Jorge Amar / DyN.- En la próxima década, la demanda energética mundial crecerá a un ritmo de 1,6% anual. Para quebrar la dependencia de los hidrocarburos -cuya combustión genera gases de efecto invernadero-, será necesario utilizar cada vez más, fuentes de energía no convencionales. En nuestro país, el objetivo es llegar a fin de 2010 con un 8% de energía producida por esa vía.
El calor que circula activamente por las entrañas de la tierra debería encausarse para que sea aprovechado como agua caliente y energía eléctrica, dándole así una valiosa y estratégica utilidad.
Estos recursos están allí y no sólo abundan en la Argentina, sino que pueden traducirse en formas de suministro eléctrico limpio, inagotable y además en portadoras de un alto impacto favorable en las economías regionales.
De esta manera, junto a otras formas de energo-producción generadas en la explotación de fuentes no convencionales como la solar, eólica, biomasa o mareomotriz, podrán quebrar la dependencia de los hidrocarburos y sus derivados, la que -además de mostrar un cercano horizonte de agotamiento- contribuye a la polución del entorno.
Asimismo, concretan un aporte para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, medida decisiva para el futuro de la vida en el planeta.
El crecimiento previsto de la demanda energética mundial rondará 1,6% anual en la próxima década, lo que conducirá de manera más acelerada a la inminente revolución energética global.
La Argentina, aunque en diferentes estados de desarrollo, exhibe varios proyectos de producción geotérmica. Uno de ellos se lo ubica en el punto más empinado de la neuquina Cordillera del Viento: el volcán Domuyo (de 4.709 m/s/n/m) en el que los expertos señalan la presencia de reservas a poca profundidad (650 a 750 m) con temperatura de 186 a 190° C, aprovechadas directamente para el calefaccionar y proveer de agua caliente al complejo turístico Villa Aguas Calientes.
El segundo es el Copahue, ubicado en Ñorquin (noroeste de Neuquén) dentro del Parque Provincial Caviahue (1.650 m/s/n/m), en el límite con Chile. Almacena una mezcla de agua-vapor a 230° C con una productividad mediana que fue explotada hacia 1988 por medio de una central experimental de 670 kilowats que salió de servicio en los años 90 a consecuencia de su pérdida de competitividad.
En el invierno de Copahue, la nieve apenas permite divisar los techos de las casas, lo que si bien resalta la belleza del lugar es limitante para el desarrollo del turismo. El recurso geotermal permite mantener las calles calientes (10/13°C) con un sistema similar al de las lozas radiantes que impide la formación de nieve. Es que 1.700 m de pavimento alojan desde 1999, 52 km de cañerías por las que circula vapor termal a 120°C, que las climatiza para el disfrute de los 25.000 turistas que la visitan por temporada.
En Jujuy, la empresa Geotermia Andina examina aprovechar el caudal geotérmico de la zona del volcán Tuzgle situado en el departamento de Susque. Es una superficie de 900 km2 y aguas a 140° C y demandará una inversión de U$S 35 millones, entre trabajos de exploración, montaje de la planta eléctrica, operación y mantenimiento.
El primer módulo del proyecto prevé generar unos 20 megawats en 2012, que se ampliaría a un segundo que elevará la generación a 60 mw e insumirá U$S 130 millones. Los trabajos ya están en marcha, en el marco de la ley 26.190, para sumar el aporte geotérmico al objetivo que esa normativa exige: arribar a 2010 con 8% de energía generada por medios no convencionales.
Los Andes