Minería y fracking, la frontera de Vaca Muerta se extiende a Río Negro

Actores, impactos e incertidumbres del nuevo horizonte extractivo

La arena de sílice tarda miles de años en formarse y no es renovable, con la utilización masiva del fracking en yacimientos no convencionales se convirtió en un insumo vital para la actividad petrolera. Proveerlas es un gran negocio a nivel mundial. A Vaca Muerta llegan desde Entre Ríos, Chubut y, recientemente, Río Negro. Conocé quiénes son los empresarios que concentran 22 mil hectáreas en la provincia para extraer arenas y el impacto ambiental, social y económico que generan.

Fotos: OPSur

Por Martín Álvarez Mullally.- A simple vista parecen grandes médanos, pero esa arena que antes se extraía de algunas pocas canteras y se destinaba a la construcción hoy se transformó en un material preciado para la actividad hidrocarburífera en Vaca Muerta. Además de las canteras de CIMSA (YPF), Aluvional (Vista Oil&Gas) y NRG, entre 2019 y 2021 se presentaron 457 solicitudes de permisos de extracción que alcanzan unas 22 mil hectáreas. La creciente demanda para su utilización en el fracking convirtió la meseta rionegrina en el nuevo horizonte minero de la provincia.

“Los primeros pedidos son simplemente como arena y que luego van a cambiar a arenas silíceas”, indicó Pedro Pérez Pertino, el docente que sistematizó la información del Boletín Oficial. “Es muy pronunciado el crecimiento de estos pedidos a partir de 2019 y se incrementan en 2020 y 2021”, sostuvo el también integrante de la Asamblea Socioambiental por el Agua y la Tierra de Fiske Menuco (Gral. Roca). En 2019 se pidieron 137 permisos, en 2020, 134 y en 2021, 186.

Las arenas de sílice son utilizadas en el proceso de fracturación hidráulica, cada pozo de shale – de unas 50 fracturas – requiere unas 15 mil toneladas (representan más del 15% del costo total) que son mezcladas con miles de litros de químicos y más de 90 millones de litros de agua e inyectadas a alta presión. Cumplen la función de agente sostén (se acumulan en las grietas) y brindan porosidad a la fractura, permitiendo que el hidrocarburo fluya. 

En 2019 las empresas que operan en Vaca Muerta utilizaron 1.403.624 toneladas, según lo declarado en el Cap IV de la Secretaría de Energía de la Nación, y se proyecta que la demanda llegue a los dos millones de toneladas anuales para 2022. Esto equivale a unos 45 mil camiones, que transportarán las arenas desde las costas entrerrianas del río Paraná, también Gaiman, en Chubut, y de las nuevas canteras rionegrinas. Cada camión está habilitado a transportar 45 toneladas.

El crecimiento de la demanda de arenas silíceas no es un fenómeno local. Desde la implementación masiva del fracking en la extracción de no convencionales, el sector hidrocarburífero se convirtió en el principal consumidor, concentra un 50 % de la demanda global. En 2018 ocupó 127 millones de toneladas y, según un informe de CRU Consulting, en 2035 ascendería a 258 millones de toneladas. 

En la actualidad el insumo ha significado un freno al boom del shale en Estados Unidos pospandemia. Ese país, tras la crisis del sector en 2020, buscó hacerse de mercados globales. Las tensiones de Europa con Rusia le dieron la oportunidad de captar una cuota de mercado y a un precio del crudo alto. En cuanto las empresas comenzaron a perforar a escala masiva, la arena comenzó a escasear, su precio se triplicó y la ventana de oportunidad de EEUU de exportar más y a buenos precios se vio afectada.

 

La dañada ruta silícea

Una finísima arena gris ocupa la escena completa. Es un paisaje lunar. Los camiones desparraman la tierra como la proa de los barcos lo hace con el agua. El polvo es lluvia que tapa el parabrisas y cubre la vegetación. Hay lechuzas, tortugas, guanacos y zorros, también caballos de algunos de los tantos campesinos. Todo expuesto al polvillo permanente.

Desde que los camiones comenzaron a circular los caminos están destruidos. Los camioneros que peregrinan diariamente por el lugar están molestos. La paga es mejor que en otros rubros, pero no les alcanza para cubrir el desgaste de cubiertas, elásticos y motores. Esperan que eso cambie pronto. Los pobladores también están enojados: sus viejas camionetas se rompen todo el tiempo.

 

El geógrafo Javier Grosso recorrió cada tramo de la ruta de la arena para constatar personalmente el impacto inicial. “Esta avanzada territorial del extractivismo hacia territorios que no estaban incorporados en la lógica del circuito hidrocarburífero generan el deterioro de los caminos rurales”, sostiene el docente y miembro del departamento de Geografía de la Universidad Nacional del Comahue que se dedica a estudiar los impactos del fracking en la norpatagonia. Se refiere a tramos de la ruta nacional 22, las rutas provinciales 6 y 7.

