaca también es que este tipo de intervenciones tienen demasiado riesgo, un porcentaje muy alto de que en algún momento haya derrames. Incluso comparan el sector del Mar Argentino con otros países donde existe las plataformas Off shore y aseveran que en Argentina “es una de las zonas del océano a nivel mundial con más energía y movimientos”, respecto a los riesgos que se corren.
Desde la asamblea de Mar del Plata, la voz de un activista ambiental agrega que “nuestra naturaleza no es un lugar de conquista, nosotros tenemos que vivir y que generaciones futuras lo hagan en un lugar sano, no queremos riesgos en la costa”. Además, criticó los documentos de Riesgo Ambiental aprobados por el gobierno y el supuesto control que ejercería el Ejecutivo: “No pueden contener los efluentes de la ciudad o las cloacas de los balnearios privados, que todo va al mar, menos van a controlar a las petroleras a 160km de la costa”.
Los impactos: Al ritmo de las empresas
Respecto a los impactos en el mar cuando se realiza la exploración, la perforación y extracción de petróleo explican la manera que afecta el ecosistema de los mares: “la diversidad, fauna desde mamíferos y sus rutas de migración, a plancton, aves, flora”, menciona Víctor de OPSur.
Pero también describieron cómo afecta la llegada de este tipo de empresas a las propias realidades sociales y actividades económicas de la población. El hecho de que una Off Shore comience a trabajar en una ciudad implica la llegada de infraestructura propia, que no solo es la plataforma sobre el mar, sino que se requiere la ampliación o construcción de puertos, de centros de acopios para el material, refinerías, tendido de ductos, caños, rutas exclusivas para el transporte de dicha industria.
A su vez eso tiene un impacto fuerte en la pesca industrial y artesanal y en la actividad turística. Comienza a haber otro tipo de precios, como sucede en otras regiones mineras como Neuquén, con eso se dificulta también el acceso a la vivienda, a pagar los servicios públicos.
También se genera el problema de la dependencia, donde económicamente la comunidad empieza a basarse sólo en la industria del hidrocarburo, que arrasa con la agricultura, la pesca o el turismo. Esa dependencia económica también pasa a ser una dependencia política, los capitales comienzan a invertir en recursos públicos, se empiezan a adecuar las normativas, a financiar partidos políticos para sus propios intereses, y así se debilita la democracia y la sociedad queda con menos incidencia en la política.
A todo o nada: Las Energías Extremas.
Para los referentes académicos de OPSur es interesante utilizar el concepto de Energías Extremas, como las offshore o el fracking: formas de extracción de recursos naturales que tienen cada vez mayores riesgos geológicos, ambientales y laborales, una “accidentalidad más alta que las tradicionales”, explica en el Podcast Rosaura Barletta.
Se trata de una tendencia donde los yacimientos tienen cada vez más difícil el acceso, por el propio agotamiento histórico del recurso, entonces se extra en condiciones más extremas. “Se trata de una terquedad de los gobiernos y empresas para mantener este sistema energético y de consumo”, dice Nelson de CENSAT Agua Viva. Finalmente terminan siendo lugares cada vez más riesgosos para los trabajadores y los ecosistemas. En las Offshore por ejemplo comienza a hacerse con una perforación a una distancia considerable de la costa, actividades a mayor profundidad y por ende más riesgosa”.
Pero, por ende, comienza a utilizarse cada vez más energía y recursos para que sea viable: “Estas también son energías extremas porque tienen una tasa de retorno energético menor, estamos gastando hidrocarburos, energía de otras fuentes, para poder sacar esos recursos que nos da cada vez menos energía. Lo mismo pasa con lo económico, estamos invirtiendo cada vez más porque las propias petroleras no son capaces de costear estas actividades y hacen alianzas con gobiernos para que sea rentable”, analiza Nelson.
Menciona allí a muchas de las multinacionales como Exxon; Total, Shell, Esso. Chevron, la estatal noruega Equinor, y otras nacionales como Petrobras en Brasil, Copetrol en Colombia. Todas además cuentan y necesitan de otro tipo de fondos más grandes, entonces coordinan con Fondos de Inversión, con bancos multinacionales, formando un mega-entramado económico y político.
“Se trata de una concepción desarrollista donde se cree que a más petróleo más beneficios”, dice otro de los estudiosos respecto a cómo se baja el discurso hacia la sociedad por parte de las multinacionales para poder acceder a sus intereses.
Antecedentes: ¿Te imaginas un derrame de petróleo en Mar del Plata o en Necochea?
Además de las miles de toneladas de petróleo derramadas en el mar desde la década del 50´y sobre todo en la del 70, es interesante acercarse un poco más a las últimas dos décadas.
El más fuerte es el sucedido en el Golfo de México, ese inmenso pedazo de mar metido en la tierra entre Estados Unidos, México y Cuba. Hubo una explosión de una plataforma petrolífera a 66 kilómetros de las costas de Luisiana, en 2010, que ocasionó del derrame de alrededor 795 millones de litros de petróleo en el mar, la muerte de millones de animales y de 11 personas.
En agosto del 2019, las costas del noreste de Brasil registraron derrames de petróleo en más de 500 puntos a lo largo de 2,500 kilómetros. Lo que comenzó con la aparición de puntos negros en algunas playas, rápidamente se convirtió en la llegada de manchas enormes de crudo que cambiaron el color de la arena. contaminadas más de 200 playas en por lo menos 77 municipios en los estados de Maranhäo, Piauí, Ceará, Río Grande del Norte, Paraíba, Pernambuco, Alagoas, Sergipe y Bahía.
En 2021 se conoció por redes sociales, sin ningún comunicado o advertencia de las empresas ni del gobierno, un hecho nuevamente en el Golfo de México: un derrame de gas tras la fractura de un ducto 80 metros bajo el mar ocasionó un espectacular “ojo de fuego”, cuya empresa responsable era PEMEX.
Ahora a pocos días de la aprobación del gobierno argentino para la exploración, se conocieron las olas de petróleo que tiñeron las costas del Perú. El derrame de petróleo ocurrido en la refinería La Pampilla operada por Repsol alcanzó los 6.000 barriles de crudo, afectando más de 2.9 kilómetros cuadrados de mar y costa.
¿Cómo queremos vivir?
“Peligra la forma de vida que conocemos”, advierte y señala Quilaqueo el impacto que tiene este método en sus etapas. Primero en el Diseño, donde “se piensa la naturaleza como algo a explotar y las comunidades como obstáculo a este desarrollo”, luego la exploración, como la sísmica y luego la extracción, producción, transporte y comercialización. Y como otros antecedentes o realidades de lo que generan las empresas extractivistas mencionó los inmensos basureros de residuos de petróleo en Neuquén, la aparición de sismos en territorios donde no había. O en el Golfo San Jorge, porción de mar compartida por la provincia de Santa Cruz y Chubut. Allí en 2009 la actividad de la exploración sísmica de la compañía Panamerican Energy dejó a los pescadores sin acceso a la merluza durante 6 meses. Al mismo tiempo la comunidad se movilizó muy fuerte durante mucho tiempo hasta por lo menos el 2013 en el que se prohibió la actividad de exploración sísmica en las aguas someras del Golfo San Jorge, por lo menos de la parte de Santa Cruz.
“Los derrames ocurren, y aún con tecnología, con planes de contingencia las consecuencias de un derrame para el medio ambiente no se pueden compensar con nada”, afirma para cerrar el capítulo Ana, activista brasilera de la campaña “Ni un pozo más”. “Tenemos que defender nuestro derecho a decir que no, nuestro derecho a tener mares protegidos”.