Movilización de los vecinos de Andalgalá en defensa del agua, amenazada por la explotación de la mina Agua Rica en el cerro Aconquija. (Foto: OPSur)
Por OPSur.- Jorge Néstor Santa Cruz se doctoró en Ciencias Naturales, con orientación geológica, en la Universidad Nacional de La Plata; es profesor titular de la Cátedra de Hidrología Continental en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y estuvo a cargo de la coordinación técnica del Proyecto Acuífero Guaraní. El OPSur fue a su encuentro para charlar sobre las políticas públicas para la administración y preservación del agua y las implicancias de la expansión de la frontera hidrocarburífera sobre el Acuífero Guaraní. A lo largo la entrevista destacó la importancia de la participación ciudadana en la gestión del agua pero también señaló la falta de acceso a la información y asesoramiento técnico del conjunto de la sociedad para hacer efectiva esa participación. También destacó la inexistencia de estudios de base para medir los impactos derivados de la ampliación de fronteras productivas y extractivas, y se refirió a la falta de voluntad política para aplicar las normas existentes para la preservación del agua y la necesidad de contar con personal idóneo en el Estado para realizar los estudios y controles necesarios.
-¿Cuáles son las principales normas que rigen la utilización del agua en el país?
La norma principal es la Constitución, en cuya última reforma se devolvió a las provincias la administración de los recursos naturales, entre ellos el agua. O sea que las provincias son las dueñas del agua, tanto superficial como subterránea. El agua superficial se rige a través de principios generales a partir de los cuales las provincias han hecho -o están en proceso- códigos especiales donde hay aguas compartidas. El agua subterránea, de acuerdo al Código Civil, es de propiedad del Estado y su utilización depende de concesiones que otorgan los estados provinciales.
Tenemos que tener en cuenta que hay una Ley de Presupuestos Mínimos Ambientales del Agua, que está vigente pero no es acatada, y está en estudio la reforma para incorporar la administración por cuencas, pero está observada, especialmente por la provincia de Mendoza. Lo que uno trata de preservar, justamente al administrar a nivel de cuencas, es que si hay una actividad productiva que es contaminante, a la corta o a la larga va a perjudicar a los sectores de aguas abajo, de ahí viene todo este tema de juntarse y tratar de preservar el medioambiente.
Actualmente no se administra [por cuencas], pero sí se acuerdan acciones a nivel de cuencas grandes, comunes a varias provincias. Tenemos por ejemplo la cuenca del Río Colorado que desde hace ya varios años está funcionando, y funciona muy bien, en cuanto a todo un ordenamiento y políticas comunes, acuerdos entre las provincias. (1) Y como ésta hay varias cuencas que tienen su comité, representado por Nación y provincias, a través de los que se trata de acordar acciones comunes donde no haya ningún perjudicado.
Eso está funcionando desde hace bastante y ha tomado mucho impulso últimamente. Es importante mencionar que no es una ley específica nacional [la que impone esta modalidad], es un acuerdo entre provincias que se llama Principios rectores de política hídrica (2), que incluso está refrendado por muchas en las legislaturas provinciales -o sea, que en algún momento de ahí va a salir una ley. Son principios generales que se adoptan modernamente, acorde con lo que pasa en el mundo. Por ejemplo, el agua se enfoca dentro de un concepto más bien ambiental -en el que se conjuga lo económico, lo social, lo físico/técnico-, con lo cual vamos hacia conceptos más amplios, no de un solo recurso, sino viendo la totalidad del mismo: el beneficio general para la sociedad teniendo como marco la protección del ambiente.
