Establecerá una tarifa extra para consumos residenciales entre las 17 y las 23 de cada día. Lescano se reunirá hoy con Cristina para buscar el visto bueno final a la medida
La presidenta Cristina Fernández recibirá hoy una propuesta para aplicar un aumento en la tarifa de electricidad a los usuarios residenciales durante las horas pico de consumo, entre las 17 y las 23 de cada día.
La escuchará de voz de Oscar Lescano, el tradicional líder del gremio de Luz y Fuerza, que asistirá esta tarde a la residencia oficial de Olivos (estaba previsto que la reunión ocurriera ayer en Casa Rosada) con ese reclamo al tope de la agenda.
Ayer, el líder gremial estuvo reunido con los ministros de Trabajo, Carlos Tomada, y de Planificación, Julio de Vido, con quien ultimó los detalles del proyecto que le entregará hoy a la jefa del Estado.
Quienes participaron en la negociación –también hay un fuerte reclamo para mejorar tarifas por parte de Edenor, Edesur y Edelap, que prestan el servicio– aseguran que sólo falta el visto bueno de Cristina para aplicar las subas. A eso se sumaría un cargo fijo adicional a la demanda. Ambas mediadas fueron anticipadas por El Cronista la semana pasada.
Los ajustes se aplicarán para los consumos residenciales de electricidad en el lapso de mayor consumo en las casas. Aún no está establecido el adicional que se aplicará a la tarifa nueva, que demandará la instalación de nuevos medidores.
La aplicación de una tarifa diferencial para los consumos eléctricos no es del todo una novedad en la Argentina. Se aplica, por caso, a comercios e industrias. Y es moneda corriente en países vecinos como Chile y Uruguay.
“Esto se pondrá en marcha apenas lo autorice la Presidenta. Se instrumentará en forma gradual a medida que se instalen los nuevos medidores que diferenciarán los consumos por franjas horarias y determinará las tarifas diferenciales a los que consuman por encima de una línea base determinada”, explicaron fuentes cercanas al kirchnerismo.
Reacio a aplicar aumentos de tarifas en vísperas de la carrera preelectoral, el Gobierno, junto a las empresas y el sindicato presentarán la medida como un paso más hacia el uso racional de la energía, un camino que comenzó con escaso éxito con el Pure (el plan de uso racional) y se aplica en casi todos los países del primer mundo.
Números rojos
En esta ocasión, la Presidenta tendrá una motivación adicional para dar el visto bueno: el dinero extra que ingrese a las arcas de las eléctricas por el ajuste tarifario mejorará las cuentas de las empresas, con las que atenderán la mejora salarial que exige el gremio.
La semana pasada, De Vido negoció cara a cara con Lescano –tienen relación fluida– para desactivar un paro que el gremialista había organizado para el miércoles en Edenor y en Edesur. El funcionario logró convencerlo de que revisara su posición en la tarde del martes.
Luz y Fuerza negoció en la primera parte del año un incremento salarial de 22%, pero en medio de amenazas de reapertura de paritarias, volvió a la carga por una suba adicional. De acuerdo con fuentes gremiales, la discusión está encaminada: se discutirá el nuevo convenio colectivo, postergado desde 2008, con lo que se sumarán al básico aumentos en antigüedad, horas extra y refrigerio.
Además de los aumentos, las empresas recibirán un premio adicional: podrán reorientar sus inversiones, dado que su infraestructura, según esperan, será utilizada de forma pareja durante todo el día y no tendrán que “hacer desembolsos para picos específicos de consumo”, explicaron en una de las compañías.
Las compañías no reciben una recomposición de tarifa integral desde hace una década. Los últimos aumentos, en cambio, se destinaron a disminuir los subsidios del Estado.
Cronista Comercial