Sin información ni debate público, avanza la prueba piloto del primer almacén de gas subterráneo ubicado en una zona urbanizada del país: la localidad rionegrina de Allen. Según la experiencia internacional, el experimento puede transformarse en un grave antecedente. Pese a que desde OPSur realizamos reiterados pedidos de informe sobre el proyecto, la Secretaría de Ambiente de la provincia no respondió. Seguiremos insistiendo.
Por Martín Álvarez Mullally / OPSur .- Pasó un lindo día de otoño en Porter Ranch, un barrio de los suburbios de Los Ángeles, en Estados Unidos. Era 23 de octubre de 2015 y más de cien de niñas y niños jugaban en el patio de la escuela cuando el aire se puso raro. De pronto, un tremendo olor a huevo podrido, los ojos empezaron a picar y se pusieron rojos. Nadie sabía qué pasaba. Evacuaron la escuela, pero afuera, en la calle, el olor era más fuerte. Las náuseas se contagiaron, hubo arcadas por todos lados. Gritos, llantos, temor en masa. El horror llegó silencioso e invisible. Las autoridades locales no sabían qué hacer. La gente tosía y se miraba estupefacta, algunos corrían en busca de refugio, no parecía una buena idea: se ahogaban más. El olor invadió cada rincón de la ciudad. Las plazas quedaron vacías. Los vehículos se detuvieron.
Estas líneas podrían ser parte de un guión cinematográfico, pero no. Lo que parece distopía es en realidad historia contemporánea de un sistema que transgrede cada vez más límites ecosociales en pos de maximizar rentas. La fuga de gas más grande del mundo duró 100 días. Se originó en una falla del almacenamiento subterráneo Aliso Canyon, gestionado por la compañía Southern California Gas Company. Unas 8000 familias fueron evacuadas, 1900 infantes fueron derivados a escuelas en otras ciudades. Se liberaron a la atmósfera más de 100.000 toneladas de metano y la pluma de gas se vió desde el espacio. Los impactos sanitarios son muchos. Meses después de controlada la fuga el almacén fue vaciado, pero el olor regresa todo el tiempo y el temor se expande rápidamente. Muchas familias tienen a mano medidores de metano que accionan cada vez que sienten olor. Así viven y vivirán por mucho tiempo quienes se quedaron. Los impactos sanitarios son muchos.
Esta situación podría suceder ahora en Allen, donde la Quintana Energy prueba reinyectando gas en un “almacén” subterráneo en el área Estación Fernández Oro (EFO), dentro del ejido urbano y con personas que viven en las inmediaciones (o sobre) la prueba piloto. Una mala idea que pretende –según informó la empresa– almacenar la mitad de producción diaria del mayor yacimiento gasífero de Río Negro. Es el primer proyecto de este tipo con esta característica en el país, los otros cuatro se encuentran distantes de la población.
La iniciativa es impulsada por el empresario Carlos Gilardone, dueño de Quintana, devenido en una de las patas petroleras de La Libertad Avanza. Su compañía adquirió recientemente los derechos de la EFO, que vendió YPF como parte del Plan Andes en el marco del desprendimiento de áreas maduras que realizó la gestión actual de Horacio Marín.

La UTE (Unión Transitoria de Empresa) está compuesta por Quintana E&P Argentina S.R.L, que con el 10% de la participación es el operador del área, Quintana Energy Investment que posee el 89% y Gas Storage and Midstream Services con el 1% y fue registrada en diciembre del 2024. En ese mismo mes, Gilardone consiguió la prórroga de la concesión de EFO hasta 2036. Para ello, pagó 2.5 millones de dólares y comprometió una inversión de 92 millones.
El 18 de diciembre de 2024, la mayoría automática que posee el gobierno de Alberto Weretilneck en la Legislatura rionegrina aprobó el acuerdo de prórroga de la concesión que había ingresado pocos días antes con el número N° 54/2024. En las 57 fojas del expediente se detallan con cierta extensión cada una de las tareas a realizar en la operación del área. No obstante, no hay ninguna mención al proyecto de almacén subterráneo que semanas después dieron a conocer en medios de comunicación. El proyecto experimental sería un antecedente grave que se aprobó sin debate legislativo ni público, y sobre el que hay muy pocas precisiones. Hasta la publicación de este informe, pese a varios pedidos de información pública ambiental, la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de Río Negro no dió ningun respuesta. Seguiremos insistiendo.
Hoy existen cinco proyectos en el país. Tres en funcionamiento: Sur Río Chico (Santa Cruz), Cupen (Neuquén) y Diadema (Chubut). Uno en revisión, llamado ADIS que se ubica en Río Negro a 37 kilómetros de la localidad de Sargento Vidal, y el de Quintana en Allen, del que se desconoce el estado de avance y que todavía no está en funcionamiento pleno, sino en etapa de pruebas.

