Un alto ejecutivo de la petrolera española negó que haya una negociación para archivar los juicios.
“No hay negociación alguna sobre la confiscación de YPF. Nadie nos ha contactado. No le quepa duda de que Repsol prefiere la negociación al litigio, pero no de cualquiera manera. ¿Usted cree que si hubiera realmente algo, se arriesgarían a romper la confidencialidad?”
La declaración realizada a LA NACION por el vicesecretario general de Repsol, Martin Klingenberg, no dejó espacio a las dudas, especialmente porque fue realizada al final de un seminario público organizado por la London School of Economics (LSE) durante el cual la empresa ratificó su plan de batalla legal en busca de compensación por esa pérdida.
Según un rumor que circuló en los últimos días, la estatizada YPF negociaba con Repsol un acuerdo para que ésta archivara todos los juicios en contra de la Argentina.
El convenio suponía la asociación de las dos compañías para explotar Vaca Muerta, el reservorio de hidrocarburos de Neuquén que promete ser uno de los más grandes del mundo, y se creía que implicaba un pago de US$ 6000 millones con el compromiso de Repsol de invertirlos dentro de la Argentina.
“Es difícil saber qué es lo que se busca con este tipo de rumores -señaló Klingenberg-. Pero parecería que hay muchas divisiones internas en el gobierno argentino y quizá cierta ansiedad porque los planes para desarrollar Vaca Muerta no están prosperando como esperaban.”
Según el transcendido, todo había nacido de un encuentro mantenido por la presidenta Cristina Kirchner con el principal accionista de Repsol, el titular de Caixabank, Isidro Fainé, la semana pasada. También se hizo alusión a una supuesta enemistad del titular de Repsol, Antonio Brufau, con Fainé porque en medio de la disputa por YPF la Caixa había apoyado la venta de GNL a la Argentina, a través de Gas Natural.
Quién es quién
Klingenberg y Fainé se conocen bien. Los dos hombres fueron recientemente incorporados juntos al patronato de la Fundación Thyssen y frecuentan los mismos círculos tanto sociales como de negocios. Ante una audiencia de expertos en leyes, inversores extranjeros y operadores de la City londinense, Klingenberg negó divergencias en Repsol en lo que respecta a YPF.
La proclamación de frente unido quizás era de esperar en un encuentro que, con el título “Repensando la ley de tratados de inversión: La perspectiva de un inversor en la Argentina”, buscó debatir cómo evitar la repetición de lo que el organizador del evento, el catedrático alemán Jan Kleinheisterkamp, categorizó como “la pesadilla clásica” de todo inversor extranjero. “Para Repsol, la situación es delicada porque en la actual configuración del sistema legal internacional puede que gaste millones en costos legales, gane incluso los juicios y, al final, no reciba nada a cambio”, advirtió Kleinheisterkamp.
Durante el coloquio se recordó repetidas veces que la Argentina es el país con el mayor número de juicios (49) ante el Ciadi. Incluso que el gobierno argentino aceptó algunos fallos en su contra, pero nunca los ha pagado.
“La ruta del Ciadi es larga y costosa, pero estamos satisfechos con cada centavo que hemos gastado y con los que vamos a gastar. Hoy estamos mucho mejor que hace once meses”, sostuvo Klingenberg. El ejecutivo de Repsol destacó el apoyo recogido de otras grandes petroleras que, sensibilizadas por la lucha legal entablada por su firma en tres jurisdicciones (la Argentina, España y Estados Unidos), se han negado a apoyar los planes de la estatizada YPF en Vaca Muerta. El presidente de la francesa Total, Christophe de Margerie, fue mencionado como ejemplo.
Repsol cerró el pasado ejercicio con reservas totales de 1294 millones de barriles de hidrocarburo, un 40% menos que el año previo.
La caída fue atribuida a la expropiación de YPF. De no haber ocurrido, sus reservas habrían crecido en un 10% por nuevas inversiones en Brasil, Venezuela y Norteamérica.
En el panel del LSE, Klingenberg se vio acompañado por Carlos López Jall, director de Asuntos Internacionales de su compañía, y Pablo Fernández, profesor de Finanzas de la Universidad de Navarra y autor de un estudio que estima que Repsol debería recibir US$ 51,20 por cada acción de YPF, es decir, unos US$ 10.270 millones. “Los cálculos del profesor Fernández son válidos, pero nosotros creemos que valen mucho más”, advirtió el vicedirector de la petrolera.
El evento fue muy promocionado por la London School of Economics, y ningún representante de la embajada argentina asistió. El audio del coloquio completo estará desde hoy en la página de la LSE: http://www2.lse.ac.uk/publicEvents .
La Nacion