Los precios comenzaron a dispararse en el interior. Como consecuencia, cayó el consumo de nafta premium y aumentó el de la súper tradicional
La famosa frase que asegura que la Argentina termina en la General Paz volvió a ponerse de moda con la intervención del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, en los precios. Como muestra sobra un botón: en el interior la nafta súper, la más consumida en el país, cuesta entre 40 y 70 centavos de peso más por litro (entre y 15% y 20% más) que en la Capital Federal.
En las petroleras y en el mercado en general la explicación es simple. “El interior no está controlado por Moreno”, aseguran las firmas casi a coro, y lo confirma Rosario Sica, presidente de la Federación de Empresarios de Combustible, cuando dice que la diferencia en los precios “hay que buscarla en lo que mide el cuestionado Indec”.
En Esso, sin embargo, agregan otra explicación: en el interior la mayoría de las estaciones tienen precios sugeridos, que no necesariamente son aplicados. Esto es así porque más allá que las estaciones lleven la bandera de una empresa determinada, no siempre esa bandera indica que el dueño es la petrolera en cuestión.
Pero en definitiva, con la intervención de Moreno o sin ella, lo cierto es que si en Buenos Aires el litro de nafta súper se paga entre $ 2,95 y $ 3,10, en el interior los precios por el mismo litro de combustible llegan hasta los $ 3,69. A modo de ejemplo, para llenar un tanque de nafta de 50 litros (auto mediano) hay que desembolsar $ 147,5 en la Capital, mientras que hacerlo en Junín (provincia de Buenos Aires) o el Chaco cuesta $ 184,95. En Corrientes por la misma cantidad de combustible se paga desde $ 170,45 hasta $ 182,45; y en Neuquén la variación va desde los $ 170,45 a $ 175,45 según la marca que el usuario elija.
En todos los casos la nafta más económica es la de YPF, justo la compañía a la cual la competencia por lo general acusa de ser la formadora de precios. “Interactuamos con un mercado que se autoregula con la competencia, y aún así siempre tenemos los precios más bajos‘, aseguraron en la empresa que pertenece al grupo español Repsol y a la familia argentina Eskenazi.
En la competencia deslizan que, según la compañía, el precio de la materia prima incide de manera significativa en el precio final. Una cosa es si la empresa vende combustible luego de refinarlo y otra si produce el combustible que luego refina y más tarde vende.
“La materia prima que en el caso de Esso representa el 80% de los costos, se compra en dólares pero se vende refinado en pesos. Si tomamos en cuenta que el dólar estaba en $ 3,08 y ahora está en $ 3,82, tal diferencia representa que por cada 10 centavos de dólar la compañía pierde cifras millonarias”, explica Tomás Hess, director de Asuntos Públicos de Esso. “Otro de los problemas que ocasiona pérdidas está centrado en que las retenciones a la exportación para los derivados del petróleo pasaron de 5% al 40%”, dice.
Menos nivel
Si bien hay datos concretos que marcan que los precios de los combustibles se dispararon en el interior con respecto a la Capital, si se miran los números de consumo puede existir una lectura anexa. Mientras que el consumo de nafta súper creció 17,2% en los primeros cinco meses de este año comparado con los cinco primeros de 2008 (aunque las únicas empresas que aumentaron las ventas fueron YPF y Esso), la compra de nafta premium (de mayor valor) cayó en el mismo período 32 por ciento.
Fuente: Cronista.com