¿Qué son los almacenes subterráneos de gas?
La técnica consiste en inyectar gas seco en cavidades subterráneas no muy profundas. Requiere una gran inversión inicial y se utiliza para retener el hidrocarburo para venderlo en el momento más conveniente. La preparación no es sencilla. Se debe presurizar el subsuelo y poner a punto pozos no productivos, que, muchas veces, suelen estar mal mantenidos. Por lo general, en estaciones que demandan menos gas, como el verano, el gas se inyecta y se extrae para vender en invierno, o cuando la demanda lo requiera.
La inyección o extracción se realiza por medio de pozos con esa función. Incluso, con válvulas reversibles, un mismo pozo puede cumplir ambas funciones. Son necesarios otros pozos monitores que miden la presión y alertan por fugas al exterior y hacia los acuíferos que suelen estar por encima de la roca sello, que aísla la roca reservorio de otras.
La profundidad define la presión a la que debe alojarse el gas. A mayor profundidad, mayor presión y, por lo tanto, mayor costo. Además, para poder conectarse con el sistema de evacuación como los gasoductos troncales requieren plantas de separación, otras de comprensión, un sistema de deshidratación que extraiga los líquidos y una planta de endulzamiento (saca CO2) para la inyección. Y cómo si todo esto fuese poco, el gas reinyectado al reservorio no puede utilizarse en su totalidad. Se requiere por tema de presiones tener una reserva, denominada colchón, que permita la extracción del resto. Este es un requisito para una operación eficiente y ese gas ronda entre el 20 y 50% del almacenado. El 80 o 50% del gas restante es el que se extraerá y se llama gas útil o comercial.
Hay distintos tipos de almacenes:
- Yacimientos agotados: Se utilizan yacimientos de gas y, en menor medida, de petróleo. Se ingresa por viejos pozos, hoy no productivos, que se llenan con gas. Su profundidad es variable y la presurización es costosa. Son los almacenes más comunes y todas las experiencias en Argentina son de este tipo.
- Acuíferos: Son formaciones geológicas que contienen agua subterránea y pueden utilizarse como reservorios de gas. Son formaciones someras y no frecuentes.
- Cavernas de sal: Depósitos subterráneos de sal que pueden ser cavados para crear espacios de almacenamiento.
- Cavernas de minas agotadas: Se utilizan viejos socavones cuya presurización es muy costosa. Hay pocas experiencias.
- Cavernas rocosas: Son más superficiales, se encuentran en cerros y son poco frecuentes.
Fuente megsa.ar
Almacenar gas permite tener mayor flexibilidad al momento de la venta de lo extraído. Por un lado, ofrece una mejor adaptación a una demanda que cambia estacionalmente, sustituyendo la importación con precios no tan competitivos pero en pesos y no en divisas. Este último es el principal argumento corporativo. Por otro lado, esta infraestructura brinda en cierta medida una capacidad para esperar a mejores precios.
Los almacenes de Argentina
Sur Río Chico | Santa Cruz | CGC | 2019
Está ubicado en la Cuenca Austral, a 20 kilómetros de Río Gallegos y fue puesto en actividad plena en enero del 2020. La empresa responsable es Compañía General de Combustibles (CGC), del Grupo América comandado por el empresario oficialista Eduardo Eurnekian. Tiene evacuación en el gasoducto Gral. San Martín vía Planta Las Vegas. Se encuentra a 1.500 metros de profundidad. Tiene cuatro pozos de inyectores y tres de monitoreo. Tiene capacidad de inyección de un millón de metros cúbicos por día durante 180 días de la temporada de baja demanda y una extracción de dos millones de metros cúbicos por día en los tres meses de alta demanda. La inversión fue de 500 millones de dólares. Gas colchón 43%, Gas útil 57%.
Fuente megsa.ar
Cupen | Sierra Barrosa | Neuquén | YPF | 2019
El proyecto de YPF se instaló en Loma La Lata – Sierra Barrosa, a unos 70 kilómetros de la ciudad de Neuquén y a 25 de Plaza Huincul. Su profundidad es de unos 800 metros, en la formación Rayoso. En una evaluación preliminar se estimó una capacidad de almacenamiento de gas útil de 250 millones de metros cúbicos estándar (MM Sm3), y un volumen de 74 MM Sm3 en concepto de gas colchón. La capacidad de entrega de gas al sistema es de 2 MM Sm3/d, durante cuatro meses por año. Pozos Inyectores 20 y 11 pozos de monitoreo.
El gas se capta y se despacha a través de gasoductos troncales de TGS: Neuba I / II para el llenado, y Neuba I / II y Cordillerano para el vaciado.
