Repsol carga contra otras petroleras para rebatir el discurso oficial de expropiación

Su defensa consiste en mostrar que Petrobras, Total y Chevron, entre otras, tuvieron performances peores y no fueron expropiadas. Un informe interno revela su estrategia
Por Pablo Fernández Blanco | Cronista.com
En su intento por defenderse de la expropiación de YPF, Repsol puso en marcha una estrategia jurídica y comunicacional que consiste en revelar la mala performance de la mayoría de las compañías del sector petrolero durante los últimos años. En base a números oficiales, la empresa ibérica intentará de esta manera demostrar ante tribunales internacionales que fue presa de una decisión discriminatoria, dado que sus números no son peores a los del resto.
En un informe de circulación interna al que tuvo acceso El Cronista, la firma ibérica sostiene que su producción de crudo entre 2008 y 2012 cayó un 12%. Si bien el número es significativo, sostiene que esa merma está por debajo del de otras compañías con actividad en el país, como Total (-14%), EnapSipetrol (-30%), Tecpetrol (-19%), Petrobras (16%) y Chevron (29%). Y ubica a sólo tres compañías por encima de su performance: Pan American Energy (PAE) -la compañía de los Bulgheroni y la china CNOCC-, Sinopec y Pluspetrol (compró en ese lapso PetroAndina). Y muestra un cuadro similar en el caso del gas.
En cuanto a las reservas de crudo, sostiene que entre 2007 y 2010 tuvo un incremento de 5%, mientras que declinaron el resto de las grandes petroleras, salvo PAE. En tanto que en el caso de los recursos comprobados de gas la empresa registró una caída de 16% en el período, menor al de firmas como Pluspetrol (-58%), Petrobras (-45%) y Chevron (-78%).
Entre las empresas a las que apunta Repsol figuran algunas de la que mantuvieron reuniones con el ministro de Planificación e interventor en YPF, Julio de Vido, para concretar asociaciones con la empresa a partir de la nueva gestión estatal.
Otro punto del documento interno de Repsol sugiere con vehemencia que el gobierno de Cristina Fernández expropió la empresa “el lunes de la semana pasada anunció la intervención y el envío de una ley al Congreso para quedarse con el 51% de las acciones de la española” con la mira puesta en Vaca Muerta, una formación de petróleo no convencional donde la empresa registró su primer hallazgo efectivo de hidrocarburos el año pasado. De acuerdo con la empresa española, la participación de YPF en esa formación asciende a u$s 13.700 millones; es decir, más de los u$s 10.500 millones que el presidente de Repsol, Antonio Brufau, reclamó a la Argentina en concepto de resarcimiento, y muy por encima de lo que tiene previsto pagar el Gobierno.
El informe lleva por título “YPF y Argentina”. Está fechado el 17 de abril (el martes pasado) y esboza los principales argumentos que utilizará Repsol para elaborar su defensa jurídica frente a la expropiación que está en curso. En la página 31 muestra la evolución de los trabajos en Vaca Muerta, bajo el título “historia de un descubrimiento”.
La serie comienza en 2007 con la “evaluación de potencial y estudios regionales”, continúa con la perforación de algunos pozos, la confirmación de descubrimientos y la puesta en producción en 2011, meses antes del anuncio de expropiación.
Repsol sostiene en el informe que “el criterio aplicable para determinar el precio por acción consistiría en el producto del PER (price earning ratio) máximo de YPF de los dos últimos años” por el resultado neto de la empresa por acción de los últimos 12 meses. Si se toma esa cuenta, cada título de la empresa costaría u$s 46,55; por lo que la compañía en su conjunto costaría u$s 18.300 millones, muy lejos de los cerca de u$s 8.000 millones que muestra hoy su capitalización.
A una semana del anuncio de expropiación, fuentes de aceitado vínculo con la conducción de la empresa en España explicaron a El Cronista que el principal objetivo de Repsol es fijar un precio para YPF. Y sugirieron que podrían declinar las acciones legales en marcha, que derivarían en el Ciadi, si llegan a un acuerdo con la Argentina.
