El titular del Grupo Petersen condicionó la efectivización de la opción de compra por un 9,5 por ciento adicional de la petrolera YPF a una mejora del precio que reciben por el crudo en el mercado local. Tiene tiempo de decidir hasta febrero de 2012.
Fernando Krakowiak
El vicepresidente de YPF y titular del Grupo Petersen, Enrique Eskenazi, afirmó ayer que aguardará hasta febrero de 2012 para hacer uso de la opción de compra por un 9,5 por ciento adicional de las acciones de la petrolera. “Tenemos dos años más para tomar la decisión. Desde el punto de vista comercial, si se mantienen los mismos precios y la misma unidad de cambio, no es conveniente. Lo más conveniente para nosotros es esperar al último minuto del último día y ahí cerrar la operación”, sostuvo el empresario argentino en una entrevista publicada ayer en el diario El País de España. De este modo, condicionó la efectivización de la operación a una mejora del precio que reciben por el crudo.
El valor de corte vigente para el mercado interno es actualmente de 42 dólares por barril y 47 en el caso de la variedad de petróleo más liviana. La diferencia entre ese monto y la cotización internacional (cerró a 71 dólares el viernes en Nueva York) es embolsada por el Estado y las petroleras quieren que la brecha se reduzca elevando el precio de corte. Lo llamativo es que en la misma entrevista, cuando le preguntan si hay poca seguridad jurídica a la hora de invertir en América latina, Eskenazi responde que no es como trabajar en Nueva York, pero que las democracias de la región están madurando y que hay dos cosas para destacar: “Hay negocios muy importantes y altas rentabilidades”.
Otra posibilidad es que Eskenazi se estuviese refiriendo al precio internacional del crudo y que su deseo de esperar tenga que ver con una expectativa de mejora en la cotización de la commodity, que llegó a estar a 147 dólares el barril el año pasado y ahora apenas supera los 70. Sin embargo, en otro fragmento de la entrevista, el empresario afirmó, en referencia a los precios record de 2008, que “nos hicieron vivir en un mundo que no era real”, y remarcó que “ahora no es que los precios estén bajos, es que estamos volviendo a la realidad”. Esa aclaración fortalece la interpretación de que cuando dice que los precios actuales no son convenientes para hacer uso de la opción de compra se está refiriendo a los precios internos y no a la cotización internacional.
El Grupo Petersen negoció su ingreso a YPF en diciembre de 2007. En ese momento firmó un acuerdo con la española Repsol en el que se comprometió a tomar hasta un 25 por ciento de YPF en dos etapas. El desembarco se efectivizó el 21 de febrero de 2008 con la adquisición del 14,9 por ciento del capital (ahora controla el 15,5 luego de haber concretado una OPA por otro 0,6) y la suscripción de una opción de compra por el 10 por ciento restante en un plazo de cuatro años (luego de la OPA resta un 9,5).
Eskenazi pagó 2235 millones de dólares por el 14,9 por ciento de la compañía. Para ello recibió una financiación por parte de Repsol de 1105 millones de dólares, aportes de los bancos Credit Suisse, BNP Paribas, Goldman Sachs e Itaú, y fondos que el propio empresario sumó en el mercado a título personal, con garantía de sus otras empresas. El ingreso del Grupo Petersen en la petrolera fue apalancado por el gobierno de Néstor Kirchner, uno de los principales impulsores de la “argentinización” parcial de la compañía. Eso explica las facilidades que le otorgaron los españoles a Eskenazi para que pueda concretar su ingreso en la firma en un momento donde la “argentinización” sirvió para aplacar la alternativa de una expropiación que barajaban dentro del Gobierno.
Desde entonces, el dueño del Grupo Petersen es señalado como un empresario K. Sin embargo, en la entrevista con el diario español volvió a tomar distancia de esa etiqueta. “Hay cierta relación (…), pero no tenemos una estrecha amistad. Los respeto muchísimo en la medida en que sean positivos para el país. Igual que respeto a los opositores en la medida en que defiendan los intereses de mi país”, concluyó. Del lado oficial tampoco ven a Eskenazi como un incondicional. De hecho se molestan cuando da a entender que el precio de corte debería ser más alto, pues están convencidos de que el empresario llegó adonde está gracias al respaldo oficial y eso le reportó amplias ganancias que no justifican el lobby para lograr aumento de precios.
Fuente: Página/12