Diadema | Chubut | YPF | 2021
Está en pleno corazón de la Cuenca del Golfo San Jorge, a 30 kilómetros de Comodoro Rivadavia. La primera inyección se realizó en 2021. La empresa a cargo es YPF. La profundidad es de 650 metros. Evacuación vía Gasoducto Gral San Martín y vía gasoducto Camuzzi a Comodoro Rivadavia. Tiene una capacidad de inyección de 1.5 millones de metros cúbicos por día. Tiene 20 pozos de almacenamiento y cuatro de monitoreo. Gas útil 150 millones de metros cúbicos. No se logró claridad en el volumen de gas colchón.
Fuente megsa.ar
ADIS (Aguada de los Indios Sur) | Tecpetrol | Río Negro | en evaluación
Ubicado en la provincia de Río Negro, en el área Aguada Salada, a 37 kilómetros de la localidad de Sargento Vidal, a 20 del Lago Mari Menuco y a 60 de Roca, el proyecto ADIS aún se encuentra en evaluación. Es un reservorio con una profundidad cercana a los 3.000 metros, en la formación Cuyano Inferior. Su tamaño es de 20 km2. Tiene una capacidad de 260 MM3. Por su profundidad requiere de mayor compresión, por lo tanto mayor inversión. Se inyectará un millón de m3 diarios en verano y en los tres meses del invierno se extraerán tres millones de m3/d. Se realizarán nuevos pozos inyectores, planificado un pozo monitor. La evacuación es vía Gasoducto TGS, Medanito – Estación Allen.
Fuente megsa.ar
Proyecto Estación Fernández Oro (EFO) | Quintana | Río Negro | Sin información
La prueba piloto se está realizando en el pozo EFO 95, ubicado en cercanía la Planta Estación Fernández Oro. Este pozo fue realizado en 2015 en el marco de los subsidios del Plan Gas Plus. Originalmente, fue construido a una profundidad de 3.800 metros hasta la formación Lajas. Por la dependencia a la infraestructura instalada, de pasar la prueba, el almacén se realizará en cercanías a la planta de gas del área donde ya hubo problemas con la población circundante. Hay familias a unos cien metros que viven en chacras, el barrio La Pasarela está ubicado aproximadamente a un kilómetros y la ciudad de Allen a tres kilómetros. La vía de evacuación serían los gasoductos Neuba I y II. Según informaron en medios de comunicación, la compañía pretende almacenar al menos la mitad del gas que produce el yacimiento actualmente que ronda en 750 mil m3/d. Además, se aprovecharán los líquidos asociados al gas que también son comerciables.
En 2019, YPF inyectó gas en el pozo EFO 95 sin tener la Resolución Ambiental habilitante, ni haber presentado el Estudio de Impacto Ambiental. Lo que aparece como una falta grave, para el organismo de aplicación dirigido en esa época por la cuestionada Dina Migani fue apenas una falta leve por la que le aplicó una multa de 2.714.273 de pesos. No hay referencias en cuanto a los resultados de esa experiencia. En la actualidad se está inyectando nuevamente, resta saber si está vez se cumplió la normativa vigente. Como se dijo, en la renegociación del contrato de concesión no aparece detallado el plan de trabajo e inversión para este almacén.
Este tipo de proyectos tiene asociadas grandes cantidades de emisiones fugitivas, o sea fugas frecuentes propias del sistema. Según la renegociación del contrato del Área Estación Fernández Oro, este tipo de emisiones deben ser monitoreadas y tienen un costo asociado. Pero en ese contrato nunca se menciona el proyecto de almacenamiento, por lo que Quintana no está obligada a monitorearlas. Sin respuestas a los pedidos de informe, no hay claridad si la dependencia tiene capacidad técnica para desarrollar esa tarea.
Accidentes
En el capítulo “Amenazas derivadas de la infraestructura de fracking” del Compendio de hallazgos científicos, médicos y de medios de comunicación que demuestran los riesgos y daños del fracking se registran los accidentes de los almacenes subterráneos en EE.UU. El mencionado en Aliso Canyon de 2015 fue el peor pero hay otras circunstancias que allí se recuperan y que presentamos escuetamente.
Después del accidente de 2015, los almacenes subterráneos entraron en la agenda pública y comenzaron a ser investigados. Un estudio de 2018 informó unas 400 plantas de almacenamiento subterráneo en EE.UU con más de 10.000 pozos asociados.
En 2011, la empresa Alton Gas emprendió un proyecto en Nueva Escocia, Canadá. Pretendía realizar 15 cavernas pero solamente pudo terminar dos. No se hizo la consulta previa, libre e informada a la comunidad Mi’kmaw. La lucha comunitaria junto al movimiento socioambiental logró que, años después, la justicia frenara el proyecto y obligara a la empresa a remediar el territorio. En el proceso, líderes indígenas fueron perseguidos judicialmente y detenidos. Sin embargo, Alton Gas nunca pudo inyectar gas y en 2022 cerró el proyecto.