Cada provincia tiene su propia legislación, incluso, al agua se le da una serie de prioridades en cuanto al uso. El uso general prioritario, que hay en todos lados, es el abastecimiento humano, a partir de ahí cada provincia le da la importancia que tiene de acuerdo a su clima, sus necesidades, etc. Un caso típico es el de las provincias áridas, como Mendoza, donde el agua es tan fundamental para beberla como para otras actividades productivas. Entonces, depende de la prioridad de uso que le dé cada provincia, y hay que hacerlo porque puede haber conflictos de intereses, donde alguien quiera agua para un destino, y se le reduzca en base a otro uso que se le quiera dar. Pero de todos modos hay una tendencia -de acuerdo a los principios rectores que comentaba- de encarar desde una visión de unidad agua superficial-agua subterránea, que históricamente se administró una por un lado y otra por el otro. El concepto moderno es una administración que tome al agua en su totalidad. Si bien para eso falta, porque la tendencia ha sido administraciones distintas para distintos usos, hay provincias que han centralizado y esa es una tendencia muy interesante.
Lo que queda por discutir, como siempre, es el tema medioambiente desde el punto de vista de administración pública. Si el agua tiene que estar por debajo de una institución ambiental o tiene que estar al mismo nivel.
-¿Se han registrado cambios en las pautas de consumo del recurso con respecto al período previo a la provincialización? ¿No haría falta una reevaluación del recurso, en términos más estratégicos, y un manejo más centralizado por parte de Nación?
Estadísticamente no sé si se han registrado cambios que puedan ser atribuibles a esto.
En forma conceptual, teórica, en los grandes congresos mundiales las recomendaciones que hacen es tratar de descentralizar la ejecución. Incluso se puede llegar a discutir mucho en el futuro si no habría que descentralizar ciertas facultades hacia los municipios, por ejemplo, el poder de policía. En una provincia grande como es Buenos Aires, desde La Plata es imposible controlar en forma directa lo que está pasando a 500km de distancia, en Europa es pasar de un país a otro. Evidentemente lo que se va a discutir cada vez más es hasta dónde se le puede transferir al municipio esas facultades. En agua potable, por ejemplo, se ha transferido todo lo que sea administración territorial; las aguas pluviales las tienen los municipios.
Esto tiene que ir de la mano con una buena capacidad del Estado para poder ejecutar estas cosas, y eso es lo que lamentablemente muchas veces falla. Ya sea por falta de presupuesto, que es muy común, o falta de recursos humanos especializados o entrenados. A lo mejor, la solución pasaría por mejorar ese tipo de factores y no volver a una centralización, que creo que es bastante perniciosa. Un aspecto importante en lo que sea la gestión de la Política Hídrica en la Argentina es la creación de Consejo Hídrico Federal, que está integrado por todas las provincias más la Ciudad de Buenos Aires y el gobierno nacional –representado por la Subsecretaría de Recursos Hídricos. El Consejo es un organismo descentralizado que periódicamente se reúne y analiza todas las problemáticas interjurisdiccionales que pueda llegar a haber y ayuda al gobierno nacional a la planificación general. Es una instancia federal importantísima, acorde con el dominio del agua de las provincias.
-En los últimos años se ha registrado una intensificación de industrias extractivas como la mega-minería metalífera, los cultivos forestales, los cultivos de soja, la expansión de la frontera hidrocarburífera. ¿Cómo han influido estos desplazamientos de las fronteras productivas tanto en el uso como en la calidad de las aguas? ¿Hay alguna norma que legisle eso?
Cualquier norma ambiental contempla hacer Estudios de Impacto Ambiental (EIA). De por sí creo que todavía tenemos que marchar un poco en todo esto, avanzar más en la calidad de los estudios. “Medioambiente” es un tema transversal: atañe a todas las actividades humanas y un EIA significa tareas interdisciplinarias, llevadas a cabo por especialistas que puedan abarcar con suficiente autoridad temas complejos que pueden ser de biología, genética, meteorología, climatología, química orgánica; no es tomar un ingeniero, un abogado y un biólogo generalista y hacer un EIA. En líneas generales, muy como para empezar, puede ser; pero hacer un buen EIA significa introducir aspectos muy especializados que rayan en la investigación.
