Los petroleros, y sus voceros, que incluyen a varios medios de comunicación con ínfulas de falso prestigio, o subestiman o menosprecian o tergiversan el peligro de la contaminación ambiental que ocurre aplicando las técnicas de extracción conocidas como fracking, que es lo que se pretende realizar en Vaca Muerta (Neuquén). Es imprescindible, si ese será el procedimiento, apelar a controles bien rigurosos, que es lo que siempre falla en la Argentina. A propósito, la Comunidad Europea acaba de tomar decisiones al respecto, que es oportuno conocer.
“Bruselas pretende que las compañías que estén dispuestas a realizar este tipo de exploración del llamado shale gas tengan que cumplir con toda la normativa en materia de agua y de productos químicos. De hecho, uno de los asuntos que esté en este momento sobre la mesa, es la clarificación de qué productos químicos se utilizan, su necesidad de registrarse y de cumplir con la directiva Reach”.
La Comisión Europea prepara una propuesta legal para regular el fracking, la técnica de fracturación hidráulica para la extracción de gas no convencional que en los últimos meses está ganando protagonismo y también generando polémica por sus posibles efectos adversos sobre el medioambiente, informó el diario madrileño elEconomista.
Precisamente, la intención del ejecutivo comunitario es realizar un estudio en profundidad sobre las implicaciones económicas y ambientales de esta técnica, que ha supuesto un salto de competitividad en Estados Unidos, para poder crear un marco legal homogéneo.
En España son ya varias las autonomías que han frenado su utilización, como el reciente caso de Cataluña o los anteriores de Cantabria y La Rioja.
El fracking, también conocido en España como fractura hidráulica horizontal, ha permitido incrementar la competitividad de la industria estadounidense y según indicó el vicepresidente de la Comisión Europea, Antonio Tajani, supone un reto para la competitividad de las empresas europeas que tienen problemas para competir por los elevados precios de la energía.
Bruselas pretende que las compañías que estén dispuestas a realizar este tipo de exploración del llamado shale gas tengan que cumplir con toda la normativa en materia de agua y de productos químicos. De hecho, uno de los asuntos que esté en este momento sobre la mesa, es la clarificación de qué productos químicos se utilizan, su necesidad de registrarse y de cumplir con la directiva Reach.
La Comisión Europea quiere tener lista esta primera propuesta a finales de año tras realizar una consulta pública. Por el momento, países como Polonia y Reino Unido se han mostrado interesados en la técnica, pero todavía no han puesto en producción ningún pozo.
En Lituania, el país que mantiene en estos momentos la presidencia europea, se han dado ya los primeros pasos para la investigación. De hecho, Chevron ha sido la ganadora de un proceso de ofertas que se ha realizado en el país para investigar en la zona oeste, tal y como explicó el ministro de Energía, Jaroslav Neverovic, en un encuentro con varios periodistas españoles, durante el consejo informal de energía.
La reunión del consejo informal se centro ayer en la colaboración intergubernamental entre países para reforzar el nivel de interlocución y lograr mejores precios de abastecimiento energético frente a países como Rusia o Argelia.
La energía europea, a debate
Por otro lado, la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite, se reunió ayer (jueves 19/09) con el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, para analizar los problemas energéticos a los que se enfrentan los países de la Unión Europea.
La reunión se centró en las nuevas amenazas que afectan a la seguridad y a la independencia energética de la UE. En este sentido, la presidenta lituana aseguró que es necesario atajar tan pronto como sea posible los “altos precios de la energía, ya que éste es uno de los principales obstáculos para impulsar la competitividad de la UE”.
“Solo la solidaridad de todos los países miembros nos llevará al éxito “, dijo Grybauskaite. Asimismo, aseguró que la independencia energética y la búsqueda de alternativas al gas ruso se han convertido en una preocupación de toda Europa.