En el almacén subterráneo del yacimiento Playa del Rey, ubicado en Los Ángeles, California, se produjo una falla en una válvula y se fugaron más de 2800 m3 de gas. Las principales denuncias y preocupaciones son porque se encuentra cerca de la población y a poca distancia del Aeropuerto de Los Ángeles. Según un estudio de Harvard, unas 45.000 personas conviven con esta situación riesgosa.
En 2012 explotó una planta de almacenamiento de gas en Mont Belviu, Texas, cuando una máquina colisionó contra un ducto. Pertenece a la empresa Lone Star NGL, una subsidiaria de Energy Transfer LP. El almacén se encuentra cerca de la población y, como en Allen, se procesan líquidos asociados al gas.
En 2019 un equipo de investigadores de las universidades de Harvard, Boston, y Columbia, Nueva York, de Duke, Durham, Carolina del Norte, y de la División de Medicina General del Hospital Infantil de Boston estudiaron el riesgo por proximidad a los almacenes subterráneos de gas. El trabajo incluyó los estados de Pensilvania, Ohio, Nueva York, Virginia Occidental, Michigan y California. Los resultados son alarmantes: el 65% de los pozos de almacenes subterráneos de gas ocupan áreas residenciales urbanas y suburbanas, y el 41% contiene al menos una casa dentro de un radio de 100 metros. Son unos 12.000 hogares y 30.000 residentes afectados por los almacenes. Los riesgos a los que se encuentran sometidas las poblaciones son sanitarios por emisiones permanentes y fugas de gas, así como el de seguridad por accidentes como explosiones o fugas masivas.
En 2020, Texas Observer advirtió que los acuíferos corrían riesgos de contaminación por almacenamientos subterráneos de gas. La Comisión de Ferrocarriles de Texas es el órgano de control y fiscalización de la industria petrolera. Durante la pandemia por sobre stock permitió que proliferen almacenes subterráneos con escaso control y sin audiencias públicas.
La gran fuga de Aliso Cayón, en Porter Ranch, California, fue producto de una falla en una válvula de uno de los pozos inyectores. El origen de los defectos había sido la corrosión microbiana provocada por el contacto con aguas superficiales. A su vez, investigadores agregaron a las consecuencias de realizar fracking en cercanías al almacén.
Dentro de las consecuencias podemos destacar:
- Unas 35.000 viviendas reportaron estar llenas en su interior y exterior de un líquido aceitoso, calificado como contaminante y peligroso para la salud. Para 2016 se habían limpiado sólo 1.700 hogares. A su vez, el Departamento de Salud Pública de Los Ángeles declaró que la empresa no había realizado un trabajo satisfactorio ni había seguido el protocolo para eliminar las partículas de metal previamente identificadas en el polvo de la superficie de los hogares, entre ellas, las de bario, manganeso, vanadio, aluminio y hierro.
- Posteriormente, se realizó un estudio donde quedó expuesta la inacción de los responsables. Tanto el Estado como la empresa no cumplieron con la reducción de emisiones, poniendo en riesgo sanitario a la población y el ecosistema.
- La empresa declaró ante la Bolsa de valores que los costos asociados a la fuga fueron de 665 millones de dólares y las pólizas llegaban a los 1.000 millones de cobertura. Según juristas y especialistas consultados por Los Angeles Times ese monto era insuficiente para remediar el daño provocado.
- Las propiedades adyacentes a la zona de afectación sufrieron pérdida de valores y la comercialización inmobiliaria se vió afectada tras la fuga.
- Según la investigación posterior, los problemas de corrosión y mantenimiento se encontraban expuestos en los estudios presentados previamente al órgano de aplicación que no ofició alerta alguna y aprobó el proyecto.
Tras el accidente, la Comisión de Servicios Públicos de California ordenó que se realizara una inspección a las 12 instalaciones de almacenamiento de gas natural del estado. Se detectaron defectos en 229 válvulas, bridas y cabezales de pozo con fugas, y otra fuga (la número 230) en un pozo en desuso; ocho de esas fugas se consideraron peligrosas.
Luego del accidente, en 2016 se sancionó la primera ley federal de regulación de almacenes subterráneos de gas, lo que deja a las claras que hasta entonces los órganos de aplicación no estaban preparados para su fiscalización y debido control.
Con la información de los hechos ocurridos en Estados Unidos, no es prudente realizar estas pruebas en Estación Fernández Oro. Instalar un almacén subterráneo cerca de poblaciones es un riesgo. Por otra parte, la nula información a quienes habitan la zona y la falta de información pública ambiental constituyen una preocupación ciudadana de la cual el estado de la provincia de Río Negro debiera ocuparse.