El problema del aceite vegetal usado pertenece a toda la comunidad y la instalación de un emprendimiento asociativo que produzca combustible con este residuo, es una gran oportunidad para desarrollar una tecnología social. Los avances del INTI en la Unidad Productiva Tipo de biodiesel.
Por Gabriel Rodríguez y y Matías Ribeiro (Subprograma de Unidades Productivas Tipo).- Con el lema “Para vos el premio, para la comunidad tu iniciativa. Desarrollo sustentable para todos”, el Premio Saber Cómo impulsado por el INTI galardonó el proyecto “Aceite para la vida, energía para el trabajo”, basado en la propuesta de generar unidades de producción de biodiesel a partir de aceites de fritura para ser gestionada por pequeños grupos de emprendedores. Este proyecto propone además el uso de la glicerina, obtenido como subproducto de este proceso, para la elaboración de cosméticos.
Luego de haber sido premiados por el INTI, dos de sus autores y miembros de la cooperativa de trabajo Biocoop fueron incorporados al equipo de Unidades Productivas Tipo (UPT) del Instituto, con el objetivo de desarrollar una planta modelo con una capacidad de producción de 400 litros por día, que tenga condiciones de seguridad para los operarios y que, fundamentalmente, garantice la mejor calidad del biodiesel que pueda ser producido a partir de Aceite Vegetal Usado (AVU). Para ello se realizó un relevamiento de todos los fabricantes de maquinarias para producción de biodiesel del país y se llevaron a cabo visitas a algunas empresas que actualmente obtienen biodiesel, tanto de aceite usado como de aceite extractado de oleaginosas, buscando conocer los procesos existentes y las características de seguridad de las plantas.
Algunas carencias técnicas detectadas, los precios excesivos y los malos resultados en la calidad de las muestras analizadas permitieron sacar conclusiones que mostraron el camino a seguir. Se comenzó entonces a diseñar un modelo de planta, conjugando la experiencia de proceso y diseño obtenida de la actividad de Biocoop, junto con el diagnóstico del relevamiento realizado y las recomendaciones a cargo de una cooperativa metalúrgica de Avellaneda la cual, al tener las herramientas y la postura de no tercerizar la construcción, logró ofrecer un precio acorde a lo buscado.
Por otra parte, se redactó un manual de producción de la planta de biodiesel para las futuras capacitaciones a los emprendedores que la gestionen. La planta será operada por personas de diversos lugares, buscando a través de capacitaciones y el manual de producción, que no sea necesaria la experiencia de un operario de carácter técnico. Es por eso que para reducir los riesgos laborales, el método de producción del biodiesel se realiza en base a un proceso que busca presiones cercanas a la atmosférica y temperaturas no muy elevadas (120 ºC el punto mayor).
Desarrollo sustentable para todos
El interés de parte de los municipios en proyectos de plantas de biocombustibles crece a medida que se toma conciencia de lo perjudicial que es para el ambiente la contaminación de cursos de agua por el vertido de aceites de fritura, utilizados en hogares y en comercios gastronómicos. En este escenario, las UPT de biodiesel a partir de AVUs pueden convertirse en un tratamiento de efluentes para las ciudades que, a diferencia de otros, se sustenta a sí mismo. Se trata de una propuesta concreta que aclara el panorama de estos residuos, donde es frecuente que erróneamente se promueva, por ejemplo, el embotellamiento del aceite antes de tirarlo o su colocación en macetas para las plantas, con la ya conocida lógica de “tirar la basura bajo la alfombra”. ¿Cuántas macetas se necesitarían en un local de comidas rápidas que arroja 20 litros de aceite por semana? ¿Qué sucede con las botellas llenas de aceite cuando el camión compacta la basura? No está de más hacerse estas preguntas para dimensionar el problema.
La propuesta contempla también que estas UPT sean gestionadas de manera asociativa, involucrando al sector cooperativo junto a municipios y organismos del Estado en la problemática del desarrollo sustentable. Es necesario que organizaciones como son las cooperativas sean las artífices no sólo del buen desempeño técnico de la planta, sino también del planteo de una estrategia comunicacional que genere la participación activa de la comunidad. Porque es en los hogares y en los barrios donde se inicia la cadena de acopio domiciliario y posterior entrega a los recolectores del aceite y son los ciudadanos, por medio de organizaciones intermedias, quienes pueden actuar como contralores, proponiendo medidas que insten a los comercios a ceder el aceite usado para su utilización en la producción de biodiesel. Sin embargo, las normativas existentes no contemplan en su totalidad proyectos de plantas de pequeña escala (de hecho dificultan su avance), provocando que se concentre la producción de biodiesel en grandes empresas y evitando así que los pequeños municipios traten sus residuos, generen parte de su energía y favorezcan al desarrollo local. En este contexto, el INTI está gestionando ante la Secretaría de Energía que sean contemplados en el marco legal estos modelos de plantas de pequeña escala, ya que la demanda y voluntad de concretarlos es muy clara, sumado a que el biodiesel producido por una UTP cumplirá con las especificaciones establecidas por la norma ASTM D 6751, de acuerdo a los resultados obtenidos de las pruebas piloto realizadas por el Instituto.
Más información
www.inti.gob.ar/upt/pdf/Biodiesel_vs_Diesel.pdf
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