El aumento de tarifas sirvió más para beneficiar amigos que para reducir subsidios 

Por OPSur / Foto de Martín Álvarez Mullally

En 2024 hubo un fuerte incremento tarifario de la energía y, coincidentemente, se concretó una importante reducción de los subsidios del sector. Sin embargo, la relación aparentemente obvia entre los dos fenómenos no es tal. La evolución de los cuadros tarifarios es uno de los motivos por los que los subsidios varían y, en los últimos años,  una de las razones menos significativas. La reciente disminución de esas transferencias estatales se debió principalmente a una menor erogación de divisas en la importación de energía. En cambio, el aumento de las tarifas benefició a distribuidoras y transportistas, pertenecientes a las personas más ricas del país. Así lo explica el informe Subsidios a la energía. El Primer año de Javier Milei del Enlace por la Justicia Energética y Socioambiental (EJES).

La investigación del economista Marco Kofman concluye que en la cadena gasífera, el incremento de precios impactó de manera diferente en los distintos eslabones. En el caso de las compañías que extraen gas, la facturación aumentó 53% y en lo que respecta a las distribuidoras, el cargo creció 365%. Para el transporte, por último, el incremento fue del 197%. Esto redundó en una mejora significativa de la situación financiera de esas empresas, fundamentalmente, de las encargadas de la distribución y transporte.

Estos datos surgen del análisis de los balances de las principales empresas del sector: TGN (de Rocca y Eurnekian), TGS (de Midlin), Metrogas (cuya mayoría accionaria pertenece a YPF), Naturgy Ban, Camuzzi (de Alejandro Macfarlane), Gas Cuyana (de Carlos Miguens Bemberg y la familia Escasany, Guillermo Reca y los hermanos Ruete Aguirre) y Gas del Centro (cuyos principales accionistas son Ronaldo Strazzolini, Guillermo Reca y Gonzalo Péres Moore). Las ventas de todas estas compañías juntas crecieron un 49% y un 134% las ganancias brutas. 

El análisis estima que los incrementos en las tarifas domésticas y comerciales de electricidad y de gas sumaron 1.16 billones de pesos adicionales entre enero y octubre de 2024 en relación al mismo periodo del año anterior. Alrededor de 480 millones en el caso del gas y 674 millones en el de electricidad. Dinero que salió de los bolsillos de quienes consumen y fue a parar a los de las empresas. Esa cifra es el gasto salarial mensual del Estado Nacional, o 1,6 veces el costo que hubiera tenido la aplicación de Ley de Financiamiento Universitario que el gobierno nacional vetó.

Finalmente, el informe concluye que el factor más relevante de la disminución de los subsidios tuvo que ver con la baja de los montos destinados a importar energía. Por un lado, fue la menor cantidad de los últimos 14 años: 6,2 Toneladas Equivalentes de Petróleo en 2023 y sólo 3,4 en 2024. Por otro lado, porque por segundo año consecutivo el precio de la energía que se importó fue el 30% más bajo. El resultado de estos dos factores fue la reducción de 2.262 millones de dólares de gasto en importaciones de energía.

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