Continúan por décimo día consecutivo en Balcombe, en West Sussex, en el sur de Inglaterra, contra el uso de la fracturación hidráulica, o fracking.
La técnica implica perforar hasta alcanzar las capas de roca de esquisto, una roca porosa que atrapa burbujas de gas. Para que el gas de esquisto sea liberado se provocan explosiones que fracturan la roca y se inyectan grandes cantidades de agua a alta presión con arena y productos químicos.
Mas de treinta manifestantes han sido arrestados desde el viernes.
“Nos han arrinconado y no tenemos otra opción que hacer los que podamos para proteger nuestra localidad”, dijo Vanessa Vine, de la campaña Frack Free Sussex, o Sussex libre de fracking.
“Para nosotros, cualquier uso de esa tecnología en el futuro sería una violación de nuestra geología y podría amenazar nuestras fuentes de agua, nuestro aire limpio y nuestros niños”.
El uso de fracturación hidráulica ha permitido el acceso a grandes reservas de gas esquisto y la reducción en el costo de la energía en Estados Unidos, informó el diario BBC Mundo.
La Academia de Ciencias del Reino Unido, la Royal Society, comisionó un estudio en 2012 sobre la fracturación hidráulica, según el cual la tecnología puede ser segura siempre y cuando se respete una serie de condiciones esenciales, como la exploración a cierta profundidad y el sellado adecuado de los ductos