Todos estos temas son muy interesantes, estamos con un paradigma muy moderno, pero lamentablemente creo que todavía no se encaran seriamente como corresponde. Incluso, estimo también que faltan en el Estado recursos humanos capacitados como para solicitarlos y para analizarlos, o también hacer alianzas con el sistema de Ciencia y Técnica, como para que ayude en todo esto. Posiblemente esté faltando esa interacción, esa mentalidad de mejorar la calidad de lo que se está haciendo.
Por otro lado, falta mucho todavía en estudios básicos, y como el medioambiente es territorial, lamentablemente hay muchos recursos naturales que todavía no los tenemos identificados con series extensas de mediciones, de monitoreos, etc. Un ejemplo en aguas subterráneas es el Acuífero Puelches, que abarca la mitad de Santa Fe y un tercio de la provincia de Buenos Aires. Las industrias y la población del cinturón más rico del país, [que concentra] el 40% del PBI nacional, en su gran mayoría se abastece del agua subterránea del Acuífero Puelches, por más que esté el Río Paraná. Son recursos que lamentablemente no están monitoreados sistemáticamente, hay datos básicos que están faltando en cualquier EIA, y eso pesa mucho en la calidad de los productos. Muchas veces se tienen que hacer algunas inferencias a través de algún modelo matemático general, con datos muchas veces supuestos.
Entonces, ¿qué impacto pueden producir los agroquímicos, o ciertos productos de la minería? En muchos casos se tropieza con la falta de un nivel base de calidad para saber si ya estamos por encima de ese nivel base. Por ejemplo, en el caso de las pasteras [instaladas en Uruguay, frente a Gualeguaychú] nunca supimos qué método de tratamiento iban a utilizar, entonces mal podemos decir de antemano si había un potencial contaminante, se ignoraba mucho en ese aspecto. Incluso en un río es bastante complicado, porque el contaminante sigue ciertas normas de cómo se mueve el fluido, especialmente en ciertos sectores. Entonces hacen falta no sólo muestreos químicos sino un modelo hidrodinámico del río [en este caso del Uruguay] para saber qué dispersión puede haber, qué efectos puede tener, hacia dónde puede manifestarse más el contaminante, hacia qué dirección. Y son estudios bastante complicados que hay que hacer y que no los teníamos, o los tenemos muy parcialmente hechos.
Ahora bien, de todos modos, la legislación ambiental que hay es buena, lo que pasa es que hay que aplicarla.
-A pesar de los monitoreos deficientes, ¿se han manifestado cambios a partir de los desplazamientos de las fronteras productivas o hasta el momento no hay registro?
Que sepamos, registros así, generales, en base a ciertas actividades, no tenemos. Puede haber algún registro puntual, alguna investigación que hizo alguien, etc. En general la contaminación, teóricamente, existe; el tema es si se elimina naturalmente, si se diluye, hasta dónde puede llegar, de qué manera puede atenuarse, etc. Muchas veces se cortan los presupuestos para los estudios. Hay ciertas prioridades, y cuando hay que cortar, se corta generalmente en lo que sea, quizá, menos “urgente”, que pueden llegar a ser los estudios.
La contaminación, en general, no es continua, salvo que sea una producción continua de algo [como es el caso de la mega-minería]. En general, para todo lo que sea campo, [el uso de agrotóxicos] es en determinadas épocas, o sea que, para poder tener alguna estadística confiable, se necesitan monitoreos continuos, con mediciones a lo mejor bastante costosas.
-Antes habló de las pasteras, ¿cómo evalúa la movilización social en defensa del agua?
Yo creo que es importante, pero para la participación efectiva de la sociedad lo importante es informarla y formarla. Hay una institución que se llama Audiencia Pública, que es muy interesante, pero en muchas Audiencias Públicas que se hacen los participantes no tienen la totalidad de la información e incluso no tienen la totalidad de asesores, etc., [para interpretarla]. Si una empresa que quiere defender un determinado proyecto, evidentemente va a tener muchísimos más medios para volcar favorablemente cualquier Audiencia Pública, salvo que sea una comunidad muy organizada y muy efectiva. En aguas o en medioambiente es un poco más difícil.
