Enfrentamientos entre indígenas amazónicos y fuerzas armadas han dejadado decenas de muertos y numerosos heridos el viernes 5 de junio en el norte de Perú. Los nativos, que bloqueaban la ruta transamazónica, retuvieron como rehenes a varios policías. Las fuerzas del orden dispararon contra los manifestantes, utilizando helicópteros para ello, según algunas fuentes.
Estos enfrentamientos son resultado de un conflicto entre indígenas de la selva y el gobierno de Alan García, a causa de la explotación de las riquezas petroleras. Inmensas reservas han sido descubiertas en años recientes en la región. Un “milagro”, según el presidente García, que multiplican las iniciativas favorables a su explotación por las empresas extranjeras, incluido Perenco, un grupo franco-británico. Esto tiene consecuencias trágicas para las comunidades de cazadores-recolectores que obtienen sus recursos del bosque y de los caudales de agua.
Los indígenas agrupados en la Asociación Interétnica para el Desarrollo de la Selva Peruana se han movilizado contra la destrucción y la contaminación de su espacio vital y, después de varias semanas, la tensión no termina. Ellos han recibido el apoyo de numerosos sectores de la población en todo el país. Antes de los acontecimientos de los últimos días, una movilización general había sido programada para el jueves 11 de junio.
El gobierno manifestó su voluntad de pasar a toda costa, de abrir la vía a las compañías, burlándose de los derechos reconocidos a las comunidades desde los años 1970 (por parte del gobierno militar progresista de Juan Velasco Alvarado), protegidos por las convenciones de Naciones Unidas.
Esto que pasa en Perú es una ilustración dramática de un problema que se ha hecho crucial en toda América Latina: la explotación del subsuelo y la devastación del medio ambiente en detrimento de los pueblos autóctonos y de la biodiversidad. En Brasil, Chile, Colombia, Guatemala… los grupos indígenas se oponen a las empresas de explotación de recursos petroleros, mineros o forestales. En Ecuador, las comunidades amazónicas abrieron un proceso histórico contra la empresa trasnacional Texaco, que ha provocado un verdadero desastre ecológico en una vasta región. No se había visto jamás que las comunidades amazónicas intentaran un proceso contra una gran multinacional y todavía menos que los tribunales se mostraran sensibles a sus argumentos (una decisión final se espera próximamente).
Varios gobiernos latinoamericanos le han tomado la medida al problema y se esfuerzan por avanzar hacia las soluciones negociadas. Ese es el caso de Bolivia, donde el presidente indígena Evo Morales ha renacionalizado las reservas de hidrocarburos y renegociado con las empresas extranjeras las condiciones de su explotación, a fin de asegurar una redistribución más equitativa de los beneficios, notablemente por medio de programas de desarrollo, de educación y de salud para las poblaciones que lo requieren. El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha propuesto, en tanto, congelar la explotación de una región entera de la Amazonia por razones ecológicas y a cambio de contrapartidas financieras de parte de la comunidad internacional. En Brasil, una decisión reciente de la Corte Suprema de Justicia ha venido a confirmar una orden del presidente Luiz Inacio Lula da Silva que reconoce un inmenso territorio de los grupos indígenas en el norte de la Amazonia y frena así la penetración de buscadores de oro o de traficantes de madera (en total, 13 por ciento de la superficie de Brasil está hoy constituida como territorio indígena).
Los movimientos indios que se han desarrollado en América Latina en las últimas décadas han obtenido avances importantes en nombre del país y han incluido el reconocimiento de los derechos territoriales. Sin embargo, el subsuelo queda como propiedad de la nación y la mayoría de las veces su explotacion es confiada a compañías nacionales o multinacionales que pillan y saquean sin consideración de los ocupantes ni del medio ambiente.
* Yvon Le Bot, director de investigacion del Centro Nacional de Investigacion Científica (CNRS, por sus siglas en francés), es autor de La grande révolte indienne, ediciones Robert Laffont, 2009.
* Jean-Patrick Razon es director de Survival International (France), movimiento mundial de apoyo a los pueblos indígenas (www.survivalfrance.org).
Traducción: Guillermo García Espinosa
Fuente: Diario La Jornada [Méjico]