Los medios de comunicación rusos afirman que en 2013 se reanudaron los debates informales acerca de la división de Gazprom, por las dificultades surgidas en el mercado europeo debido al Tercer Paquete Energético. La nueva regulación comunitaria exige que las empresas separen la producción de la distribución. Además, otros productores de gas (Rosneft y Novatek) criticaron la opacidad en los aranceles por bombeo de combustible.
A finales de los años 90 surgió por primera vez en el Gobierno ruso la idea de dividir Gazprom. Fue desde los departamentos de Economía de Guermán Gref. El Ministerio proponía dejar el sistema de transporte de gas bajo control del Estado, y ceder la extracción, el procesamiento y venta a las empresas participantes.
Ahora Gazprom es un monopolio de exportación de gases extraídos, que controla los gasoductos del país. Sólo recientemente Rosneft y Novatek, principales competidores de la corporación, obtuvieron el derecho a la exportación de gas natural licuado.
División a cambio de una retirada de cargos
En caso de privar a Gazprom del monopolio de la exportación, Rosneft podría ser una de las grandes beneficiadas, sobre todo desde que recientemente la compañía ha ampliado de manera considerable su influencia en el sector gasístico.
Para el año 2020, Rosneft tiene previsto incrementar su participación en el mercado nacional de gas en un 20%, con una producción de 100.000 millones de metros cúbicos de gas. Para ello ha consolidado sus acciones en dos productoras de gas independientes, Itera y Sibneftegas, y tiene la intención de estudiar cómo invertir en otras productoras de gas independientes.
Además, en caso de que otras empresas rusas reciban acceso a los gasoductos para la exportación, las acusaciones de la Comisión Europea contra Gazprom podrían suavizarse. En principio, el organismo europeo debe concluir sus investigaciones antimonopolio antes de abril. Si se declara culpable, el holding ruso se enfrentaría a multas de hasta 15.000 millones de dólares.
En caso de que se decida privatizar Gazprom y crear varias empresas de menor tamaño, habrá que mejorar la transparencia en los precios, lo que reducirá los impuestos para la población, según opina Tamara Kasianova, vicepresidente primera del Club de Directores Financieros de Rusia (RKFD). “El monopolio ocasiona distorsiones en los precios. El mercado nacional de gas necesita una mayor competencia, con el fin de garantizar que los precios reflejen la oferta y la demanda, y no la voluntad del propio monopolio”, considera.
Argumentos en contra de la desmonopolización
Como resultado de la división, Gazprom tendría que trabajar en condiciones de una mayor competencia. En la actualidad mantiene los precios del gas en Rusia a un nivel inferior, y encuentra financiación para sus costosos proyectos de infraestructura, como Nord Stream y South Stream.
“Quienes se oponen a la división de Gazprom creen que ello dañaría la posición de Rusia en el mercado mundial, como si un monopolio fuera la única empresa que puede competir en el mercado mundial, gracias a su tamaño y sus recursos”, señala Tamara Kasianova.
No obstante, considera que este argumento era defendible antes de la crisis de 2008. “La situación en los últimos cinco años ha cambiado drásticamente. El valor bursátil de la compañía está cayendo de manera constante. Debido a la revolución del gas de esquisto (también conocido como ‘gas de lutita’ o ‘gas pizarra’), el monopolio del gas se enfrenta a una dura competencia en Europa, el principal mercado de esta industria”, explica Kasianova.
Sin embargo, también existe el riesgo de que simplemente otro monopolio pase a ocupar el lugar de Gazprom.
La fuente del periódico Vzgliad no excluye esta posibilidad. “El lado negativo es que la división de Gazprom podría suponer la introducción de un nuevo monopolio o cártel para controlar los precios. En lugar de aumentar la competencia y reducir los precios para la población, habría un reparto del mercado y de la propiedad”.
Posición del gobierno
Todo parece indicar que la cuestión de la división de Gazprom no se resolverá a corto plazo. El pasado 5 de febrero, el vice primer ministro, Arkadi Dvórkovich disipó todas las especulaciones acerca del tema entre los periodistas, cuando declaró que esta cueatión “no se está debatiendo” en el Gobierno.
Artículo publicado originalmente en ruso en Vzgliad.
Rusia Hoy