A día de hoy parece incuestionable que la energía juega un papel fundamental en nuestra sociedad. En concreto, la energía eléctrica gana cada vez más terreno en la vida cotidiana, representando una porción importante del consumo de energía final que realizamos. Si además consideramos la versatilidad de esta forma de energía (se puede transportar casi instantáneamente, se puede generar a partir de muy diversas fuentes), es previsible que, en un escenario a medio y largo plazo de escasez de recursos fósiles, la energía eléctrica predomine en todos los ámbitos (industria, transporte, etc.).
La gestión de un sistema eléctrico, entendido como aquel formado por todos los participantes e infraestructuras involucradas en el ciclo generación-transporte-consumo de electricidad, representa un reto multidisciplinar y de gran envergadura. Por un lado existe el problema técnico, ya que la generación y el consumo de electricidad deben estar equilibrados en todo momento. Existe una dimensión económica, ya que es necesario establecer marcos y mecanismos adecuados para retribuir a los generadores y establecer unos precios reales a los consumidores. Finalmente, y no menos importante, están las consideraciones medioambientales: la generación eléctrica a día de hoy implica el consumo de combustibles fósiles, la generación de residuos radiactivos, la emisión de gases de efecto invernadero y sustancias tóxicas, el consumo de materias primas y agua y el uso de suelo entre otros. Parece evidente que en un mundo con recursos finitos, no puede planearse un sistema eléctrico al margen de estas consideraciones.
Por su carácter estratégico y de servicio público, la gestión del sistema eléctrico ha sido considerada tradicionalmente una competencia estatal. Sin embargo, durante los últimos años se han liberalizado en Europa los mecanismos para definir su dimensión económica, abandonando el concepto de tarifas diseñadas por el Estado para dar lugar a los llamados mercados eléctricos.
Desde El Observatorio Crítico de la Energía consideramos que en España este proceso de liberalización no ha ido acompañado de la información necesaria para que el ciudadano de a pie comprenda cuáles son los nuevos mecanismos que definen el precio que a dí de hoy paga por la electricidad, ni tampoco el marco en el que las empresas eléctricas deciden y configuran nuestro parque de generación, y que a fin de cuentas provocará las consecuencias medioambientales que todos podamos disfrutar o tengamos que sufrir.
El fin de este informe es doble. Por un lado queremos dar de manera objetiva las claves necesarias para comprender cómo funciona el mercado eléctrico en España. Para ello, empezamos en el capítulo 1 con una introducción a conceptos básicos de un sistema eléctrico, donde además repasamos su funcionamiento previo al proceso de liberalización (el Marco Legal Estable). Al final del capítulo se esbozan las dos componentes que forman el precio de la electricidad en el nuevo marco liberalizado: la componente regulada y la componente de mercado. La componente regulada, que se aborda en el capítulo 2, se emplea en pagar actividades que siguen siendo reguladas (transporte y distribución), as´ı como otras cuestiones de política energética. El capítulo 3 explica cómo se determina la componente de mercado, dada por los acuerdos alcanzados entre generadores y consumidores en régimen de libre competencia.
El segundo objetivo es aportar nuestra visión particular sobre el mercado eléctrico como marco para gestionar el sector eléctrico, incidiendo en algunas características propias de su diseño pero también en algunas particularidades de la experiencia vivida en nuestro país durante los últimos catorce años. Para ello, hemos recogido en el capítulo 4 lo que llamamos “Las siete falacias del mercado eléctrico español”, orientadas a desmentir algunos de los mensajes injustificados que, respaldados por la mencionada falta de información, se vuelcan a menudo en los medios de comunicación de manera impune.
Durante la redacción de este documento hemos intentado evitar en la medida de lo posible farragosas descripciones que desmotiven al lector, pero sin renunciar al objetivo principal de proporcionar una visión amplia del mercado eléctrico que permita el seguimiento de nuestras reflexiones. En cualquier caso, esperamos vuestros comentarios y críticas para las futuras versiones de este informe. Podéis hacérnoslas llegar a: observaelmercadoelectrico@gmail.com
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