Informe: La reforma energética en México, broche de oro para el capital

El robo de todos los tiempos, trazado en el TLCAN
Hace 20 años se trazó la suerte del sector energético mexicano al incluirse el capítulo VI: Energía y Petroquímica Básica, en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). En el artículo 601, segundo párrafo, de este apartado se asentó:
Las Partes reconocen que es deseable fortalecer el importante papel que el comercio de los bienes energéticos y petroquímicos básicos desempeña en la zona de libre comercio, y acrecentarlo a través de su liberalización gradual y sostenida
Aún antes de la puesta en vigor del TLCAN (1 de enero de 1994), en el marco de su negociación, se registró una serie de medidas administrativas y reformas legales que apuntaban a la apertura de la inversión privada nacional y transnacional en el sector energético. Carlos Salinas de Gortari, representaba al grupo neoliberal que apostó al TLCAN, para afianzar la integración subordinada a la economía estadounidense y consolidar la reconfiguración de la elite económica y política, que le permitiera ejercer el poder más allá de
1994.
En 2013, Enrique Peña Nieto, símbolo del regreso del Partido Revolucionario Institucional a la presidencia, tras un intervalo de 12 años de alternancia pactada con el derechista Partido Acción Nacional, arremetió con un paquete de reformas neoliberales sumamente agresivas. Entre ellas encontramos la energética, que busca permitir la inversión privada y extranjera en los hidrocarburos y la electricidad, con lo que se anula en esencia el decreto expropiatorio y la nacionalización de la industria energética realizada en 1938.
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 Andrés Peñaloza es Presidente de Bia´lii, Asesoría e Investigación, A.C. México.

Alainet