Creo que habría que dotar, y eso sí, es el Estado el que tiene que nivelar un poco a la sociedad en ese aspecto -nivelar la sociedad versus la actividad privada-, que realmente haya una igualdad de oportunidades para poder discutir algunas cosas. Y con las asambleas lo mismo, son manifestaciones sociales muy importantes, pero ya les digo, [es fundamental] que haya buena información y se pueda difundir de alguna manera.
-Pasando al Acuífero Guaraní, ¿qué cuidados habría que tener en caso de ponerse en marcha la actividad hidrocarburífera en una región donde existe un reservorio tan importante?
En lo que sea protección de aguas subterráneas, protección de acuíferos, hay un dossier de actividades que hay que cumplir y que están establecidas en el mundo. Se sigue en los países desarrollados y nosotros también lo tenemos escrito, incluso las autoridades de aplicación de cada provincia tendrían que hacerlo aplicar.
Cuando se hacen perforaciones es importante evitar que se comuniquen acuíferos de distinta calidad y se contaminen entre ellos. Un caso muy típico, que no es por petróleo, es el de Mendoza. Mendoza tiene tres acuíferos: uno más superficial, uno medio y uno más profundo, hace muchos años que viene explotando agua y por diversas razones -de ineficiencia de métodos de riego, etc., etc.-, se salinizó el primer acuífero y se está salinizando el segundo, y gran parte de esa salinización es por culpa de la conexión que hubo a través de las perforaciones. Son muchos miles de perforaciones donde la cañería -por corrosión de agua salada, etc.- se fue rompiendo y fue interconectando.
Entonces, lo que hay que evitar es que se comuniquen acuíferos, y eso se puede hacer encamisando bien los pozos con cementación, que es lo que se hace y que a lo mejor, muchas veces, en exploración, si nadie los controla y nadie se los pide, por razones de costo, [las empresas] no lo hacen. En segundo lugar, que quizá no es tan impactante en este caso [del acuífero a nivel macro], pero localmente puede ser importante, es sellar bien las piletas de lodo. Generalmente las empresas vienen con piletones prefabricados, pero, por las dudas, no arrojar efluentes de ese tipo, que generalmente van a ser salados y, en el caso de provincias como Entre Ríos, puede afectar el acuífero freático localmente.
Si las provincias tienen profesionales adecuados, idóneos, aplicados a este tema, evidentemente ellos se van a preocupar. Porque se conoce, está en todos los libros cómo proteger un acuífero.
-¿Cuánto incrementa en una actividad de estas características tomar todas las medidas precautorias necesarias? ¿Con esas medidas se puede lograr, no un impacto cero, pero sí uno realmente menor?
Haciendo todas las cosas bien el impacto que se puede garantizar es casi cero.
En una perforación, lo daría muy cualitativamente, hacer las cosas bien es quizá menos de un 10%. No significa demasiado, más estando en obra. En una obra el costo importante es quizás el material, la mano de obra, pero tareas menores, como cementar la parte anular [del pozo], no es demasiado costoso. Incluso los primeros tramos de cualquier pozo de estudio puede ser encamisado con PVC, más económico, y cementado anularmente todo. El costo no es significativamente mayor, pero las empresas juegan con otros papeles, si pueden ahorrar en algo, lo que sea, lo van a ahorrar.
-Con el conocimiento que tiene del acuífero, ¿cuán viable ve la explotación de hidrocarburos en la zona sin poner en riesgo el recurso?
