El empresario kirchnerista Eduardo Eurnekian venderá parcelas de viñedos a 100 kilómetros de Vaca Muerta. Es parte de la estrategia oficial para imponer el relato de que el fracking no es peligroso
Aunque el método de fractura hidráulica (o fracking) para extraer hidrocarburos no convencionales ya fue prohibido en países como Francia, Bulgaria, Alemania e Irlanda, por sus efectos contaminantes, el Gobierno nacional está dispuesto a continuar su campaña para intentar legitimar tanto la polémica metodología como el acuerdo con la norteamericana Chevrón.
No casualmente, uno de los empresarios más cercanos al kirchnerismo, Eduardo Eurnekian, acaba de lanzar un emprendimiento que raya lo ridículo: a través de su empresa de vinos Bodega del Fin del Mundo, ofrecerá la posibilidad de adquirir hectáreas de viñedos en la localidad neuquina de San Patricio del Chañar, ubicada a menos de 100 kilómetros de la base de operaciones que llevan adelante las petroleras YPF y Chevrón.
Paradójicamente, desde la empresa aseguran: “La explotación petrolera va a traer muchas inversiones a la región y la tecnología está cada vez más avanzada, con lo cual no vemos ningún peligro desde el punto de vista ambiental”.
Acción permanente
Desde Neuquén, Eduardo Correa, miembro de la Multisectorial contra el Fracking, explicó a Hoy que este proyecto empresarial está lejos de ser una práctica aislada. “De forma permanente hay una acción que tiene tanto el Gobierno nacional como el provincial de pretender demostrar que no hay consecuencias ambientales con el fracking. Nosotros planteamos que las consecuencias que puede llegar a tener el método de la fractura hidráulica, se pueden ver tanto en el momento como pueden ser el resultado del paso del tiempo, de los años”.
“Por ejemplo, todavía ellos, tanto Eurnekian, la presidenta, el Gobernador, Galuccio, no tienen resuelto qué hacer con los fluidos de retorno de las inyecciones hidráulicas. Dependiendo de las características del suelo, la perforación arroja desde 200, 400 y hasta 600 elementos distintos. Algunos son tóxicos, otros son solventes, algunos son hasta cancerígenos, y eso entra a la tierra, entra a una gran presión y luego es succionado para poder dejar pasar lo que se exprime de la roca, que es el petróleo y el gas”.
“Cuando vuelven esos fluidos -que obviamente no son combustibles, y estamos hablando que llegan a ser hasta 30 millones de litros de agua con estos compuestos en este barro que se forma- no está resuelto qué harán con ellos. ¿Qué hacen entonces? Lo derraman por el suelo, en todo el territorio alrededor de cada una de las locaciones donde están los pozos” aseguró Correa, demostrando que aunque el Gobierno quiera ocultarlo, el vino de Eurnekian será un trago muy difícil de beber.
El riesgo de los microsismos
Eduardo Correa, de la Multisectorial contra el Fracking neuquina, aseguró a Hoy que además este tipo de método para extraer hidrocarburos tiene grandes chances de generar microsismos, que podrían terminar contaminando napas y acuíferos, cuestión que el Gobierno también oculta.
“La fractura hidráulica implica una multiplicidad de microsismos que se producen en el seno de la tierra a la profundidad a la que se produce la perforación, y esos microsismos que son los que forman grietas por donde va a fluir luego el petróleo y el gas, nadie garantiza que con el paso del tiempo que estas grietas -que van a ser múltiples- no empiecen a viajar por el suelo en una zona sísmica como es la nuestra y terminen conectando acuíferos con esta zona de yacimientos hidrocarburíferos. Entonces nadie puede asegurar que la fractura hidráulica es una metodología que esté exenta de contaminación”, señaló.
Eurnekian: de menemismo al kirchnerismo, sin escalas
El veterano empresario Eduardo Eurnekian ha tenido la habilidad de poder sostener sus negociados con los distintos gobiernos de turno, acrecentando su fortuna y convirtiéndose en un verdadero pulpo.
Durante el menemismo impulsó su crecimiento con la adquisición de Cablevisión, y luego varios medios de comunicación. También tuvo en su poder las aerolíneas LAPA y Southern Winds, involucradas en distintos escándalos tanto en los gobiernos de Menem y Néstor Kirchner.
Pero además, con la llegada del kirchnerismo, logró la concesión para la construcción y operación de 2.000 kilómetros de rutas con peaje en todo el territorio argentino.
Néstor Kirchner le otorgó también la polémica prórroga de la explotación de Aeropuertos Argentina 2000, y además el empresario diversificó sus inversiones a través de Corporación América SA: logró afianzarse en una multiplicidad de sectores que incluyen la actividad bancaria, los biocombustibles, la agricultura y ganadería y el asesoramiento a comercios.