Ochenta por ciento de las centrales nucleares del mundo tienen más de 20 años, lo cual podría comprometer su seguridad, estimó la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) en un informe preliminar consultado este martes aquí por medios de prensa, un año después de la catástrofe japonesa de Fukushima
La longevidad de las centrales atómicas “puede tener un impacto sobre su seguridad y su capacidad de cumplir con los requerimientos energéticos de los países miembros de modo económico y eficiente”, indicó.
Los países que opten por la llamada “operación a largo plazo deberán analizar a fondo los aspectos de seguridad vinculados con el envejecimiento de componentes claves ‘insustituibles’”, afirmó el informe, que la AIEA prevé finalizar y publicar a mediados de este año.
Para la AIEA, 5 por ciento de las 435 instalaciones nucleares del mundo funcionan desde hace más de 40 años y 32 por ciento desde hace más de 30 años.
“Existe preocupación por la capacidad que pueda tener este envejecido parque nuclear para satisfacer estas expectativas y continuar brindando a los países miembros la energía que necesitan”, puntualizó la dependencia encargada de controlar la energía atómica.
También asienta que 70 por ciento de los 254 reactores de investigación, que producen isótopos médicos o cumplen otras funciones, están en funcionamiento desde hace más de 30 años. La mayor parte de ellos, afirmó la agencia, “superaron el tiempo de vida inicialmente previsto”.
El documento preliminar fue debatido por la junta directiva de la AIEA de 35 países la semana pasada, casi exactamente un año después del peor accidente nuclear del mundo en 25 años.
La energía nuclear es más segura en el mundo ahora que hace un año, cuando se produjo el accidente de la central nuclear japonesa de Fukushima, estimó el pasado 5 de marzo el director general de la AIEA, Yukiya Amano, ante los medios de comunicación.
Tras el accidente de Fukushima, desencadenado el 11 de marzo de 2011 por un terremoto seguido de un tsunami y una crisis nuclear que causó 19 mil muertos o desaparecidos, la AIEA elaboró un plan de acción para reforzar la seguridad de las instalaciones nucleares en el mundo, pero sin carácter vinculante para los países.
Según Amano, se hicieron “progresos satisfactorios” en la aplicación de este plan, que recomienda, entre otras cosas, la verificación de las instalaciones por equipos internacionales o el refuerzo de los dispositivos de defensa en caso de catástrofe natural.
La AIEA es un ente internacional creado en 1974 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico después de la crisis del petróleo de 1973 que sacudió a los países del mundo, y busca coordinar las políticas energéticas de sus estados miembros con la finalidad de asegurar energía confiable, adquirible y limpia para sus respectivos habitantes.
La Jornada