Lo que no sabemos, sinceramente, no lo sabe nadie, es si hay realmente hidrocarburos, porque puede haber manifestaciones en formaciones muy paralelas, como hay en Brasil. En Brasil, en cortes geológicos de algunos sectores, uno ve las capitas negras de hidrocarburos. Ahora bien, manifestaciones de hidrocarburos puede haber muchísimas, [pero no significa] que sean económicamente explotables… ¿Por qué hay expectativa con el subsuelo de ciertas provincias del Guaraní? Porque se vieron que hay profundidades, por encima del basamento cristalino, que hay una acumulación interesante de sedimentos -que se produjeron en el paleozoico y en el mesozoico- como para albergar esperanza de que pueda haber hidrocarburos que puedan llegar a ser económicamente explotables y rentables.
Los que accedan a la información del Guaraní (3) van a poder ver que en el Este de Misiones la geofísica dio una profundización bastante mayor de la cuenca sedimentaria que en otros lados. Incluso esa cuenca es continuación de una del Norte de Brasil, que también ha sido explorada y creo que puede llegar a tener algunas explotaciones de hidrocarburos. Esa franja del Este de Misiones penetraría en el Norte de Corrientes, entonces, de alguna manera, esto alienta a decir: “Vamos a intensificar el estudio de antecedentes”.
Si tuviera que opinar, aconsejaría pasar a una geofísica más cara, una sísmica 3D o sísmica de reflexión, que sí podría dar datos mucho más concretos. La geofísica que hicimos nosotros en el Guaraní [en el marco del Proyecto Acuífero Guaraní] es una geofísica muy local y muy primaria: magnetometría -que es un método muy importante, pero como para empezar- y magneto-telúrico. Quizá el próximo paso que sería interesante dar en esa zona oriental entre Misiones y Corrientes, que limita con Brasil, sería una sísmica 3D y ahí sí planificar más seriamente. Quizás se justifique una perforación de estudio, pero previamente pasar a un escalón más resolutivo de geofísica.
-De encontrarse hidrocarburos, en la exploración y una eventual explotación, ¿no existe un riesgo demasiado elevado de comprometer un recurso necesario para la vida y también para actividades productivas?
Por eso insistimos: hay que poner en práctica todas las armas que tenemos, que conocemos, de cuidado del medioambiente. Por supuesto que cualquier futura explotación no tiene que estar reñida con la calidad ambiental del agua ni de cualquier otro recurso. Estamos en condiciones de hacerlo, tenemos las herramientas técnicas para poder hacerlo, se necesitan las decisiones políticas de aplicar códigos, reglamentos, y poner recursos humanos suficientes a controlar que las cosas se hagan bien. Existen las herramientas, no es algo que uno dice: “O una cosa o la otra”. No, existen las herramientas, ahí y en toda actividad, tanto en minería, como en el campo -con todo lo que sea agroquímicos.
-Herramientas por las que incluso se podría llegar a decir no a ciertas actividades…
O un no a ciertos productos que se usan, si realmente son nocivos, que si no se permiten en otros lugares del mundo, por qué se permiten acá. O hacerlo con otra intensidad, con otros cuidados, no aplicarlo como una receta para todos lados -a lo mejor hay lugares donde convendría hacerlo de otra manera.
Acá va a influir mucho la información y la preparación que tenga la sociedad para poder exigir y controlar todo este tipo de cosas. Brasil, por ejemplo, administra sus cuencas en base a comités donde el Estado tiene una cantidad de votos determinados -en sus distintos estamentos-, pero después está la sociedad -donde están las universidades, las ong’s, las asociaciones de productores o de usuarios; incluso hay comités de cuencas que les asignan un porcentaje de votos fijo a cada estamento. En ese aspecto uno mira con mucha atención esas experiencias porque es el paso que nos está faltando dar. Esto va a ir mejorando y evolucionando en el tiempo, esperemos que sea bastante rápido, pero [la participación social] está contemplada en los principios rectores de Política Hídrica de la República Argentina.
Notas:
1- El Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (COIRC0), creado en 1976, está integrado por las provincias de Mendoza, Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires.
2- Ver: http://www.hidraulica.gov.ar/legales/PRINCIPIOS%20RECTORES.pdf
3- Ver: http://pag-ar00.minplan.gov.ar/SAG