Sumaron en enero US$ 150,22 millones, y al inicio del siglo rondaba entre 300 y 400 millones por mes; se lo atribuyen a la caída de la producción.
En un contexto de restricciones cambiarias y dificultades para hacerse de dólares, el Gobierno deberá enfrentar una nueva complicación: las exportaciones de energía, que años atrás aportaban una parte sustancial del ingreso de divisas al país, muestran una sostenida caída durante los últimos meses y alcanzaron en enero de este año su mínimo en la última década.
De acuerdo con números oficiales, las ventas de derivados del petróleo al exterior en el primer mes del año (último dato conocido) permitieron el ingreso al país de 150,22 millones de dólares. Es el valor más bajo desde la crisis de 2001, cuando a pesar del estancamiento de la economía y la conflictividad social los saldos exportables hicieron un suculento aporte a la balanza comercial, por encima de los 4000 millones de dólares, con resultados mensuales en torno de los 300 y 400 millones de dólares; es decir, más de 2,5 veces más que el mes pasado.
El número de enero, además, muestra una caída fuerte con respecto a los meses anteriores. En diciembre, por caso, las exportaciones del rubro habían llegado a los 294,07 millones de dólares, y en agosto habían trepado a los nada desdeñables US$ 689,35 millones.
En la mayoría de los casos, los saldos exportables incluyen productos que no se requieren en el país, por diversos motivos.
Desde una mirada política, el dato se puede leer de diversas maneras. Los apologistas de la gestión energética durante el kirchnerismo apuntarán que se debe a un constante crecimiento del consumo doméstico durante los últimos años, tanto de combustibles para automóviles -la demanda de nafta creció por encima del 7 por ciento en 2012, pese al moderado crecimiento de la actividad- como en fábricas, algo que está directamente atado al movimiento de la economía.
Es, sin embargo, una verdad a medias. La otra parte de la historia indica que la producción primaria de energía siguió el camino inverso al consumo, algo que derivó en un achicamiento cada vez mayor de los saldos exportables.
“Se exporta menos porque sigue cayendo la producción doméstica de la materia prima de los derivados: el petróleo y el gas natural. Por otro lado, el consumo interno, aunque la economía ahora está estancada, ha venido creciendo. Ambos factores reducen la disponibilidad de excedentes”, resume Daniel Montamat, ex secretario de Energía. Y completa: “En 2012 la demanda de gasoil bajó por los problemas que afectaron la producción agrícola. Este año el sector agropecuario va a demandar más gasoil. La generación hidroeléctrica puede verse reducida por baja hidraulicidad en algunas zonas, por lo que el parque térmico va a demandar más gasoil y fuel oil para generar electrones. El gas en garrafa (GLP) se obtiene como subproducto del petróleo y como subproducto del gas natural, por lo que su producción merma mientras la demanda aumenta. En síntesis, aumentan las importaciones y caen los saldos exportables”.
Un diagnóstico similar hace Jorge Lapeña, también ex secretario de Energía en la administración radical. Agrega que “de cara al futuro, mientras las producción de hidrocarburos siga bajando y la demanda creciendo, se incrementarán las importaciones. Mi opinión es que a largo plazo este tema se tornará fuertemente creciente en volumen e insostenible para la economía”.
El golpe de gracia de las exportaciones energéticas ocurrió en 2004. Cuando el crecimiento de la economía ya era una realidad y la producción de gas continuaba su carrera descendente, la Argentina comenzó a restringir las ventas de ese hidrocarburo a Chile. Así, dejó casi sin sentido los ocho gasoductos que se habían tendido durante los años 90.
La modesta performance de la energía cambió la apariencia de la balanza comercial argentina. En 2008, el primer año completo de gestión de la presidenta Cristina Kirchner, ingresaron divisas por ese concepto por 7905 millones de dólares, de acuerdo con el Indec. En 2008, en tanto, ese número bajó hasta los 6528 millones de dólares, es decir, un 17 por ciento menos.
Visiones enfrentadas
- Postura oficial
Los oficialistas atribuyen la caída en las exportaciones al constante crecimiento del consumo doméstico
- Opinan los expertos
La otra parte de la historia indica que la producción de petróleo y gas (materias primas energéticas) viene cayendo sistemáticamente, lo que deja menos saldos exportables
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La Nacion