Valle Azul es una pequeña localidad ubicada a unos 20 kilómetros de Chichinales. Cuando comenzaron a explotar las canteras, los camiones cargados transitaban la ruta 7 para alcanzar la ruta nacional 22. La preocupación de los productores del valle fue inmediata. Entre la meseta y el valle circulan sobre un puente construido con rieles y quebrachos. El riesgo de derrumbe era evidente. En su recorrida Grosso encontró cartelería que advierte sobre un peso máximo de 12 toneladas: los camiones de arenas transportan una carga de 45 toneladas.

La queja de los productores obligó a los camioneros a dar una vuelta más larga. Llegan al valle por la ruta 6, luego toman la ruta 22 hasta Allen y siguen por otras a Añelo. Ahora Vialidad Rionegrina están estudiando la integridad del puente por el que cruzan el río Negro. Para Grosso, el exceso de peso y la cantidad de camiones conlleva un alto costo social porque las rutas cada vez más deterioradas implican mayores riesgos.

      Mapa: Javier Grosso

En mayo de 2021 la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de la provincia fijó, mediante la resolución 460, una tasa para la extracción de arenas para fracking. Buscó así solventar los gastos de la fiscalización y la contratación de personal idóneo. El fondo para el monitoreo en la extracción será de 2.79 pesos por tonelada extraída declarada. También determinó una tasa de 6,51 por tonelada durante el procesamiento y de 9.30 por tonelada transportada. Por su parte, la provincia pagará 3 pesos por tonelada de material de descarte, sobrante tras el proceso de lavado, que será utilizado para rellenar viejas canteras. Según distintos informes, las arenas del río Paraná tienen un costo de 200 dólares y las de Chubut 150, en tanto las de Río Negro costarían 100. Con ese número como base, las tasas impositivas serían de un 0.01% del costo.  

 

Los dueños de la arena

Pérez Pertino explica que en cinco nombres se concentra el mayor número de pedidos de autorización para extraer arenas, la Compañía de Inversiones Mineras (CIMPSA), de YPF, y cuatro solicitantes individuales: Claudio Ciccarelli, Gonzalo Garcia, Daniel Marin y Rolando Strazzolini. 

  Grafico de Actores: Pedro Perez Pertino

 

Claudio “Lechuga” Ciccarelli encabeza el número con 177 pedidos. El ex basquetbolista y empresario de Viedma en 2019 fundó la empresa Petrosand junto a Pablo Marcos Mac Mullen para explotación de canteras de arenas, pero en 2021 dieron de baja la sociedad alegando inactividad. Ese mismo año Ciccarrelli registró la firma Gold and Sand en sociedad con Maximiliano Larrañaga. El ex basquebolista es empleado de planta del estado de Río Negro, en 2019 fue trasladado del Ejecutivo provincial al Legislativo como asesor del bloque de Juntos Somos Río Negro, el partido que gobierna la provincia desde 2011. Pero la versatilidad política hace que figure aún en la lista de afiliados al Partido Justicialista pero promovió y apoyó económicamente en las últimas elecciones nacionales al derechista José Luis Espert.

El segundo es Daniel Marin, un empresario de la localidad de Los Menucos que, en sociedad con Claudio Urcera, en 2014 constituyó la empresa Minera Franca. A la fecha posee 103 solicitudes de permisos de explotación de canteras y una planta de lavado de arenas. Al igual que Ciccarelli, Marín y Urcera tienen vínculos políticos muy aceitados en Neuquén y Río Negro, tal como lo describió en un informe periodístico Susana Lara.

El tercero es el  empresario Rolando “Koni” Strazzolini, ex Citibank, cercano a Juntos por el Cambio, que solicitó autorización para explotar 49 canteras en 2020. Tiene empresas inmobiliarias importantes como NLPC, KCR -Alcorta y Pacheco-, que comparte con Nicolas Caputo, el “hermano de la vida” de Mauricio Macri. Muy vinculado al sector de la distribución de gas a través de las energéticas Magna Capital, Energía Sudamericana y Ecogas, con las que maneja Distribuidora Gas del Centro y Distribuidora Gas Cuyana

Por su parte, Gonzalo Andrés García ha solicitado 14 permisos de canteras en 2021

Un dato llamativo es que CIMSA/YPF compró el campo donde realiza la extracción, algo que no es habitual, dado que puede realizar la actividad sin ser propietaria. Grosso señaló que, además de YPF, en la meseta rionegrina se instalaron las compañías NRG y la minera Aluvional, subsidiaria de Vista Oil&Gas, perteneciente al ex CEO de YPF Miguel Galuccio. El geógrafo subrayó el papel central del Estado rionegrino en este proceso de adjudicación y concentración de canteras, dado que la mayoría de los permisos solicitados se ubican en tierras fiscales, lo que no necesariamente significa que estén “libres de ocupantes”.