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Repsol, la más perjudicada por las trabas al biodiesel argentino
El gobierno de Rajoy aprobó restringir las compras de biocombustible argentino, pero los analistas creen que la jugada les podría jugar en contra, ya que el biodiesel europeo es unos 100 dólares más caro. “Si lo quieren pagar más caro no lo vamos a cuestionar” había dicho la presidenta. Y paradójicamente, la empresa más perjudicada es Repsol. La complicada situación del mercado español
La decisión de Cristina de expropiar YPF precipitó al gobierno español a impulsar una medida que tenían cajoneada desde el año pasado: la restricción a las compra de biocombustible argentino. Las empresas de ese país venían realizando un fuerte lobby para que se aprobara, y ahora que el oficialismo tomó la decisión, sólo resta esperar a la resolución del parlamento europeo.
“Lo de YPF aceleró la jugada, pero ya estaba en carpeta”, señaló a LPO una fuente vinculada al sector de biocombustible. En España, por disposición las petroleras deben “cortar” en parte el gasoil con biocombustible. Ahora bien, ¿qué motivaba a los empresarios ibéricos a pedir algo así?
Al parecer, la situación en el mercado español es muy complicada. “Creen que prohibiendo la entrada lo van a solucionar, pero en realidad les falta mercado”, sostuvieron las fuentes. Los números son inquietantes: la industria de biodiesel de España tiene capacidad para producir unos 4 millones y medio de toneladas, pero están funcionando al 20% de su capacidad. “Se sobreexpandieron, crearon un elefante y ahora no tienen cómo alimentarlo”, explicó el analista consultado, en referencia al mercado de combustibles de ese país.
Por otro lado, España tampoco tiene producción de aceite suficiente como para compensar la menor oferta de biodiesel que habrá en caso de que se apruebe la medida. Con lo que deberían recurrir otra vez a la Argentina para comprar soja, ya sea como materia prima o procesada, diluyendo así la efectividad del “castigo”.
A eso se le suma la compleja situación que atraviesa la economía española en su totalidad, que ya entró en recesión y luce una tasa de desocupación alarmantes. Y con el ajuste en marcha, las perspectivas no parecen muy alentadoras.
Lo paradójico de todo esto es que la principal perjudicada es Repsol. Es que el gigante presidido por Antonio Brufau es la compañía más importante de ese mercado y la que compra más cantidad. Con este proyecto empezarían a pagar el biodiesel unos 100 dólares más caro, que es a lo que lo venden países como Alemania. Esto fue lo que aseguró Cristina en su discurso del viernes pasado, en el que minimizó el impacto del castigo español. “Esta decisión estaba siendo lobbyada y presionada hace tiempo. El biodiesel argentino es un combustible mucho más barato que el que producen los empresarios españoles”, explicó la presidenta.
Actualmente, el 88% del biocombustible exportado va para Europa. El resto del mundo le compra a Argentina biodiesel por unos U$S2.000 millones. De esa parte, España absorbe 900 mil toneladas por 1.100 millones de dólares, la partida de mayor peso en el total de productos que se le envían, aproximadamente un 38%. Aunque no todo permanece en el país: 720 mil quedan en España y el resto se traslada a otras naciones de la Unión Europea.
Cambio de postura
El viernes pasado Cristina enfatizó que “estamos en condiciones de absorber esa producción que va a España en nuestro propio mercado interno”.
En ese sentido, ironizó con que “si el gobierno español quiere pagar más caro el biocombustible, no sé como impactará en su economía. Es una decisión soberana y no la vamos a cuestionar”, subrayó.
Cristina buscaba diferenciarse así del oficialismo español, quien ni bien se enteró de la medida saltó con todo tipo de declaraciones amenazando con tomar medidas legales y comerciales.
La intención del gobierno de Rajoy era aprovechar las cumbres que hubo en estos días para colar el tema por la ventana y presionar al resto de los países para que sancionaran a Argentina. Pero el tiro le salió por la culata: ni la cumbre del FMI ni el G20 hicieron caso a su propuesta, que consideraron se trataba de “cuestiones bilaterales”, por lo que finalmente quedaron fuera de la agenda.
Este panorama desfavorable, a nivel diplomático como económico, puede haber operado para bajar el tono de las acusaciones. Hoy el Ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel García-Margallo, salió a decir que “Si hay un acuerdo (sobre el precio) evidentemente no creo que (Repsol) siga ejerciendo una acción en el CIADI”. Asimismo, dijo que si Madrid y Buenos Aires llegan a un acuerdo sobre el precio de la tasación, el Gobierno español “también levantaría el pie del acelerador” en algunas de las propuestas de sanción que ha pedido estudiar a sus socios europeos para responder a la expropiación de Repsol, y que intentaron extender a aquellas compañías que decidan formar parte de la nueva YPF.
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