El Gobierno busca ahora que Repsol pague en el exterior los barcos de gasoil que necesita YPF para abastecer al mercado interno
Por Silvia Peco | Ámbito Financiero
Si no lo hace pondrá en marcha un plan de emergencia que consiste en que ENARSA importe el producto y se lo suministre a las estaciones de la red de YPF, a las que la petrolera viene avisando que tendrá faltantes de gasoil en las próximas semanas. Así lo informó ayer a este diario una fuente oficial que aclaró que el plan no incluye a las estaciones sin bandera, sino sólo a las de YPF.
Según la misma fuente, la operación no tendría pérdida para el Estado. «Creemos que en este momento comprar en el exterior y vender en el mercado interno tiene un resultado prácticamente neutro», dijo. Agregó que ENARSA ya importa combustibles para las centrales térmicas y el transporte de pasajeros, y que los propios estacioneros podrán ocuparse del transporte.
En opinión de la fuente oficial, «no buscamos reemplazar a YPF, sino asegurar el abastecimiento porque YPF se autolimitó para hacerlo», en referencia nuevamente a que la empresa repartió utilidades en noviembre por 1200 millones de dólares, y ahora anunció que tiene problemas para importar porque el Banco Central no le autoriza las compras de dólares y Comercio Interior hace lo mismo con las compras al exterior.
El conflicto de YPF con el Gobierno se desató a partir de que la empresa resolvió repartir y enviar al exterior las ganancias en noviembre de 2011 en plena crisis cambiaria. Pero hay también un giro en la política oficial: se acabó la justificación por la baja en la producción de gas y de petróleo.
Consultada por este diario sobre si el conflicto con YPF terminaría si los accionistas pagan en el exterior los barcos de gasoil que faltan, la fuente oficial respondió: «Si ellos pusieran los dólares y trajeran el gasoil no habría ningún problema». Pero subrayó: «Tienen que poner a pleno la producción en las concesiones y en las refinerías», volviendo al tema de que YPF no reinvierte las utilidades y posterga la puesta en desarrollo de los yacimientos de hidrocarburos no convencionales encontrados en la cuenca neuquina.
Esto implica que el conflicto va a seguir y posiblemente en un tono cada vez más alto. La petrolera dijo que se necesitan 25.000 millones de dólares anuales para extraer esos recursos que todavía ni están medidos, acceso a los mercados internacionales de crédito y formación de mano de obra calificada.
Lo que nadie puede medir todavía es hasta dónde escalará el conflicto. Se pueden imaginar sanciones en las próximas semanas si YPF no ingresa el gasoil. Hoy mismo la OFEPHI que agrupa a las provincias petroleras presentaría un informe con las áreas en las que declina la producción y podría haber también nuevas amenazas de rescisión de concesiones y eventualmente alguna reversión de yacimientos a las provincias.
Pero no se puede afirmar que eso será todo. Peor que las posibilidades anteriores sería revocar el permiso de exploración en la formación de Vaca Muerta donde están las reservas no tradicionales, pero no se sabe quién concretaría la inversión. Otras versiones vuelven sobre la reestatización parcial o total o el ingreso del Estado como accionista de mayor peso. Pero de momento ni los protagonistas parecen saber el final.
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